En la libertad es que se ve la grandeza de tu alma.
ALIZÉE LACROIX
Después de tanto darle memoria a aquello que ha pasado con ambos jefes, consuelos de púrpura y mucho más, decidí que debo darme un descanso. Tendré unas ligeras vacaciones de trabajo, al menos hasta que me sienta cómoda de todos los actos que han tomado mis superiores.
Ya me correspondía descansar, sin embargo, como todo estaba tan apresurado en la empresa, preferí detenerme un poco hasta cumplir con mis vacaciones.
Esto me sirve más de meditación, relajarme y saber mejorar un poco más mis emociones para, sobre todo, poder convivir con la de otros.
Iremos a una playa algo lejos de casa, está a casi tres horas, lo cual me gusta mucho. Mi bella púrpura alquiló una caseta en una zona tranquila para pasar unos días, en serio creo que lo necesito.
A veces el amor suele ser demasiado complicado, es por eso que no decidí nada con ellos dos. Lo que sí es cierto es que, uno de ellos saldrá herido, vamos a ver como surge la situación, pero eso es en lo que menos quiero pensar ahora mismo.
Las chicas me llaman y voy donde ellas, el viaje es un poco largo y tenemos que irnos pronto.
—¿Estás lista Alizée?—le asiento suavemente a púrpura subiéndome al auto.
—Aimée, tú tienes que conducir, sabes que Alizée no puede, yo iré de copiloto por si acaso, mientras, Alizée y Violette tienen que convivir ahí detrás, ya sabes que a ella no le queda mucho para irse.
Mami Adelaine expresa y acatamos sus órdenes. Púrpura y yo estamos juntas, felices, hasta que comienzo a sentir las patadas de mi bebé.
—Siente aquí, púrpura, se está moviendo—ya Aimée comenzó a conducir, pero miran para notarlo.
—Ay, mi sobrina ya quiere salir de ahí, ¿verdad que sí preciosa?—le comienza a hablar y se mueve aún más, me causa algo de molestia, pero me emociono al punto de soltar unas lágrimas.
—Que hermoso todo esto, es una emoción que no tiene explicación alguna, chicas—limpio mis lágrimas y mi mejor amiga me abraza.
—Esa bebé va a ser muy querida y feliz, aunque no tenga esa figura paterna—asiento.
—No me rendiré en buscarlo aun así, espero que no desista a ello cuando sepa quien es—sacudo mi cabeza—Aimée, coloca algo de música, no quiero hablar de problemas, estos días fuera de casa son para absoluta relajación.
—Como ordene, mi querida hermana embarazada, preciosa—me sonrojo y sonrío, amo estos momentos con ellas, son las mejores.
Mis jefes pretenden que estaré en casa descansando, cuando la realidad es otra rotundamente. No quiero estar en París por unos días, me lo merezco también.
Observo a Violette metida en una página para parejas, río cuando la noto.
—¿Seguirás buscando pareja por ahí?—asiente.
—No pretendo rendirme, necesito un chico, esta abstinencia no me hace bien—reímos.
—Pero cuídate para que no acabes como yo con un globo de cumpleaños—las carcajadas no faltan, en serio es verdad lo que dicen que la risa es la mejor medicina para sanar los dolores y angustias del alma.
Ellas completan esa medicina.
—¿Y ya estás hablando con alguien en especial?—asiente.
—Sí, aunque la verdad no es muy atento, es de Francia igual, aunque no me dijo el estado.
—Tranquila—toco su hombro—si es para ti, siempre va a estar en cualquier modo en tu vida. Estarán destinados. Dale tiempo al tiempo.
—Lo haré, me tomaré todo con total calma—sonrío y dejo un beso en su mejilla—gracias por estar para mí, Ali.
—Tú has estado más que yo en mis problemas, sabes que siempre estaré aquí para ti—me señala con su celular para tirarnos una foto.
Pienso en lo genial que sería que estuviera con nosotros Nadine Rosseaux, mi prima.
Ella y yo hemos sido muy unidas, aunque sea una prima lejana, por lo extensa que ha sido mi familia, puedo decir que éramos unidas al punto de ser casi como Violette y yo, pero al vivir en Italia, se ha olvidado de nosotros por el trabajo y otros asuntos.
La llamé para que viniese a reunirse, pero me comentó que no estará presente y no puede viajar. Yo le entiendo, a veces no se puede dejar aquellos recursos que son nuestro pan del día a día.
No obstante, lo que más anhelo ahora es poder llegar a este asombroso lugar en donde nos vamos a relajar y estar bien.
Miro mi celular y noto mensajes de ambos, tanto de Raphael como de Walter.
Siento mucha intriga, así que entro a mirar todo lo que hay, a la vez, me encuentro muy nerviosa.
—Hola, Alizée—leo el de Walter primero.
—Lamento mucho de verdad que esta situación esté pasando, espero que estés descansando bien en casa y vuelvas pronto al trabajo.
—No hablaré más del tema hasta que te sientas lista, sin embargo, me preocupa nuestra relación de amistad y laboral forjada en este tiempo que llevas a mi lado.
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Editado: 05.09.2025