Bellator 2

Prefacio

Un grito de terror resonó por todo el reino, seguido de un profundo silencio, todas las criaturas presentes miraron horrorizados al lugar de donde provenía. Solo una cosa podía significar la reina  finalmente había caído, el rey se encontraba de rodillas, ante el cuerpo sangriento de su amada, volteó furioso hacia la causante de aquel hecho, con torpeza se levantó y caminó hacia ella.

—Ataquen —ordenó a su ejército pero nadie se movió, todos se miraban confundidos sin entender o saber qué hacer, el rey volteó hacia su pueblo que por alguna razón estaba desobedeciéndolo —. Es que están sordos, dije que ataquen al ser despreciable que acaba de asesinar a vuestra reina —El capitán de su ejército, Lucian dio  un paso al frente.

—Su alteza no podemos lastimarla es la princesa

—Es una bastarda, ni siquiera sabemos si realmente es quien dice ser —volteo hacia la pelirroja que aún estaba tratando de levantarse luego de la batalla con Meriel, toda la magia que le habían transferido se había agotado, si aún poseyera sus poderes todo hubiera sido más simple para la princesa,  sino hubiera sido por Fragarach[1], la espada forjada por los dioses jamás hubiera podido contra la magia oscura que poseía la banshee. —Ves lo que has hecho, asesinas a tu propio pueblo y así dices que mereces ser reina —soltó una risa malévola —pues tendrás que matarme para hacerte con mi corona.

La pelirroja que se encontraba apoyada del brazo de Reagan, levantó finalmente la mirada, dio un paso al frente, con una mano sobre su herida en el abdomen y la otra arrastrando su espada, caminó hacia él y con cada paso ignoraba el fuerte dolor que provenía del veneno que había en su herida. Levantó la cabeza, se enderezó y una sonrisa apareció en sus labios.

—¿Quién me va a detener, tú hermanito? —Preguntó —No ves que tu propio pueblo se niega obedecerte —Dustin estaba tan furioso que su pecho subía y bajaba velozmente, sus fosas nasales se abrieron y atravesó con la mirada a Mia que caminaba lentamente pero muy segura hacia él.

—Si es necesario lo haré

—Conoces las leyes, no puedes matar a un miembro de tu familia, es delito con pena de muerte —el rey sonrió malévolamente antes de hablar

—Quien dijo que serías la primera, ni siquiera te considero mi hermana, eres un error de la naturaleza —Mia se detuvo por el dolor, se dio cuenta que las palabras de Dustin significaban que sus sospechas eran ciertas, el asesino de su madre fue su propio hermano, le dolía profundamente saberlo pero ni siquiera con esa confesión quería asesinarlo, ella no era como él, si quería ser la reina de ese pueblo que tanto le había dado en los últimos meses tenía que ganárselo de una manera justa y como  lo dictaminaban las leyes, ella no era un monstruo, ni una asesina ni nada de las mentiras que los hombres del rey habían promovido por todo Ganondorf.

Miró a sus pies y vio la marca de la runa que estaba buscando, quitó la mano de su herida y sangre cayó al suelo, ella no había elegido aquel sitio por los motivos que había contado al llegar, la batalla no era más que una pantalla para lo verdaderamente importante un juicio, el final, el que pondría todo en su sitio y la volvería la verdadera heredera al trono, si realmente ese era su destino. Volteó el rostro hacia Raegan quien mantenía su postura erguida y fría de siempre, una mirada fue suficiente para saber que tenía el apoyo de su primo, solo eso necesitaba para saber que todo estaría bien, por alguna razón que no entendía siempre se sentía segura con él cerca. Se devolvió al frente y rezo para sus adentros que todo saliera según el plan.

—¿Quieres matarme, ven aquí estoy? —dijo estirando sus brazos y dejando caer la espada de su padre —Me entrego en bandeja de plata, demuéstrame que mereces ser el rey, estoy herida, adolorida y cansada por pelear con tu patética reina pero lista para que tú seas el siguiente en caer  —Dustin no podía permitir que lo trataran así frente a su pueblo, no podía quedar como un tonto o debilucho, así que más molesto de lo que ya estaba caminó hacia el frente con su espada en mano para reunirse con su media hermana.

 —Eres tan patético que necesitas pelear armado contra alguien que no posee otra forma de defenderse que sus propias manos —cada palabra que provenía de Mia estaba perfectamente planeada para enfurecer al rey y cegarlo al punto de no ver hacia donde se dirigía realmente.

La noche anterior Raegan la había buscado en su habitación para contarle su plan, donde ella no tendría que matar a nadie, ninguno de los dos querían llenar de sangre las manos de la futura reina, mucho menos con su propia familia.

Dustin lanzó su espalda a un lado y a medida que se le acercaba a Mia dejaba caer al suelo sus otras armas, ocultas bajo su traje de cuero. Estaba a punto de encontrarse frente a Mia cuando esta volvió a hablar, necesitaba entretenerlo para que no se percatara del círculo de runas que los rodeaba.

—Espero que no seas tan básico como tu esposa, quiero una pelea de verdad Dustin demuestra que mereces ser el rey —Ella sabía lo importante que era Meriel para él por eso estaba usando eso para enfurecerlo, en el fondo sentía miedo porque si el plan no funcionaba ella se vería obligada a luchar y sus probabilidades físicas y mágicas no eran las mejores para ganar en ese instante pero ella confiaba ciegamente en Raegan y sí él estaba seguro que allí podía hacer el ritual de valor al que se habían enfrentado sus antepasados entonces ella también creería que era posible.




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