Era una situación complicada estaba agotada emocionalmente, me alegra muchísimo ver a Velkan en un estado de salud favorable, necesitaba despejar mi mente y limpie los platos y bote la comida arruinada, mientras hacia esa tarea Abbas regreso con una mujer, era muy hermosa, su cabello era largo y rubio, era casi del mismo alta de Abbas aunque llevara unos tacones negros, su piel era morena y sus ojos eran tan grandes y expresivos, no pude dejar de verla, aquella mujer me sorprendió.
― Tu debes ser Jessica ¿No? ― Se acerco hasta donde me encontraba y se agacho un poco para que nuestras caras quedaran frente a frente, tenia razón sus ojos eran demasiado bonitos, aunque el tono era violetas nunca había visto unos ojos de ese color en toda mi vida. Parecía algo molesta al verme frunció un poco el ceño.
― Eres muy linda ― me abrazo y su ceño fruncido ahora era una sonrisa perfecta.
― Y tú la querías matar. ― Dijo Abbas quitándose la corbata.
― Cállate. ― inquirió algo molesta, mirando a Abbas.
― ¿Tú quién eres? ― No podía negar que me intrigaba, era la primera vez que veía a una mujer estar en casa.
― Disculpa mis modales. ― se ergio de nuevo. ― Soy Ariela. ― Me extendió la mano; Ariela parecía sacada de un cuento de hadas era demasiado hermosa.
― ¿Cómo sigue Velkan? ― Pregunto Abbas caminando a la cocina, para preparar algo.
― Ya despertó, Sirhan esta con él. ― no podía evitar dejar de mirar a Ariela, sabia que era una leona como Abbas, pero no me la podía imaginar con cola u orejas.
― ¡Abbas! ― Sirhan apareció muy contento saltando hasta los brazos de Abbas. ―Velkan ya despertó y este hambriento. ― Dijo el chico eufórico por lo que ocurrió con su hermano.
― Hoy será una cena de celebración ¿Me ayudarían? ― Nos preguntó Abbas mirándonos a todos, Sirhan salió corriendo para la habitación de Velkan nunca le ha gustado cocinar. Abbas, Ariela y yo nos quedamos cocinando y preparando todo para esa noche, mientras los demás iban llegando. Pude conocer una parte más de Abbas y de Ariela se habían conocido por sus padres, los dos tenían los mismos poderes como criatura eran una hermosa pareja y no iban a tener problemas con formar una familia, Ariela era doctora como Nahuel, pero ella se dedicaba al área de la ginecología le gustaba ver a los bebes nacer, me explico muy detalladamente como es todo el proceso y realmente me dio mucha impresión.
Todo estaba listo, realmente la energía de la casa era totalmente diferente, todos estaban contentos y riendo, aunque Velkan se veía algo cansado, no paro de comer hasta que la comida se terminó, fue muy divertido poder compartir con los chicos y Ariela esos momentos.
Cuando estamos recogiendo todo, el celular de Velkan sonó, a excepción de mi todos hicieron caso omiso, él se levanto de la mesa y se alejo para hablar en el pasillo; todos se estaban riendo y no pude evitar seguirlo, sabia que estaba mal hecho de seguir a alguien de esa manera pero una parte de mi quería saber con quien estaba hablando. Se quedo parado frente a mi habitación y lo pude observa desde el la esquina sin que me viera.
― Si ya estoy mucho mejor. ― Suspiro. ― No te preocupes estoy bien, no tienes que venir tranquila, mañana nos podemos ver podemos hablar. ― el se quedo en silencio durante cómo dos minutos. La persona del otro lado de la línea le esta diciendo algo importante, lo espiaba de a poco y parecía muy aliviado al estar hablando.
― Si, Ele mañana podemos hacerlo si quieres. ― Al escuchar eso estaba confirmando con quien estaba hablando, sentí un estruendo en el pecho, mi corazón se agito, me dolió mucho escucharlo hablando con Elena. Me aparté de la pared y hui de ahí. Corrí hasta la sala donde todos se encontraban.
― ¿Jess estas bien? ― Me dijo Abbas al verme, pude notar que Ariela y él se miraron preocupados, solo asentí con la cabeza.
― Tengo que salir. ― dije acornándome a la puerta.
― Pero son pasadas las once de la noche. ― Dijo Russell mirando a Renaud inquieto.
― ¿Quieres que te acompañe? ― Pregunto Sirhan colocándose de pie. Negue con la cabeza y salí corriendo de la casa sin mirar atrás fueron unos segundos que lo hice a toda prisa, luego me quedé de pie llorando, odiaba sentirme de la manera que me estaba sintiendo.
― ¡Jess! ― Escuche a alguien llamarme. Me gire para ver a Velkan corriendo, me sentía peor al verlo fuera de casa y ahora por mi culpa se iba a enfermar.
― ¿Qué haces aquí? ― inquirí molesta.
― ¡Oye! ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? ― me limpio una lagrima de la mejilla con su pulgar.
― Nada, no deberías estar aquí te vas a enfermar. ― intente apartarme de él. Pero me rodeo con sus brazos y me abrazo muy fuerte, no pude evitar llorar más fuerte contra su pecho. No podía decirle la razón por la que estaba llorando, me tomaría cómo una loca y eso no quería que lo pensara menos ahora.
― ¿Qué pasa Jess? ― Negue con la cabeza sin decirle nada. Nos quedamos abrazados por un largo rato. ― Jess creo que es mejor ir a casa esta empezando hacer mucho frio y no es bueno para ninguno que este clima. ―Asentí. Él tomo mi mano y caminamos todo el camino agarrados; no era capaz de decirle nada. Noté que solo había corrido una calle desde casa, al llegar a la entrada de esta no pude evitar abrir la boca y soltar lo primero que se me vino a la cabeza.
― Me voy a ir de casa. ― Velkan me miro algo sorprendido. Bajé la mirada y no pude seguir viendo sus ojos.
― ¿Por qué? ― Pregunto agarrándome más fuerte la mano.
― No creo que sea una buena idea que siga viviendo aquí. ― Velkan no decía nada, levante la cabeza para mirarlo, solo parpadeaba, parecía que quería que le dijera algo más.
― Bueno desde que llegué a esta casa han sido problemas, quizás los pude ayudar y me parece excelente que todos estén bien, pero… ― Me quede callada no sabia como terminar esa frase.