Y es ahora mi deber cuidarte con mi vida. Es lo único que me importa.
WALTER MÉUNIER
Después de que Alizée se desmayara en mis brazos, no pude evitar sentirme mal, quizá sintió mucha presión, lloró, tuvo insomnio y ha sido por aquella situación de Béatrice.
La tuve que llevar al hospital, aunque no pude quedarme, iré luego con Raphael a su casa. Llamé a su tía, que es su madre realmente, y también a su hermana. Espero que todo siga bien.
Antes de irme de la sala de espera de aquel hospital, le pedí a su hermana que me llamase en cuanto estuviera en casa luego de la revisión.
Me encuentro con Raphael tomando algo de té en mi casa, hablando un poco de la situación en la empresa.
—Entonces, ¿sacaste a Béatrice definitivamente?—asiento levemente—, te había dicho que esa chica tarde o temprano daría problemas, es un alivio más grande ahora, quedan las otras dos.
—Sí, lo sé, no es sencillo que seas el líder de ellas y lo tengo claro, pero toma en cuenta que esa empresa es de mis padres realmente, debo acatar sus órdenes y adoran a Béatrice, la amistad fue desde niños, sin embargo, cuando fue creciendo se volvió…
No encuentro palabras para esa mujer.
—Terca, caprichosa, necia, irrespetuosa, en fin, una lista muy larga de cosas que tiene ella, no veo ni una virtud hasta ahora —completa mi mejor amigo.
—Así es, sin duda, hacía eso por mis padres lo de tenerla ahí, no porque me simpatiza la idea —miro al suelo—, esa empresa es lo único que queda de los Méunier unidos.
—Entiendo que te duela, pero no podemos complacer a ambos en tener a alguien que no aporta nada en la empresa—ladeo mi cabeza de forma afirmativa.
—Concuerdo con lo que dices, ya al menos salimos de ella... por ahora, hasta que me reclamen por ella hacerle berrinches a mis padres.
Siento mi celular desde mi bolsillo, la vibración es lo que me alerta. Noto que es Aimée, la hermana de Alizée y la contesto de inmediato.
—Hola, buenas tardes, señor Walter—cuanto respeto, es una característica de dicha familia.
—Buenas tardes, solo dime Walter, lo de señor no es necesario —río suavemente y hago pausa—, ¿Cómo sigue Alizée?
Escucho el suspiro de su parte, eso indica que algo no anda bien o al menos así lo logro interpretar.
—Ella está mucho mejor, solamente necesita descansar en este embarazo, ya usted debe comprender como es la situación.
Debe ser duro.
—¿Tuvo bajones emocionales el día que la enviamos temprano a casa? —la cuestiono.
—Sí, efectivamente, lloró por horas sin descanso y no durmió bien ni se relajó lo necesario.
Ay, no, ahora siento una gran culpa.
—Gracias por avisarme, iré a llevarle algo a su casa, quiero verla bien, nunca quise dañarla. Ella lo sabe.
Me sonrojo de solo pensar en ella. El objetivo nunca fue dañarla, ya entiendo lo duro que fue y lo malo que la tuvo que pasar por mi falta de empatía.
—No, gracias a usted por su atención, hablaremos, luego —cuelga y me pongo de pie.
Raphael se queda mirándome confundido.
—¿A dónde vas? —sonrío de lado, no he olvidado la apuesta que hicimos.
—Pues, a la casa de la chica que más quiero y estimo en este mundo, Alizée Lacroix. Debo visitarla, me siento un tanto culpable por la situación emocional de ella.
Él rueda sus ojos, le molesta que hable sobre ella, a fin de cuentas, uno de los dos ganará la apuesta y me esforzaré en hacerlo yo.
—Te acompaño, igual la quiero ver —niego.
—Si quieres ir a conquistarla con regalos y demás, ve en otro momento, me llamaron a mí y no pretendo dejar que me robes las ideas —se cruza de brazos y ríe.
—Lo que tienes es miedo de que vaya y te robe toda la atención que deseas, debido a que gané puntos con ella por tu error e imparcialidad.
Me dedico a observar fijamente su rostro, ese es mi mejor amigo, terco y competitivo, aún más si se trata de chicas.
—No te tengo miedo, puedo ser mucho mejor que tú en diversos aspectos. Ya cállate, no me quites más mi tiempo, hablaremos en otro momento, Raphael —expreso y me retiro.
—Aquí me quedaré entonces, dormiré en lo que me toca a mí visitarla.
Decido no responder más para no perder mi paciencia desde temprano. Prefiero irme caminando, mi auto tuvo una avería y lo dejé en el taller, de todos modos, es mejor caminar de vez en cuando.
Iré a comprar algo, solamente espero que pueda llegar pronto, París está precioso el día de hoy, me encanta ver el sol en su máximo esplendor, es divino.
Veo a un señor que vende flores, unas preciosas de color lila, eso sin duda le va a gustar mucho a Alizée. Aimée me había mencionado que ama las papas fritas, por lo que me voy a detener a comprarle unas también con unos chocolates.
También observé unos cuadros pequeños, bien hermosos, que decían una frase preciosa: “tu es plus belle quand tu souris” (te ves más hermosa cuando sonríes), por lo que decidí comprarla también. Pago todo, en esta zona siempre venden diversas cosas y me queda bien cerca cada una.
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Editado: 18.08.2025