Todo aquello que dolió necesita ser sanado, pero esto no se cura con la hipocresía.
RAPHAEL BRUNET
Sin duda conocer la aplicación de citas me ha dado más confianza y tranquilidad. Esa chica que me habla y estoy tratando, me agrada bastante.
Reviso mi celular pacíficamente y noto que me ha respondido, ha habido tanto trabajo que no tuve tiempo de relajarme, ojalá que no piense que la he olvidado o ignorado.
Me acomodo en casa, esperando que la ducha prepare un poco de agua caliente, la verdad me siento agotado, se ha estado planificando mucho, esto de ser socio no es tan sencillo.
Ella me dijo ¡esta noche!, oh no, qué cosas. Tengo que darme rápido porque no sé si allá en Inglaterra sea más misma hora.
Decido ir a la ducha a mirar si ya está listo y, es así. Tomo mi celular y le escribo mientras siento el agua calentita en mi cuerpo.
—Hola, preciosa, bueno, me disculpo por no responder antes, este día ha sido bien pesado con el trabajo. Déjame un mensaje si estás disponible para hablar por videollamada.
Respiro profundo y muevo mis dedos de forma nerviosa, la voy a ver por fin.
¿Debería vestirme formal?, no, no quiero exagerar. Lo mejor de todo es que a ella le gusta que sea sencillo, que no muestre nada exagerado solamente por impresionar.
Pasado unos minutos decido salir de la ducha, sin dejar de mirar el celular, hasta que noto un mensaje de parte de ella. Salto como niño pequeño.
Entro de inmediato a leer lo que ha escrito. Mi corazón está totalmente acelerado, no aguanto más, deseo verla ya.
—Hola, cariño. Claro, dime, si ya estás listo, ahora puedo. Te espero.
¡Ah!, me aterro, así que me visto cómodo, pero rápido, coloco mi desodorante, perfume, el cual no se para qué si no me va a oler y, corro a mi computadora para hacer la llamada más cómoda y amena.
Me miro una vez más al espejo y me veo bien, esta es la primera impresión, así que de aquí ella va a determinar si será mi chica o no.
—Ya, justo ahora estoy esperando por ti, ¿quién marcará primero?
—Vamos a ver quien tiene mejor señal—me responde, ay, que nervios tengo.
La llamo y he ganado, observo su rostro y, no puedo creer que de verdad sea tan hermosa.
Nos quedamos en silencio unos minutos y noto sus mejillas sonrojadas.
—¿Qué tal te va Raphael?—mira al suelo continuamente, lo cual se me hace demasiado tierno.
—B-bastante bien la verdad, me siento genial de verte—ella toma una galleta y me la coloca en la pantalla para que la reciba.
Abro la boca y eso me parece aún más adorable.
—Yo igual, aunque ya te conocía—frunzo el ceño—Vaya, que mala memoria tienes.
—¿Ya te he visto en persona?—asiente.
—Soy… la mejor amiga de Alizée, estuve en la revelación de género de su bebé.
¡Ah!, esta no me la esperaba.
—Disculpa, sufro a veces de memoria a corto plazo. Increíble, no pensé que serías tú, es que en la foto no te pareces—ríe un poco.
—La de la foto no soy yo, la quería poner más interesante, pero noto que aun mirando mi rostro real, no te diste cuenta.
—Cierto. Tienes toda la razón. Me disculpo.
Oh, no, esto me quita puntos, ya que, por la confianza que recuerdo entre ellas, seguro Alizée le contó de mi broma pesada.
—Bueno… ¿cómo te sientes?
—Algo asombrado y un poco mal a la vez—ella coloca un gesto apenado.
—¿Mal por qué?, ¿no estabas feliz por verme hace un momento?, vaya y eso que dicen que somos nosotras las mujeres las más complejas.
Río un poco y la observo fijamente.
—No, pues es que, si estoy feliz de conocerte, pero que, le hice daño a tu mejor amiga con una broma, supongo que ya lo sabes—asiente con un semblante sin gestos.
—Pues sí, la verdad sé todo, sin embargo, las personas a veces merecen una segunda oportunidad, conmigo puedes ser diferente. Aunque me dolió la que le hiciste a ella.
—Lo sé, la quería antes o al menos eso pensaba, seguro me gustaba más el dinero que ganaría en la apuesta que ella. En fin, gracias y espero que conozcas mi verdadero ser, sin máscaras ni filtros, simplemente siendo yo.
—Eso me gusta mucho, tú y Alizée no tendrían futuro, ella ama a Walter y… no creo que se pudieran sobrellevar el uno con el otro.
Asiento y cierro mis ojos.
—Así es, bueno, hablemos de otra cosa, de nosotros. ¿Cuándo regresas aquí a París?
—Ya espero que sea en unos meses cuando tenga mis vacaciones, quisiera salir contigo y conocernos un poco más en persona… Raphael—me pongo tenso y trago seco.
—Igual quiero eso, gracias por ser tan buena persona. Deseo que salgamos a fiestas—sonríe.
—Alizée me regaña, sin embargo, sabe que eso me encanta, así que digo que sí.
#666 en Novela romántica
#275 en Chick lit
#195 en Otros
#96 en Humor
embarazo insperado, jefe empleada celos comedia romantica, secretos amor verdadero y complicado
Editado: 05.09.2025