Bedavenano, el renacer de las sombras

Capítulo 10: Luz y Oscuridad.

Las sombras fueron creadas con el mundo, a la vez que la luz. Luz y oscuridad. Nacieron al mismo tiempo, porque no puede haber luz sin oscuridad, ni oscuridad sin luz. Nacieron como iguales, se complementaban, nadie veneraba a la luz y nadie temía a la oscuridad. Todo era paz, igualdad y tranquilidad.

Hasta que alguien decidió que la luz era mejor, y el mundo lo siguió. Dejarían de respetar a la oscuridad y empezarían a odiarla y temerla. La oscuridad se volvió algo desconocido y aterrador. El mundo empezó a inventar lámparas y hogueras, para evitar la oscuridad. Incluso rasgaron los cielos y crearon las estrellas, para que la noche fuese más brillante, menos oscura.

Creaban cada vez más inventos, más formas y maneras para extinguir la oscuridad. La oscuridad no se tomó esto muy bien y enfureció. Ella no entendía por qué hacían eso, ella era igual que la luz, era necesaria. No era mejor ni peor, eran complementarias. No entendía por qué la rasgaban, la extinguían y la atrapaban. No lo entendía. Pese a ello, tenía que defenderse para no desaparecer, le echaba la culpa a la luz de todo aquello, pese a que no fuera verdad. Pero se sentía demasiado vulnerable, cada vez más pequeña. Tenía que hacer algo.

La oscuridad enfureció tanto que empezó a desplazarse, a despertar, a vivir. Pese a que estaba rota, hecha cachos. Se desplazó consumiéndolo todo, absorbiendo la luz. El mundo no sabía cómo reaccionar, su preciada luz desaparecía, todo se apagaba. Decidieron buscar una solución definitiva. Los mejores magos de todo el mundo crearon una esfera, una gran esfera hecha de luz. Le tendieron una trampa a la oscuridad y ella cayó en ella. Atraparon a la oscuridad, la encerraron en aquella esfera y la escondieron.

No acabaron con la oscuridad, ya que seguía habiendo noche, los lugares cerrados eran oscuros, pero la luz prevalecía. El cielo nocturno estaba rasgado y los lugares oscuros se iluminaban con una simple cerilla. La oscuridad no había desaparecido, pero lo que quedaba eran solo restos.

Muchos, muchos, muchos años después, una archimaga poderosa descubrió la esfera con las sombras y decidió remediar aquella injusticia. Liberó a las sombras y el caos volvió a estallar. Milenios de rencor, furia e injusticia arrasaron las calles, absorbieron los colores y apagaron la luz. Lograron volver a encarcelar a las sombras en su cárcel esférica, hasta que tres mil años después, la volvieron a abrir.




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