Bellator 2

Despertar

A diferencia de la vez anterior Mia no necesitó mucho tiempo para adaptarse a su nuevo poder, esta vez no tuvo extraños sueños, simplemente se sentía como si hubiera tenido la mejor siesta de su vida, se sentía exactamente igual pero un poco más fuerte y ligera, se despertó famélica por lo que se alegro al ver a una elfa en la habitación limpiando, no tendría que ponerse a recorrer los pasillos de un lugar que no conocía. 
—Hola —La saludó un poco nerviosa
—Su majestad —dijo sorprendida la chica, que rápidamente hizo una reverencia —Perdonadme si la he despertado, solo quería limpiar un poco —dijo manteniendo la cabeza baja, a Mia no le gustó de no poder ver el rostro de la elfa.
Se levantó y caminó hacia a ella, la tomó de la barbilla con delicadeza e hizo que la mirada de ambas se cruzara, pudo observar a una chica de ojos morados, labios y perfil fino era extraña y a la vez extremadamente hermosa.
—Dime ¿Vez alguna corona en mi cabeza?
—No —dijo con timidez —pero usted es…
—No soy nadie, solo soy una chica que se desmayó y tu amablemente me limpiabas la habitación, no quiero un trato especial, solo quiero ser una más de ustedes —La chica sonrió y afirmó con su cabeza —¿Cuál es tu nombre?
—Shadia.
—Mucho gusto, mi nombre es Mia, por favor llámame por él.
—Así lo haré, Mia —La princesa sonrió, pero un ruido en su estómago le recordó que se encontraba muy hambrienta.
—Podrías llevarme algún sitio donde pueda comer algo, me encuentro muy hambrienta.
—Claro que sí, mi madre es la cocinera del palacio, le aseguro que le encantará nuestra comida —Mia mostró una de sus sonrisas, y la siguió fuera de la habitación en busca de llenar ese vació que provocaba grandes estruendos dentro de ella. 
⊱✿⊰

Mia se encontraba completamente satisfecha, sin duda la amable chica que la había recibido al despertar no mentía cuando decía que su madre era capaz de prepararle un delicioso plato. 
Cuando despertó pensó que en ella nada había cambiado pero, la realidad estaba bastante lejos pero ahora poseía uno sentidos más desarrollados se percató de ello al salir de su habitación pues de alguna manera podía sentir donde se encontraba cada persona del palacio, cuando se detuvo a mirar por la ventana la vista la maravillo por su belleza pero también por lo cambiados que estaban los colores, todo se veía más vivo, como mágico. Lo que más la había impactado era el gusto, la comida tenia sabores que desconocía, aún desconocía si se debía a que se encontraba en un reino mágico o era por ser finalmente ella.
—Eso estuvo delicioso, nunca había probado algo como esto.
—Sabía que te gustaría Mia —dijo Shadia —mi madre es la mejor cocinera de la aldea.
—No exageres —dijo una señora rubia de cabello corto, orejas puntiagudas y mejillas regordetas, su estatura era pequeña —dices eso porque eres mi hija.
—Es la verdad —sentenció —por algo te escogieron de cocinera real.
—Gracias por la comida —le agradeció a la señora mientras se ponía de pie —y a ti, gracias por traerme hasta aquí.
—Fue un placer.
—Bueno debo ir  a buscar a Neahm y Aidan, imagino que están esperando a que despierte.
—Te  llevaré con ellos —le dijo .... a Mia, la guió hasta la puerta de la cocina, y tras una breve caminata terminó frente a una puerta de madera que tenía en el centro un escudo con un ciervo en el centro —Aquí deben estar, es la sala del trono.
—Gracias nuevamente  
—No es nada, solo espero que realmente pueda cumplir con lo que dice la profecía, a nuestro reino le hace falta un cambio desde hace mucho tiempo.
—Espero estar a la altura de una tarea tan importante 
—Sé que sí —Se dieron una última sonrisa antes de despedirse y tras dar un fuerte suspiro abrió la puerta y se adentró en la sala donde la  esperaban todos los miembros de la realeza elfa y sus amigos.
Aidan lucía tan guapo como siempre, llevaba un traje que lo hacía lucir como un príncipe, Neahm tenía un vestido largo como los de las películas antiguas del mundo de los humanos, la reina Aaliyah lucía imponente con su cabello blanco y corona hecha de las astas de un ciervo y un vestido largo de mangas bordadas de color verde oscuro, su esposo el rey no se quedaba atrás llevaba una túnica del mismo color y su corona era como la de la reina, parecía como si ambos reyes estuvieran sincronizados con sus movimientos pero también con el estilo, sin duda eran una hermosa pareja.
—Hola —dijo Mia un poco temerosa 
—Mia —expresó Neahm —¿Estás bien?
—Eso creo —La princesa se dirigió hacia los reyes q se encontraban sentados en sus tronos, —Altezas, es un gusto estar finalmente aquí 
—El placer es nuestro princesa Mia —contestó el rey —tus amigos me ponían al día sobre tu situación.
La chica no sabía que responder, miró hacia sus amigos pero aun así la duda estaba presente en su mirada, Neahm le dio un asentimiento y se sintió un poco más segura, pero aun así algo en ella no quedaba tranquila.
—Mañana partirás al Gremio del Espiral, Tain me dio instrucciones claras, lo primero que tienes que hacer es conocer a Fairud —dijo la reina
—¿La madre de Neahm? 
—Exactamente —contestó el rey —disfruta de nuestro reino por lo que queda de día, mañana nuestra hija Yali te acompañará ella será nuestra representante cuando reclames el trono,  tienes nuestro apoyo total, tu madre nunca nos ocultó tu existencia porque desde hace mucho tiempo le expresamos nuestras diferencias con las leyes del reino.
—Para nuestra sorpresa —lo interrumpió la reina—ella ya llevaba un plan en secreto y desde entonces nos unimos a esta revolución.
—El ejército elfo también te defenderá cuando llegue la hora
Mia no sabía que decir, estaba impactada, ni siquiera se había esforzado por poseer el apoyo de los elfos y ya los tenía, su primera tarea estaba hecha pero estaba segura que no correría la misma suerte con el resto de los reinos.
—Yo no sé qué decirles
—Solo cumple te deber y libéranos —dijo el rey.
—Lo haré, prometo que daré mi vida si es necesario por este reino, mi madre lo amó por alguna razón y estoy muy dispuesta a descubrirlo. 
—Disfruta tu día, bienvenida a Ganondofor princesa Mia.
La chic sonrió, sin duda disfrutaría su día de calma, algo me decía que le quedaban pocos. Cada vez estaba más cerca un futuro incierto el cual podría tener un muy buen final o el peor de todos, si algo sabía la heredera es que no todo su camino sería tan simple, estaba segura de que se encontraría  con aldeas que defenderán hasta la muerte a su hermano. Su camino no sería de rosas, pero ella nunca había sido una fanática de flores.




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