Bellas Artes

Problemas

NARRA MIGUEL

Estaba llegando a la cafetería para acompañar a Vria a su casa, cuando vi que un tipo la estaba tocando.

En ese momento sentía que la sangre me hervía, y estaba a punto de ir a ayudarla, cuando vi que le dio un cabezazo, se subió a la moto y se fue.

Vi que el tipo se subía a su moto y la perseguía a si que yo hice lo mismo. Los estaba siguiendo, y Vria trataba de perderle, pero al final los perdí de vista.

Estuve buscando durante varios minutos, y escuche la voz de Vria que sollozaba. Me bajé de la moto y me dirigí hacia el tipo, me daba igual que estuviera armado, nadie, pero nadie iba ha hacerle nada mientras yo estuviera presente.

Me abalancé contra el y los dos rodamos por el piso, Vria me lanzó un palo y golpee al tipo en la cabeza.

En ese momento me di cuenta de que ella estaba sin su blusa.

Se ve super sexy pensé, menos mal que era de noche y no podía verme la cara. Le dí mi abrigo para que se tapara y la acompañé a su casa.

                                                                                                ***

Habíamos tenido una discusión y me encontraba afuera de su casa, y la escuché llorar detrás de la puerta, seguramente pensó que ya me había ido.

Me sentía fatal por haberla hecho llorar, quería entrar a pedirle perdón, pero ella no me dejaría, me puse la capucha y me fui.

De regreso a mi casa pensé en muchas cosas ( no podía quitarme la imagen de Vria sin blusa), tenía que alejar esos pensamientos, ella era mi amiga, y nunca me vería de otra forma, cero que por eso la trataba así, no quería conocerla mejor, porque sabía que cuanto más la conociera más me enamoraría.

Al llegar a mi casa abrí la puerta y adentro había una persona que no quería que estuviera allí para nada.

-¡Miguel!- gritó Elisa al verme.

Ella corrió y me abrazó, yo no le correspondí el abrazo, la aparté y la ignore.

-Hijo,¿no vas a saludar a Elisa?, y quítate esa capucha.

-Estoy cansado-respondí, y subí a mi cuarto.

Al llegar me quité la capucha, y vi que la tenía con morados, pero los cortes casi ni se veían, Vria hizo un gran trabajo, pensé.

Al pensar eso sonreí sin darme cuenta. Comencé a sacarme la ropa para cambiarme, pero en ese momento Elisa entró a mi cuarto y se quedó parada en la puerta. 

-Nunca te había visto así- dijo cerrando la puerta y lamiéndose los labios.

-Elisa sal de mi cuarto- exigí

-¿Por qué?- preguntó acercándose. 

Ella se acercó con la intención de poner sus manos sombre mi torso, pero le agarré de la muñeca.

-¡Me lastimas!- dijo, lo cual era mentira ya que ni siquiera le apretaba, siempre había sido muy dramática, y esa fue una de las razones por las que rompí con ella.

-Te pido que salgas- le dije

-¡¡Claro,pero si te gustaría tener a la perra de la moto en este mismo lugar!!-

-¡¡No hables así de Vria!!-

Ella sonrió maliciosamente y salió de mi cuarto.

Al bajar a la cocina me encontré con mis padres.

-¿Qué le dijiste a Elisa?-

-Que no entrara a mi cuarto- respondí buscando leche en el refrigerador.

-Y por qué salió llorando de aquí- preguntó mi padre, -¿Y por qué tienes el rostro con morados?-

Lo bueno de vivir en una casa grande es que casi no se escuchaba si gritabas.

-Porque siempre fue muy dramática- dije molesto - Si me van a regañar prefiero estar solo- dije

-¡Miguel!- dijo mi madre, -Vuelve ahora mismo, responde la pregunta de tu padre-

La ignoré y me fui a dormir.



#30872 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amistad, dolor

Editado: 13.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.