| | «C h a p t e r IV» | |

[ Lunes 13 de Junio de 2016 ]

—Ya escuchaste Hilton, si a ti no te importa tener un punto menos, pues a mí sí, yo no pienso perder ningún punto por tu culpa, así que en esta clase tendrás que dar lo mejor de ti.

—Mira Thompson —contesté mientras volví mi vista hacia sus ojos azules, él se encontraba completamente serio—, no me das miedo, serás nuevo y todo eso, pero a mí nadie me da órdenes y menos un niñato como tú —volteé de nuevo hacía el frente y me percaté de que el maestro se encontraba dando ya su clase.

—No te creas la mejor Hilton, que alguien puede quitarte el puesto de chica mala y ya no serás la más temida —escuché de nuevo su voz y reí bajo por su comentario.

—¿Y quién lo hará?, acaso, ¿tú? —giré mi rostro y lo barrí con la mirada—. No me hagas reír por favor.

—Yo nunca dije que sería yo —sonrió victoriosamente y se acomodó en su asiento—, puede que hasta tu misma te destruyas.

—Eres un idiota —rodeé los ojos y también me acomodé en mi asiento, él solo se rió bajo.

Miré al frente y traté de poner atención a la clase, el profesor Collins se pasó toda la hora hablando sobre los egipcios; su clase era interesante, sin lugar a dudas y por primera vez en mi vida no me había aburrido la clase de Literatura, el maestro sí que sabía haber bien su trabajo, la daba de una forma en la que te interesaba, para que prestaras atención y pudieras aprender, no dudaba que al final del curso termine sabiendo algo de la materia.

Pero, no todo fue un pedestal de rosas, al gran profesor Collins se le ocurrió dejarnos hacer un ensayo sobre la cultura egipcia, no haría examen así que ese ensayo sería lo que nos evaluará. Realmente creía que al estar en pareja me tocaría trabajar con el creído que estaba a mi lado, pero para mi mala o buena suerte era un ensayo individual. Supuestamente este trabajo era parte de la calificación final y teníamos que hacerlos solos, esto le serviría según a él para que viera como trabajamos cada uno. Sin embargo, no me gusto para nada la idea, lo tenía que hacer sola y para rematar, yo no sabía absolutamente nada de los supuestos egipcios, únicamente solo lo que el maestro nos acababa de decir y ahora tenía que hacer un ensayo de su cultura, me encantaba mi gran y perfecta suerte. Junté mis cosas y me dispuse a salir del salón, en el proceso y estando ya afuera, escuché una voz que me llamaba distrayéndome de mis pensamientos sobre mi suerte.

—Arly —gracias a allá arriba que me dieron mi salvación, mi bello ángel que me ayudaría.

—Nina, mi hermosa y querida amiga Nina, ¿qué ocupas bebé? —dije con una gran sonrisa en mi rostro cuando me giré a verla.

—Arlet, no hagas eso, nadie te tomará en serio ese empalagoso discurso, y mucho menos si estás llena de tatuajes —decía mientras me señalaba y comenzamos a caminar juntas por el pasillo—. Te voy a ayudar, claro que sí, ya sabes que siempre cuentas conmigo y sabía que necesitarías de mí.

—Eres inteligente Nina, no por nada eres la preferida de los profesores —le guiñe un ojo, además no era del todo mentira lo que decía, ya que la mayoría de los profesores tenían cierta estima para con Nina, y es que era como un ángel, era inteligente y nunca se le vería a ella en problemas, era un pan de Dios.

—Sí, claro —rodó los ojos y desvió la vista por unos momentos, pero después se giró a verme—. Mira hace unos días que...

—Chicas —la voz de Stephen interrumpió a Nina al momento que sentí una mano en mi hombro izquierdo, Nina y yo nos giramos hacia atrás para poder verlo—. ¿Saben dónde se encuentra James? —Nina se sonrojó al momento de escuchar el nombre de James.

—Está con... —la voz de Nina se apagó por unos segundos, pero se recuperó y prosiguió—. Está con Katherine, cuando se acabó nuestra clase, James la estaba esperando.

—Claro, debí suponerlo... —Stephen se separó un momento de nosotras y se puso pensativo, al final solo susurró unas palabras que Nina y yo logramos escuchar perfectamente—. Hace tiempo que se acuestan —la cara de Nina palideció al escuchar lo que dijo Stephen, yo también me sorprendí al escucharlo, pero pude disimularlo un poco más. Stephen miró curioso a Nina, de hecho, al momento de decir aquello solo estuvo al pendiente de la reacción de Nina.

—Sí claro, esos detalles no nos importan Stephen, ¿por qué no vas y buscas a James mejor? —decidí hablar, pues me percaté de que Nina se encontraba algo incómoda con el rumbo que estaba tomando la conversación, inclusive había desviado la mirada.

—Está bien —respondió bufando y estaba dispuesto a irse, pero se detuvo mirando fijamente a Nina—. ¿Te sientes bien Nina? ¿Te sucede algo?

—¿Y... Yo? —respondió la ojiazul titubeando, Stephen afirmó con el rostro—. Yo estoy bien, sí, no sé por qué lo dices —se notó su voz nerviosa mientras sonreía para ocultarlo, sin embargo, eso la delató aún más.

—¿Estás segura? —preguntó Stephen serio sin perderse ningún movimiento de ella—. Porque me parece que te desilusionó el haber escuchado algo de lo que dije.

—Ella está bien Stephen, solo que se encuentra nerviosa porque su compañero de mesa no cumplió con algo que dejó el profesor y eso le puede afectar a ella —respondí al entender a dónde quería llegar Stephen, él se giró a verme confuso.

—Si Daniel no cumple con lo que dejó el profesor Collins mi promedio puede bajar y sabes que eso no me gusta Stephen, eso es lo que sucede —Nina respondió afirmando mi mentira, eso pareció convencer al castaño ya que sonrió ligeramente.