¿ Bebé sorpresa?, ¡ni loca!

19: Salidas de agradecimiento

Quisiera solo alejarme y hacerme cuenta que esta vida que estoy pasando, no ha existido jamás… así como empezar de cero.

ALIZÉE LACROIX

Hoy es un día en el que realmente puedo sentirme bien, cada vez me acostumbro más a esta pancita que llevo y es precioso el proceso.

Lo que sí es raro al despertar, un sábado, es ver mensajes de ambos jefes, en serio que ellos me han estado dando más tormento que mi propio proceso de embarazo.

Miro los de Raphael primero, ya que están más arriba, al parecer escribió de último, da igual en qué orden fuese.

Buenos días, Alizée, espero que hayas amanecido de excelente ánimo.

No, la verdad es que no amanecí muy bien con ellos molestando a cada segundo, pero sigamos.

Sé que seguro has de estar cansada, estresada e incluso con ocupaciones.

Pues sí, ¿qué cosas come que adivina?

Deseo invitarte a salir para que te relajes un poco, si gustas, esperaré para decirte cómo reunirnos, si es un no, no hay ningún problema y espero que tengas buen día.

Esas son unas de las cosas que me gustan de Raphael, no es tan intenso, últimamente sí, andan saturando mi existencia, ambos con mucho trabajo, quizá es eso lo que me tiene tensa de ellos.

Comprendo que las campañas sean importantes, sin embargo, creo que estas semanas se sienten como aquellas donde hice la de Halloween, a diferencia que ahora tengo un premio en mi vientre.

Y ese premio cada día está más pesado.

Sigo en el chat de Raphael, con el teclado puesto pensando en que escribir, de todos modos, un pequeño descanso no me hace mal, ¿o sí?

Ya sé que responder a esto, admito que con él me siento segura y es muy simpático, otra cosa que he notado es que, es muy atento y ha estado más tranquilo, ha cambiado y es… asombroso.

Buen día, Raphael. Muchas gracias por tu deseo de saber como estoy, me encuentro bien el día de hoy, aunque sí algo estresada, por lo que, considero que salir contigo sería divertido.

Espero que no se tome esto de mala forma.

¿A dónde iríamos y a qué hora?, espero su respuesta. Tenga igual feliz día.

Salgo de su conversación y me pongo a mirar la de Walter, mi querido y malhumorado Walter Méunier, que últimamente ha estado igual o peor en nivel de estrés que yo.

Y no lo culpo, tener a cargo una empresa no es fácil, más una vida compleja.

Hola, Ali, espero que te encuentres bien. ¿Te gustaría salir hoy?, pues, sería en la noche si accedes a un restaurante muy bueno que he encontrado y que, sin duda, quiero compartir contigo.

—Ya que, te gusta comer unas que otras comidas chatarras, también comida china, tengo alguna que es interesante. Cuídate mucho y me dejas saber.

¿Acaso estos dos se coordinaron para invitarme a salir?, ¿qué estarán tramando?

Suspiro, pero tengo que esperar a ver a qué hora es que Raphael quiere salir conmigo, no quiero salir de noche la verdad, me gusta estar en casa.

Me muevo cuando siento a mi hermana entrar a la habitación, ella está sonriéndome como todos los días.

—Hola hermanita—deja un beso en mi mejilla y correspondo la sonrisa—Hola, Violette.

Sí, mi mejor amiga aún sigue conmigo, piensa que salgamos y tengamos un poco de vacaciones.

Estos días con ella han sido de lo mejor, aprecio demasiado que Violette esté conmigo acá.

—Buen día, mi Aimée—se agacha para dejar un beso en mi pancita.

—Hola, Aim, espero que estés bien hoy—Violette siempre se preocupa tanto por los demás.

A veces siento que no merezco esta familia, son demasiado lindas conmigo.

—Estoy bastante bien preciosa, espero y tú también—mi hermana hace una pausa para mirarnos a ambas—¿Vamos a desayunar?, hay un rico omelet con tocino que preparó mamá Adelaine—asentimos levemente.

Me encanta cuando ella hace ese tipo de comidas. Sé que púrpura igual las ama desde siempre.

—Eso no me lo preguntes, si es de ella, por supuesto, no como alguien que se le queman los omelets—me mira de forma seria.

—¡Fue una sola vez Alizée!, ¿no vas a olvidarlo?—río mientras vamos yendo a la mesa.

—No peleen tan temprano, siempre amor y paz—menciona una Violette algo asustada, a lo que nosotras procedemos a reírnos.

—Quisiera, pero recuerdo el sabor a carbón y se me pasa el querer sacarlo de mi mente y eso, que lo volteas pensando que tarde o temprano lo vería—hace un puchero mientras nos sentamos en la mesa.

—Pero lo hice con amor, Ali—río un poco.

—Tanto amor que se pasó de cocción.

Adelaine se nos une en la mesa.

—¿Qué chisme tienen hoy?—Le doy un beso en la mejilla mientras me acomodo para comer.

—La vez que Aimée me cocinó un plato gourmet. Omelet asado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.