-Es una amiga- respondió Miguel
Ella me miró fríamente y con cara de asco sin que Miguel lo notara.
-¿Qué quieren para comer?-
Pasados unos minutos llegó la comida, la chica me miró con recelo y se fue.
-¿Quién es ella?- pregunté
-Una conocida-
Esbocé una sonrisa pícara.
-¿De verdad?-
Miguel me miró impaciente y dijo:
-Si, se llama Elisa, ahora come para que te tomes la medicina-
Hice un puchero.
-Si, mamá-
Empecé a comer, estaba deliciosa.
-Por cierto, es bastante bonita-
Mire a Miguel para ver como reaccionaba y dijo:
-La belleza no lo es todo-
-Pero tienes que verla, su cabello, sus ojos, su piel incluso tiene una hermosa figura-
-Eso no sirve de nada si la persona tiene una horrible personalidad-
-Bueno, eso es cierto. ¿Desde cuándo la conoces?-
-¿Por qué preguntas eso?-
-Responde mi pregunta primero-
El suspiro.
-La conozco desde que tengo memoria, es la hija de la mejor amiga de mi madre-
-Entonces tiene que tener una historia interesante- dije eso mirando de reojo a Miguel.
El agacho la mirada.
-Si, se podría decir que si-
Levanté la mirada y esbocé una sonrisa.
-¡No, espera no quise decir eso, no es lo que tu piensas!-
-Lo siento, demasiado tarde, ya lo dijiste-
-¡Solo come y deja de hablar!-
Miguel se empezaba a ponerse rojo.
-¿Te incomode?- pregunté sonriendo
-¡No, claro que no!-
Ahora estaba rojo como un tomate.
-¿Y por qué te pones rojo?- yo estaba a punto de partirme de la risa, ya que estaba irritado e incomodo.
-Cambiemos de tema- dijo mirando a hacia la derecha
-¿Por qué, el que nada debe, nada teme?, acaso... ¿hay algo que no me estas contando?-
Yo me estaba divirtiendo bastante.
-¡De acuerdo!, ella es mi ex...
En ese momento lo interrumpí.
-Lo sabía- exclamé triunfante.
-No termino, me fue infiel, con mi mejor amigo, le di otra oportunidad, y me volvió a ser infiel, esta vez con mi hermano y mi padre-
Me quede en shok, le había sido infiel tres veces, y con su propia familia, en ese instante se me borró la sonrisa de la cara.
-Yo... lo siento, no lo sabía-
-¡Ese es el problema, no te metas en lo que no sabes!, ¡¡no obligues a los demás a contarte cosas que no quieren!!-
Parecía realmente enojado y lo único que hice fue agachar la cabeza.
Cuando acabe de comer y me tomé los medicamentos, le dije que iba a estar afuera.
Salí y allí se encontraba su moto, era una belleza total comparada con la mía, claro que la suya es mucho más cara.
Mire al rededor y me subí a la moto, era fantástico, en ese momento me puse a pensar, en lo que dije, había sido una entrometida total, sin darme cuenta apoyé mis brazos en el manillar de la moto, y mi cabeza en mis brazos.
Pasaron unos minutos, y escuché la voz de Miguel.
-¿Vas a seguir así mucho tiempo?- me estaba mirando y tenía una ceja levantada-
Enseguida me baje, no me atrevía a mirarle a la cara.
-¿Te llevo a tu casa?-
Levante la mirada y dije:
-¡No!, tengo que ir a trabajar-
-¿Segura?-
-Muy segura-
Sin previo aviso se acercó a mi y puso su mano en mi frente. Estaba muy cerca de mi, podía sentir su respiración, y la mía se empezó a acelerar.
-¿Q-Qué estas haciendo?-
El me miró, dudo un momento y se separó.
-Viendo si tienes fiebre-
Estaba super nerviosa, había estado muy cerca, incluso podría haberlo besado. No, tenía que pensar en otra cosa.
-¿Vria?-
Me sobresalte.
-¿Me estas escuchando?-
-Eeee, ¿no?-
Soltó un suspiro.
-Estaba diciendo que tienes un poco de fiebre, ¿segura que quieres ir a trabajar?-
-Muy segura-
-En ese caso te llevo-
Nos subimos a la moto, me agarré del asiento, ya que no quería una situación incómoda.
-No te vas a sujetar- había un dejo de decepción en su voz.
Sonreí y dije.
-Ya estoy sujeta-
-Te vas a caer-
Aceleró e inclinó la moto hacia atrás, instintivamente lo abrace para no caerme.
-Así mejor-
En ese momento arrancó y nos fuimos.