Después de llegar al departamento de justicia de España pasamos la noche ahí nos prepararon unas camas; aunque no muy cómodas pero eran mejores que las de la cárcel, no podía quedarme dormida tenía un poco de insomnio, mal dormir, era difícil recordar aquel día que me llevaron a la cárcel el rostro de mi hija, solo pensaba en ello, y si ella podía dormir bien. Además el amor enfermizo, toxico de Berlín no me dejaba dormir bien. Dé pronto el teléfono de la sala suena, y mis compañeros no se levantan, así que me levante de la cama y conteste:
-Hola ¿inspectora?-Dije confundida
-Mama-Dijo mi hija con una voz dulce-Mama soy yo cami, estoy con un amigo tuyo mami-Dijo con voz tierna.
-Mi amor ¿Qué amigo?-Dije un poco preocupada.
-Mama es…-dejo un profundo espacio y silencio de mi hija y de pronto el teléfono se queda sin sonido por un instante.
-Soy yo, mi amor-Dijo Berlín con una voz un poco ronca.
-¿Qué haces con mi hija psicópata?-Dije muy molesta.
-Oye pero calmémonos la niña está bien, y esta con su padre… Ahh y no se te olvide que no puedes hacer nada, ni nadie puede solo yo-Dijo Berlín con una voz egocéntrica.
-¿Quién dijo que no puedo?...Te odio Andrés-Dije furiosa.
-Y yo te amo, pero necesito una pequeña cosa de ti mi querida Azul-Dijo Berlín.
-No te daré nada-Dije.
-En el teléfono escuchaba el grito de mi pequeña <Mama ¡Ayuda! ¡Ayuda mami!>
-Tuve una sensación rara, de mareo, y de que el mundo me daba vueltas comencé a quedarme sin aire y dejar de respirar por un momento, solté el teléfono y me acerque a rio.
-Ayuda-Dijo Allison-Puse mi mano en el cuello me di golpes en el pecho intentando de respirar, pero al parecer no podía, sentí un asma horrible.
-¿Qué pasa Azul?-Dijo Rio muy preocupado.
-Toma a Allison y despierta a Alice.
-Llama a los paramédicos Alice ¡Ya!-Dice Rio desesperado.
Alice baja por el ascensor al segundo piso. Ellos se encontraban en el tercero, el ascensor baja rápido y ella llama a los paramédicos.
-Rio nota un ruido proveniente del teléfono de la sala y lo toma
-Hola –Dice rio muy confundido.
-Hola mi amigo, rio tiempo sin hablar, no crees traidor-Dice Berlin un tanto sarcástico
-Mira Berlín vete al diablo, si déjala en paz ella no te ama, y a su familia también esto es entre tú y yo Andrés Follonosa-Dijo Rios muy molesto.
-Hey Traicionero, ahora juegas en ligas de la policía entiende esto ¡Ella será mía!-Grito en el teléfono.
-Vete a la mierda-Dijo Río-De pronto antes de cortar escucha la voz de una niña qué pregunta ¿Qué le paso a mami?-pregunta la niña al fondo.-Eso lo enfurece más –Sabes que Berlín tócale un pelo a la niña y te matare con mis propias manos-Dijo Rio muy molesto.
-Enserio crees que Tokio querría que lo jodieras todo por una niña y su madre-Dijo Berlín
-Tokio está muerta-Dijo Río furioso.
-Muerta eso lo veremos –Dijo Berlín y cortó la llamada.
Llegó el ocaso y con él la hora de dormir; todos estábamos cansados por el día exhaustivo que habíamos pasado, unos cuantos guardias acomodaron nuestras camas en la misma habitación para todos, en su centro había una mesa de noche y un reloj; el cual, a su vez tenía un teléfono fijo al lado.