Bellas Artes

Resfriado

Llegué a mi casa muerta de frío, pero por alguna extraña razón, me sentía feliz. Solo esperaba que no me resfriara.

Mi apartamento, si podia llamarse asi era muy sencillo, tenía una habitación con un baño, una cocina con un comedor, y una pequeña sala, era lo más barato que conseguí y estaba en malas condiciones, pero tenía un techo donde refugiarme.

Fui a bañarme, después comí algo y fui a dormir.

Tuve un extraño sueño en el que aparecía Miguel, pero no le tomé importancia.

                                                                                       ***

Mis plegarias no fueron escuchadas, y a la mañana siguiente amanecí con un resfriado horrible, me dolía la garganta y tenía la nariz tapada.

Esa mañana ni siquiera desayune, empaqué mis cosas, mi almuerzo y me dirigí a la preparatoria, no tenía ganas de conducir, así que tomé el autobús...

Llegué bastante temprano, ya que había salido antes del apartamento, y Miguel ya se encontraba allí.

-Hola- me saludó

-Hola le respondí- mi voz delataba que tenía los ánimos por el suelo y que me encontraba fatal.

-¿Estas bien?,porque te ves horrible-

-Claro, me enfermé a propósito, me encanta enfermarme- respondí en tono sarcástico- por cierto, toma tu chaqueta-

El la recogió y me dijo:

-Te dije que no te mojaras-

-¡Pero si estaba lloviendo como si no hubiera un mañana!, y yo iba en moto, ¡¡en moto!!-

En ese momento, me dio la tos y tuve que girarme y tapar mi boca con mi antebrazo.

-No se ve bien-

-Tranquilo, se me pasará- respondí sonriendo.

-No hablaba de ti, le hiciste una mancha a mi chaqueta, y no creo que se quite facilmente-

Me sorprendía yo misma de lo idiota que podía ser el.

-Eres un idiota- murmure

-¿Dijiste algo?-

Lo mire fijamente y le dije:

-Si quiere le puedo hacer el favor de lavarle la chaqueta al señor- e hice una reverencia.

-De hecho eso tendrías que haber hecho, ya que hice el favor de dejártela, para que no te mojaras-

-¡Pero cuando me la diste yo ya estaba empapada-

-Eso te pasa por esperar como una tonta bajo la lluvia-

Le lancé una mirada asesina, y el simplemente sonrió.

En ese momento llegaron Adelia y David, que hablaban animada mente. Al llegar nos vieron a los dos.

Yo señalaba con un dedo acusador a Miguel, y el tenía las manos en los bolsillos del pantalón, y los dos nos mirábamos fijamente (como una pelea de miradas).

-¿Paso algo aquí mientras no estábamos?- preguntó David divertido.

Me di vuelta.

-¡Vria!- exclamó Adelia- te ves fatal

-¡No hace falta que me lo repitan!- exclamé.

-Seguramente te resfriaste por la lluvia de ayer, como ibas en la moto-

-¿Tu crees?- respondí en tono sarcástico.

-Llegaste bastante temprano- dijo Adelia

-Si, no tenía ganas de conducir-

-Y así si llueve ya no te mojarás- exclamó jovialmente David

-No estoy para chistes- respondí

En ese momento apareció el profesor de canto, justo ese día, cuando mi garganta estaba hecha pedazos tenía que tener esa materia.

Arrastre mis pesados pies (así los sentía yo) hasta mi silla. Y cuando todos llegaron el profesor dijo.

-Su profesora de danza me comentó que están formados por parejas, así que quiero que se unan y trabajen cualquier canción de dúo para cantarla en frente de todos sus compañeros-

Se escuchaba como arrastraban las sillas para unirse, miré a Miguel y el estaba decidido a no moverse.

-¿En serio?, ¿ni siquiera porque estoy enferma?-

-Eso es tu culpa-

Me di por vencida, no quería discutir, así que me moví

                                                                                                  ***

Era hora del receso, y fuimos a sentarnos a nuestro lugar ( era todo de hierba, nos sentábamos en el suelo, nos gustó ese lugar)

-Vria ¿cómo te sientes?- pregunto Adelia

-Bien- mentí

Y me tumbé sobre el césped, estaba fresco y suave.

Miguel estaba a mi lado y me toco la frente.

-Tienes fiebre-

-Tranquilo, ya he tenido fiebre, me tomo una pastilla y ya, por cierto, si quieren mi almuerzo se lo pueden quedar-

-¿Estas comiendo bien?- preguntó Miguel

Su voz denotaba preocupación.

-Yo creo que no, pero hoy ya voy a comer bien-

-Entonces come tu almuerzo-

-Pero no tengo hambre-

Empecé a sentirme mareada.

-¡Tienes que comer algo!-

-No tengo ham...-

-¡¡Vria!!-

De repente me desmayé, escuchaba la voz de Miguel diciendo mi nombre, todo se volvió obscuro y no recuerdo más...



#34515 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amistad, dolor

Editado: 13.09.2020

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