¿ Bebé sorpresa?, ¡ni loca!

09: Burlas

Y lo peor que puedes hacer es fastidiar la vida de alguien que solamente busca ser feliz.

ALIZÉE LACROIX

He trabajado mucho en la mañana y todavía sigo recibiendo detalles de mis dos jefes. No sé que les sucede a ambos, sin embargo, luego lo averiguaré con calma.

Me lo han colocado en mi escritorio en la oficina antes de yo llegar. Los observo a ambos en la sala de juntas mientras cumplo sus roles como jefa provisional en lo que concluyen sus responsabilidades.

Todo por el momento está tranquilo; el bebé por fin está colaborando con los síntomas, pero toda calma se esfuma cuando, por un descuido mío, dejé la puerta entreabierta y entran Camille, Chloé y Béatrice a fastidiarme.

Ruedo un poco los ojos, no quisiera que me molestaran ni un segundo, quisiera que ahora mismo me diera ganas de vomitar y que les caiga encima por molestas.

—Hola, hola, Lacroix—esa voz molestosa y chillona—, ¿cómo vas con tu embarazo sin un padre?— expresa Béatrice y abro los ojos como platos y ellas ríen entre sí.

—¿Quién les ha dado esa información? —me pongo de pie para mirarlas y poder comprender.

—Eso no es relevante ahora, enfócate en responder, chica, debe ser muy difícil no saber con quién estuviste ni cuando —esa Camille, cuando se le da por molestar y colmar la paciencia.

Algo tiene ella que ver con esto, o… ¿cuánto tiempo libre tiene para indagar mi vida personal?

—Son mis problemas, ¿o ustedes me van a ayudar a cuidar de mi hijo?, porque si es así le doy toda la información que necesiten —me siento mal, ellas no tienen ningún derecho de humillarme de tal manera, errar es de humanos y aunque no es de la manera que quise ni con quien quiero, no me arrepiento de que llegara a mi vida.

Si la vida me lo puso en mi camino, quizá es con algún propósito, el cual debo de ir averiguando con el tiempo, aun con mi poca experiencia, pero no puedo rendirme, no soy así.

—A lo que sí te vamos a ayudar es que te centres en lo tuyo, tienes que comprender que este puesto de gerente te queda demasiado grande para una niña inexperta como tú, ¿cómo es que Walter y Raphael confían tanto en ti? —mis ojos quieren llenarse de lágrimas.

Tengo ganas de llorar, la sensibilidad ha llegado a mi sistema nuevamente, esto que Chloé ha dicho me duele.

No llores, no ahora o será más complicado zafarse de ellas.

—Pues porque quizá si ustedes fuesen capaces se lo darían a alguna, sin embargo, no me queda grande, hasta pequeño me queda, ya que soy capaz de todo lo que me proponga, como mujer pensante e inteligente que soy —ríen entre sí.

—Claro, tan pensante que va a traer un hijo al mundo que ni sabe con quién lo engendró, eso será una vergüenza para ese niño o niña que traiga al mundo —me cruzo de brazos, alzo la mirada y sonrío de lado.

No llores ni te sientas mal Alizée, demuéstrales lo que vales con carácter.

—Vuelvo y les repito que es mi problema, además, si ellos me confiaron el puesto que al parecer les duele bastante, es porque yo sí puedo y lo he demostrado organizando los desastres que hace marketing, lo notorio es que a quienes les queda grande un simple departamento como lo es marketing, es a ustedes —se sorprenden y se hacen las ofendidas.

—Nosotras no hacemos desastres, eso es todo mentira —río, esa Béatrice no se cansa de fastidiar.

—Sí, por supuesto que no—menciono con sarcasmo—, por eso es que dicho departamento está tan retrasado con todo y nosotros, la cabecilla, tenemos que organizar sus problemas y errores, un departamento tan simple les queda grande, que vergüenza para tanto alardeo y alboroto. En vez de estar perdiendo tiempo molestando y que los jefes vean las cámaras de su “eficiencia” yendo a otro departamento a estorbar, les recomiendo ir a cumplir sus deberes.

Les abro la puerta para que salgan de mi oficina y Béatrice toma un megáfono de la parte de afuera de mi oficina.

—¡Atención empleados de la empresa de ropas y diseños Méunier! —la miro fijamente, esa Béatrice no se cansa de hacer el ridículo.

Que no lo diga… no me siento lista.

—Deberás respetarme Béatrice, le diré esto a los superiores, ahora mismo estoy a cargo y los jefes han dicho que fallarme a mí es fallarle a ellos —ríen las tres al unísono.

—No me importa que seas la líder, le diré tu secretito a todos —sigue molestando, pero me urge correr al baño a vomitar, me siento mal y a la vez nerviosa.

—¡Les daré las buenas nuevas de la empresa!, ¡nuestra hermosa, pero incompetente gerente, Alizée Lacroix, está embarazada!, el detalle no es que lo esté, felicidades por ella —hace una pausa y salgo rápido del baño—, ¡no sabe con quién estuvo y desconoce quien es el papi! —las amigas ríen y la empresa se vuelve un caos.

Oh, no, esto sí que será un enorme problema.

Quiero romperme en llanto, quiero irme lejos y no saber más de ellas, sin embargo, esto pasará, puedo enfrentarlo.

Tengo que dar el frente en la empresa ahora, antes de que lleguen los superiores.

Voy y les abro la puerta de la oficina para que salgan por donde mismo entraron a las dos que están ahí después de la enorme vergüenza que hicieron, le mostraré a los jefes las cámaras de seguridad cuando lleguen.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.