Tener paz y buscar lo que más amamos es lo único por lo que debemos de luchar en esta vida.
NARRADOR OMNISCIENTE
Los días van circulando y pasando con rapidez. La relación de Walter y Alizée se ha solidificado, pero él sigue esperando su aprobación total.
Con la nueva presentación de la campaña de ropa no han tenido tiempo suficiente para hablar de unos temas que les incomodan el uno con el otro, ya que el estrés ha estado encabezando todo su entorno.
Walter entra a la oficina de Alizée y se sienta enfrente de ella, aquella chica se está sintiendo algo cansada, lo cual está siendo evidenciado por su respirar acelerado.
Él le extiende un poco de agua, ella le asiente agradecida.
—No te había visto hace unas horas, cuánto estrés, al menos todo salió bien—Alizée mueve su cabeza de manera afirmativa y sonríe.
—Realmente sí, he estado estresada, pero caminar me hace bien, siempre y cuando sea con los debidos cuidados—él le toma una de sus manos como modo de reconfortar.
—Lo sé, sin embargo, el día que hablamos te dije que no había terminado de hablar contigo, hay algo que me tiene confundido y mal—hace una pausa y ella lo observa fijamente—¿te casaste o vives con alguien?—la risa de la joven rodea toda la oficina.
—¿Casarme yo?, ¿con alguien que no seas tú?, eso es imposible—Walter se sonroja.
—Aquí vino un hombre diciendo que era el padre de tu bebé y que… pues, tenía unos exámenes, parecían muy reales, me amenazó y también a Raphael, no entiendo que cosas quería ese hombre, sin embargo, no deseo que te haga daño ni te toque.
Comienza a entrar a la computadora de ella para mirar la cámara y mostrarle todo lo necesario, ella se asombra al notar quien era.
—Es Enzo—aquel semblante tranquilo de Walter cambia drásticamente.
—¿Entonces sí lo conoces y estás con él?—ella niega repetidas veces con su cabeza.
—No, siempre estuvo enamorado de mí en la secundaria, hace un tiempo atrás me siguió y me mintió diciendo que era el padre del bebé, creo que ahora su objetivo es molestarlos a ustedes porque sabe de nuestra cercanía y, alguien lo está mandando—Walter frunce el ceño.
—Me huele a que Béatrice le pidió hacer eso, siento que es así porque nadie sabía que me iba de la casa, ellos seguro me investigaron, Enzo tampoco sabía donde vivía porque me encontró en la calle, deben de estar combinados, de un modo u otro, eso tendremos que averiguarlo—afirma lo que ella le expresa con la cabeza.
—Así es, bueno, eso me tiene tranquilo de que, no estás con él, ya entiendo todo, sin duda debe de estar enfermo para decir y hacer semejantes cosas—deposita un beso en la mejilla de ella—aunque si analizamos bien la situación, cualquiera se enfermaría contigo—Alizée se sonroja.
—Ya basta, haces que me dé ternura—él le sonríe y ella imita su acción.
Alguien toca la puerta y ambos dicen “pase”, a lo que entra esa persona y es Raphael algo serio con unos folletos en mano.
—Disculpen, vengo a traer esto—Alizée mira lo que es y asiente—es para que lo revises. Me retiro.
Ella se pone de pie y toma su mano, él se queda mirándola fijamente.
—Necesito hablar contigo un momento. Walter, ¿nos das un momento por favor?—le pregunta con seriedad.
—Sí, vengo dentro de un rato.
Ya Walter estaba enterado que es para dejar las cosas claras y no para nada malo, así que está tranquilo de eso.
Raphael la observa con determinación, ella le hace un gesto que se siente en la silla mientras sus mejillas se ruborizan.
—¿Qué debes hablar conmigo?, lo mejor es que me mantenga lejos de ti, ya que, se que hice mal y no me perdonarás, Alizée—ella se cruza de brazos y niega.
—Sé que te fuiste de fiesta con Béatrice, Camille y Chloé, pero eso no es relevante. La cosa es que te perdono, aunque me sorprende que después de todo lo que hicieron te hayas ido con ellas.
—Pues, necesitaba relajarme del daño ocasionado. Espero que me perdones un día—traga en seco.
—Ya te dije que te perdono, lo que sí quiero es que no sufras—él la toma de la mano.
—No lo haré, fui un tonto aun cuando me dijiste que te gustaba mi mejor amigo quise insistir en los sentimientos y estuvo mal. La apuesta fue otra locura y de mis caprichos, Walter no quería hacerlo.
—Yo comprendo, olvida la apuesta, solamente quiero que seamos jefe, empleada, amigos y nos tengamos el mismo aprecio, cariño y respeto de siempre.
Él mira al suelo para luego verla a ella.
—Perfecto, eso es lo mejor para mí, es justo lo que deseo. Mi vida siempre ha sido las fiestas y las locuras, debo encontrar una chica a mi misma par.
—Sé que la encontrarás, eres buen hombre, a pesar de esos desbalances emocionales—ríen juntos.
—Gracias, espero tener una buena mujer. Si creo que una chica un día me cambiará. Necesito y anhelo que alguien me ayude a ser diferente.
—Podrás, solamente ten mucha paciencia, en su momento estará—la abraza suavemente.
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Editado: 05.09.2025