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Capítulo 36

 Capítulo 36

(Muchas gracias por leer la historia y acompañarme en esta aventura :))

Irina

El resto de la mañana estuve en la biblioteca intentando mantener mi mente ocupada con los números y los planos que tenía delante de mí. Tal como se nos había pedido debíamos continuar con nuestra parte de la misión.

 

Por el momento me ocuparía de la teoría y luego le mostraría a Enzo mis planes de cómo proceder con los siguientes traslados de mercancías y de dinero para así evitar los controles de la policía...


 

La llegada del mediodía se anunció algo tardía para todas las personas que nos encontrábamos en la mansión ya que después de la visita de esta madrugada de Caesar Vellutti la mañana transcurrió con lentitud para un día de verano.

Los hombres de seguridad del clan Lenkov y Vittore ahora más que nunca tenían que colaborar juntos para estar preparados a los cambios que llegarían en un futuro. De momento los cambios de guardia se habían asignado e incluso repasaron las diferentes estrategias de evacuación en caso de que el enemigo lograra traspasar los aros de seguridad.
Solo debíamos estar preparados para una eventual emergencia.

Estos hombres habían hecho un juramento de defender y proteger a cada miembro de su respectivo clan aunque eso significaba perder su propia vida para llevar a cabo su cometido.

Lealtad.

Enzo y yo no dejariamos que ni un solo hombre bajo nuestras órdenes perdiera su vida en esta guerra.

Una promesa silenciosa.


Hace apenas unos minutos había dado inicio la pequeña reunión y nos encontrábamos en el salón con Marcus Fabrizzi, Remo Monti jefe de seguridad de Enzo y Santino Ferrara líder de del equipo de seguridad enviado por el jefe Vittore. Estos dos últimos estaban encargados de cubrir la seguridad de la propiedad, organizar a los escoltas y ultimar detalles. Mi presencia ahí solo era un formalismo ya que mi gente desde temprano tenía la orden de seguir cada instrucción que le diera la gente del clan Vittore.

— Esta noche llega un envío del jefe Vittore – informó Enzo – el cual nos servirá en caso de emergencia.

Quizás lo más seguro es que se trate de armas y algo de dinero en efectivo, la única persona que conoce lo que realmente contiene ese envío es Enzo.

— Tendremos que ser cuidadosos ya que no queremos asustar a los vecinos – habló Marcus.

Podía haberme reído debido a cómo Marcus se refirió a la policía que trabaja con Rocco Lenzi que de vez en cuando hacía sus rondas cerca de la propiedad.

— Los vecinos ni siquiera lo notarán –Enzo le siguió el juego.

Escuchaba con atención y no iba a intervenir a menos que tuviera que hacerlo .

— ¿Que planean hacer con Elisabeth Zhang? – preguntó Remo posando su mirada en Enzo y luego en mi.

Alguien había tenido el suficiente valor para pronunciar aquellas palabras en voz alta. Remo transmitía el mensaje de aquellos hombres que se encontraban en la propiedad y necesitaban saber a lo que tenían que enfrentarse. Los entendía perfectamente pero precipitarse no serviría de nada.

Hasta el momento no tenía una respuesta sólida pero quizás Enzo sí. Él disponía de más información con respecto al siguiente paso que deberíamos dar. Estaba mas que segura que el jefe Vittore atacaría en cualquier momento …
Se produjo un breve silencio antes de escuchar la respuesta de Enzo.

— Debemos esperar el momento adecuado –puntualizó.
— Señor... –habló Remo.

Marcus negó en dirección de Remo Monti para que se detuviera. Mientras tanto Santino Ferrara únicamente observaba la escena en silencio y sin intención de intervenir.
Refutar una orden sería como desafiar el liderazgo de los  Vittore y eso podía convertir a cualquiera en persona non grata.

— No lo detengas, – intervino Enzo – me gustaría escuchar lo que tiene que decirnos.
—Señor, ella lo inició y debemos responder por lo que le hicieron a los nuestros –aquellas palabras contenían rabia.
— El período de luto no ha empezado y sugieren ir detrás de los responsables – excepto Enzo – Zhang pagará por su crimen pero no será el día de hoy. No quiero ningún fallo en la seguridad – ordenó Enzo con voz firme.

El ambiente se volvió tenso y minutos después la reunión se terminó, cada uno volvió a su respectiva tarea.


 

Pensé que el personal de servicio se había marchado esta mañana con Caesar Velluti aun así se escuchaba un poco de ruido en la cocina. Posiblemente es alguien que tiene hambre y vino a buscar algo para comer.

En verdad no habíamos hablado quién se ocupará de alimentar a la pequeña legión de esta mansión ya que habían otras prioridades en la mesa. Solo por unos días podemos sobrevivir con un plato sencillo o alguna pizza ¿verdad?.

Abrí la puerta sin hacer ruido y en el interior de la cocina se encontraba una mujer de espaldas que reconocí de inmediato, se trataba de Elettra que estaba cerrando el horno. Ella era una mujer de unos cuarenta años de piel ligeramente bronceada, su cabello negro apenas tenia canas visibles y aquella mirada de ojos marrones. Elettra Zanetti además de ser la esposa de Aro Zanetti también es alguien muy especial para los hermanos Vittore.

— Buenas tardes, señora Zanetti– salude dedicándole una sonrisa amistosa.

Ella limpió sus manos en su delantal antes de acercarse. Por unos instantes aquel gesto me resultó tan cálido y hogareño que incluso hizo que la reunión con Enzo y los demás se sintiera como un recuerdo pasado…

— Señorita Lenkov – respondió a mi saludo depositando dos besos en cada mejilla.

Desde que conozco a Elettra siempre ha sido dulce conmigo y mi primo. No era necesario preguntar qué hacía aquí aunque me sorprendió que Aro permitiera que su esposa viniera hasta este lugar sabiendo lo que podía pasar. Las esposas del clan Vittore pocas veces salían del territorio del clan aunque había pequeñas excepciones.




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