casa de mi tía y toqué la puerta, mi tía salió, y no estaba contenta, pero me hizo pasar.
-¡Tardaste más de lo que dijiste!-
-Había bastante tráfico (lo cual era verdad)-
-Pero vas en moto-
-Igual había mucho tráfico-
Seguí hacia el cuarto de mis hermanos, al abrir la puerta la habitación apestaba a mentol, al verme mis hermanos sonrieron y trataron de ir a abrazarme, pero no se los permití.
Mis hermanos se llamaban Natalia y Nathaniel, son gemelos, y por eso tienen nombres parecidos, los dos tienen 9 años, la mayor es Natalia.
-¿Están bien?-
-Nos duele la garganta, tenemos mucha tos y fiebre- dijo Natalia
-Pónganse abrigos, los llevaré al pediatra-
Hicieron lo que dije y estábamos por salir, para llamar a un taxi, cuando mi tía me llamó.
-Vria, ven un momento-
-Los dos espérenme aquí-
Entre a la casa y fui hasta donde estaba mi tía.
-Esto es tu culpa-
-¿Mi culpa?-
-Si, si tu no te hubieras ido por tu capricho de no estudiar medicina, no estarían enfermos-
-¡Cómo me puedes echar la culpa, TU lo tienes que cuidar!-
-No me dan el dinero, ¿cómo quieres que los mantenga?-
-¡¡Mis hermanos y yo te pagamos cada mes, y tu tienes dinero de tu jubilación, ¿cómo que no tienes dinero?!!-
-¡No me hables en ese tono jovencita, te crié durante 8 años, y así me pagas!-
-¡¡¡Tu solo quieres el dinero, y fueron los 8 peores años de mi vida!!!, ojalá mamá y papá estuvieran aquí, para que vieran como trataste a mis hermanos y a mi-
-Pero no están-
Esa fue la gota que colmó el vaso, me di la vuelta y fui hacia la puerta.
-¡¡Vria, detente...!!-
Ya había salido de la casa y subido al taxi. Paso unos 15 minutos y llegamos al hospital.
Llegó nuestro turno, el doctor dijo que tenían bronquitis, si no se cuidaban su situación podía agravarse.
Salimos del hospital y fuimos a una farmacia a comprar los antibióticos, me pidieron que me quedara con ellos esa noche y les dije que si me quedaría.
Llegamos a la casa mi tía estaba en su habitación.
Me dirigí a la cocina para hacerles la cena, cuando terminaron les di su medicación y los mande a la cama.
Recogí todo lo de la cena, me preparé para dormir y me fui a acostar.
A la mañana siguiente me levante más temprano, desperté a mis hermanos les di el desayuno y los acompañe a la escuela. (entraban a las 7 de la mañana)
Los lleve en un taxi, llegaron bastante temprano ya que tenía que hacer un viaje de 2 horas. (mis clases iniciaban a las 7:30 de la mañana)
Regresé a la casa de mi tía, que ni siquiera me hablo, cogí las cosas para mis clases, me subí a la moto, me puse el casco y arranque.
En el camino tenía la cabeza llena de preguntas y preocupaciones, mi tía no les estaba cuidando bien, las defensas de mis hermanos estaban muy bajas y podía terminar hospitalizados, no quería perderles, ya perdí a mis amigos y a mis padres, no podía perderles a ellos.
Una cosa que me preocupaba era que iba allegar bastante tarde a mis clases.
Aceleré, pero llegué a un punto en que había mucho tráfico, lo que me retraso una media hora, aceleré todo el camino hasta llegar a la preparatoria, estacioné la moto, me quité el casco y corrí hacia el aula como si no hubiera un mañana.( ¿desde cuándo había tantas escaleras?)
Al final llegue, me apoye en mis rodillas, y respiraba entrecortada mente, toqué la puerta, pero nadie abrió, supuse que la profesora les abría dicho que no abrieran la puerta, volví a tocar, nadie. Me asomé por la ventana y no había nadie, caí en la cuenta de que teníamos danza. (el salón de danza está al otro lado de la preparatoria)
Volví a bajar tres pisos y corrí nunca, llegué al aula y me retorcía del dolor que me provocaba haber corrido tanto, toqué la puerta y la profesora abrio.
La salude con la voz entrecortada ya que mi respiración estaba muy agitada.
-Pase señorita Habans, al llegar tarde se quedó sin pareja, coja la escoba y practique con eso-
Lo que me faltaba, busqué a Miguel con la mirada y estaba con Lucía, la presumida, mire a Miguel, y por un momento nuestras miradas se encontraron y aparte la mirada.
Fui hacia el rincón donde se encontraban los productos de limpieza y cogí la escoba.
Eso era lo más vergonzoso que había hecho, bailar con una escoba, me sentía estúpida.