Faltaba 1 día para la graduación, y todos estábamos muy nerviosos.
No había vuelto a hablar con Miguel, nos habíamos cruzado, pero nada más.
Hoy iba a comprar un vestido para la graduación, y Adelia iba a acompañarme.
En el trabajo, me habían dado el día libre, y también mañana, ya que sería la graduación.
Estaba esperando en la parada del autobús a Adelia, se le estaba haciendo tarde, así que la llamé.
-¡Amiga!, que gusto me da oírte, ¿que tal estas?- Adelia sonaba rara, ya que no me solía llamar amiga, si no que ella siempre me llamaba por mi nombre.
-Estoy bien, pero se supone que tendrías que haber estado en la parda de bus hace media hora-
-¡Es verdad!, se me olvidó, lo siento mucho, pero no podré acompañarte-
-¿Con quién hablas?- preguntó una voz que no era la de Adelia, sonaba mucho más masculina.
-Con nadie- respondió ella apresurada mente.
-¿Adelia?, ¿estas bien?- pregunté
-Si, pero tengo que colgar, adiós- dijo eso y colgó
-No se que le pasa pero estaba muy rara, supongo que tendré que ir yo sola a comprar el vestido- pensé. Justo en ese momento paró el auto bus que tenía que coger para ir al mall.
Ya había bajado del auto bus, y entrado al mall, di una vuelta por los pasillos, hasta que encontré una tienda de vestidos. Fui buscando una de mi talla y que me gustara.
Divisé al fondo un vestido negro de tirantes, y que era un poco largo, y en cuento lo vi me encantó, me dirigí hacia el para cogerlo y llevármelo al probador para ver como me quedaba.
Cogí la percha en la que estaba el vestido, y me agaché para ver el precio del vestido, pero justo otra persona le puso la mano a la percha.
-Yo lo vi primero- dijo una chica
-Yo lo cogí primero dije- desafiante, sin mirar a la chica
levanté la mirada, y creo que en ese momento era la persona con peor suerte en el mundo, ya que Elisa estaba agarrando el mismo vestido que yo quería.