Bella Como La Luna

CAPÍTULO 7

Adentrándose en lo profundo del mar se encontraría con Marina la líder del clan, flotando de forma vertical con su cabellera plateada elevándose por el agua y su mirada serena y dominante sobre Luna.

–Marina ¡Que gusto volver a verte! –dijo Luna acercándose para abrazarla.

–También me alegro de verte –dijo Marina.

–¿Qué haces aquí? nadaste toda esa distancia. –hablaría Luna sorprendida.

–Estoy aquí para llevarte de regreso Luna –soltó Marina –tomando su mano debes volver de inmediato.

–¿Por qué? ¿sucede algo? –preguntaría.

–Tienes que volver Luna es una orden –diría Marina con la voz un poco más fuerte.

–No lo entiendo. Escucha Marina. Estoy pasando por un momento increíble y…

–Estas enamorada –le corto Marina –esa es la razón por la que debes volver Luna. De lo contrario solo vas a sufrir.

–¿Qué? –dijo sorprendida Luna.

Marina asintió –¿sabes por qué nosotras tenemos prohibido amar? ¿Por qué el amor fue eliminado de nuestro clan? –Luna negó con la cabeza –es porque el amor es un arma de doble filo. Quien ama, también debe odiar y nosotras no somos criaturas de odio. Si te quedas aquí te contaminaras. Como la líder de nuestro clan no puedo no permitirlo. Debes volver conmigo. –se daría la vuelta para llevársela.

No pudo moverse debido al fuerza que Luna ejerció –no puedo.

–Luna –dijo Marina.

Miraría en dirección donde se encontraba Darío esperándola –no puedo soportar estar alejada de él. Incluso a esta distancia me hace falta, no quiero dejarlo solo, con todas esas personas que quieren lastimarlo.

–Eso es porque estas enamorada, pero con el tiempo lo olvidaras y tu corazón se calmara. Pero como te dije no puedo permitir…

Luna se soltó del agarre de Marina –lo siento Marina, pero no voy a regresar al clan. Me quedare con él.

Marina se posó frente a Luna –si te quedas vas a sufrir Luna. Eso es lo que significa el amor. Sufrimiento.

Luna asintió –también representa una mágica sensación, que nunca antes has sentido. Y solo aparece cuando estas con la persona correcta. Él es l persona correcta, me lo dice el corazón.

–Son solo palabras Luna. Las palabras…

–Es especial. No me trasforme en agua cuando me miro. Incluso sobreviví a la luz del sol, cuando desperté a su lado en playa –revelo Luna.

–¿Qué? Imposible. Eso no es posible –dijo Marina

–No lo es ayer en la noche fue herido. Su hermano lo lastimo de muerte, yo salí para ayudarlo y sin darme cuenta me quedé dormida junto a él y desperté en su casa a la luz del sol. Y hoy pase todo el día a la luz del sol –revelo Luna. 

Marina bajo la mirada por lo revela –te lo pediré por última vez Luna regresa al clan. De lo contrario sabes lo que eso significa. –Luna la miraría con temor y Marina noto su expresión –ves, esto es lo que significa amar. El amor significa muchas cosas, por tomas malas decisiones, te aleja de tu familia. El amor no lo vale porque es un camino sin luz. –Luna estaría sumamente temerosa, indecisa quedarse con Darío significaba perder a su clan el hogar donde nació y creció –Luna.

Ella se quedaría en silencio unos momentos dándose cuenta de otro significado del amor. El amor es sacrificio. Es arriesgado. Nado un poco hacia adelante.

–Me voy a quedar con él –dijo con firmeza, pero en su voz era con vacilación.

–Entonces Luna, ya no formas parte de mi clan y tampoco lo formas de otro clan –hablaría Marina nadando unos metros. –solo una cosa Luna. A pesar de sobrevivir al sol debes volver al agua cada tres días, de lo contrario si morirás.

–Gracias madre –contestaría Luna.

Marina se alejaría nadan dejando a Luna, sintiendo un gran vacío en su pecho al alejarse de su clan, ya no tenía familia. Ahora solo tendría a Darío y muchos obstáculos al convivir con un humano se le vendrían encima. Además, sabía que mundo humano era atroz, y ella misma lo había confirmado, pero siguiendo su corazón a arriesgo por él. Aun sabiendo que podría contaminarse.

Salió a la superficie arrastrándose por la arena, donde Darío la esperaba con una sonrisa en el rostro.

–Luna –dijo corriendo hasta ella –me alegro de verte. Pensé que te habías ido, porque no salías del agua. ¿Qué paso? ¿Quién era?

–Era mi líder y madre –revelo Luna.

–En serio. Y, que te dijo.

Luna bajo la mirada –quería que regresara al clan. Porque teme por mí, en el mundo humano.

–¿Por qué dices eso? –pregunto.

–Nosotras las asradis somos prácticamente diosas. Y hace mucho prometimos no dejarnos manchar por la maldad. Y los humanos están rodeados por ella. No quiero que el odio o cualquier otro sentimiento negativo habite en mí.

Darío la miraría temerosa su cuerpo temblaba, en verdad tenía miedo de esos sentimientos. Darío la abrazo por detrás pegándola a su cuerpo.

–No te preocupes. No dejare que esos sentimientos te invadan –la abrazo con más calidez trasmitiéndole mucha confianza –yo me encargare de hacer todos tus días felices.




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