Capitulo 40

Capitulo 40.

La residencia Vittore no había cambiado desde la ultima vez que estuve aquí.

Tenia buenos recuerdos que me hacían sonreí porque son parte de mi infancia y de mi adolescencia, aquí descubrí que queria algo mas allá de solo ser la princesa Lenkov quería también poder sentarme en la misma mesa que los lideres del clan.

Fue en abril del 2020 cuando volví por el cumpleaños del jefe Vittore junto a mi familia como lo había hecho los años anteriores. Apenas habían pasado un par de meses después de terminar mi relación con Enzo, así que se sintió distinto. Para nadie era un secreto que ambas familias, Lenkov y Vittore, mantenían una buena relación más alla de los negocios y afianzar tales lazos por medio de una boda. Algo que no sucedió, una princesa extranjera no era parte de las tradiciones.

Este año solo asistieron mis padres y Mark al cumpleaños del jefe Vittore. En ese entonces me por las negociaciones entre los Lee y Zhang era mejor que me quedara en Kazán de esa forma no llamaría la atención y habría rumores. Recuerdo que en las mañanas iba a la universidad y en las noches me preparaba para ir al Inferno, aquello era más sencillo.

Mi visita a la mansión era por otras circunstancias debido al entierro de los miembros del clan Vittore.

En el ambiente se percibía la tristeza, tantas personas de negro y miradas que no sabia descifrar si eran por la perdida o quizas esperaban atentos por la decisión del jefe Vittore ante la situación en la que se encontraba el clan.

Los negocios en ese instante quedaban en un segundo plano, luego hablaríamos de ello, en el instante presente solo importaba reconfortar a la familia de los difuntos.

Mire mi reloj y habían pasado dos horas desde lo sucedido en el auto, no pude evitar prestar mas atención a Enzo aquella mirada decía que su paciencia estaba llegando a un limite. Esa llamada que recibió justo al abandonar el cementerio lo había alterado, Massimo Salvatore era el culpable. Tampoco ayudaba que nos volviéramos a encontrar con su ex prometida en su casa. Sabia quien era ella cuando llegamos aun así le pregunte a Enzo, como no olvidar a Valeria ya que nos hemos visto en cada visita a Florencia. Valeria era la ex prometida de Enzo y mi razón para quitarme el colgante…

Aunque ninguno de los dos volvió a retomar el tema del colgante la gente de nuestro alrededor había olvidado las palabras de Artemisa en el cementerio porque primero miraban el colgante y luego miradas inquisitorias. No era la persona adecuada para llevarlo.

En mi intento por regresar el colgante a la madre de Enzo, Artemisa, ella se negó a aceptarlo de regreso. Me recordó nuevamente que era un regalo y también se debía al cariño que sentía por mi familia. Las mujeres del clan Vittore no lo entendían y solo veían en mi como alguien que había robado el lugar de Valeria.

Los rumores parecían acabar aun cuando ya había pasado tiempo de ello.

Enzo lucia tenso y listo para responder cualquier insinuación, pero cuando me miraba él sonreía no sé si para darme ánimos o si él estaba buscando la fuerza para permanecer en la reunión. Esto no le estaba haciendo bien y lo sabia.

Sabia que los rumores continuarían si me mantenía cerca de él así que la mejor opción era apartarme. De esa manera aliviaría la carga de Enzo. Mientras caminaba para ir donde Artemisa un par de mujeres murmuraron sobre mi actitud al permanecer tan cerca de Enzo y como ambos no sentíamos el mínimo de respeto por su ex prometida, Valeria. Toda esta situación se sentía un mal cliché. Estaba segura de que si hubiera llegado del brazo de Pietro los rumores serian de mis intenciones por enemistar a los hermanos Vittore.

Me sentía como si estuviera viviendo en una línea paralela donde habían olvidado un pequeño detalle que marca la diferencia en mi relación con Enzo. Estoy casada con Dante Volkov y mi presencia es solo como representante del clan del Norte. Muy allá de mi historia con Enzo ambos somos amigos y quería estar para él en estos momentos. Los Vittore estuvieron ahí cuando mi familia paso por la misma situación.

No estaba dispuesta a hacer algo que pudiera lastimar a Dante, eso lo tengo claro.

Dicen que las bodas y los entierros son dos ocasiones en la vida que logran reunir a las familias, este era el caso. Una reunión la cual desconociamos los nombres de los invitados.

Precisamente este encuentro no me agradaba para nada y hubiera preferido que sucediera en otras circunstancias. Por lo que veía algunas heridas no estaban del todo cicatrizadas al menos para esa persona que mostro su descontento en cuando nuestras miradas se cruzaron. Pietro era alguien inofensivo a lado de esa persona que me miraba con odio.

Era como si el universo no quisiera que este episodio no terminara. A escasos metros de mi se encontraba Valeria Giordano y esta era la primera vez que nos veíamos desde lo sucedido hace un año. Tampoco ninguna de las dos hizo el intento por saludar a la otra, ambas sabíamos en el fondo que seria como darles mas material a las mujeres del clan y pudieran avivar mas las llamas del chisme. Mantener la distancia fue la mejor decisión.

En mi ultima visita ella no asistió a la recepción. Entiendo que a nadie le gustaría estar en la misma habitación con la persona que provoco que se cancelara el compromiso. Viendo las cosas en retrospectiva Enzo tomo su decisión demasiado rápido y en mi defensa diré que no lo obligue a ello porque no desea convertirme en su sombra. Solo digo que si él hubieses estado enamorado de Valeria quizás otra seria la historia que contaríamos.

Valeria, Enzo y yo no fuimos unos santos, eso lo teníamos claro.

Para la familia Giordano les era más fácil culparme por la fallida relación de su hija y no eran tan valientes para atreverse a decírselo al jefe Vittore por miedo a las represalias. Nadie podía manchar el honor de un miembro del clan, esa vez solo guardaron silencio. Los niños repiten lo que escuchan en casa y así fue como Caeli me hizo llegar esta pequeña información pocas semanas de marcharse Enzo de Kazán.