Belleza Animal

#6 La cantinela

Todos quedaron cabizbajos, Sirhan parecía muy triste de que su hermano se comportara así. Fue una situación realmente incomoda, parecía que a los demás les afectaba mucho lo que Velkan acababa de decir. No estaba muy segura pero no resistir en salir y perseguir a Velkan. Ninguno de los demás me dijo nada, al estar fuera de la casa, no lo lograba ver; a lo lejos en dirección al parque lo pude observa alejandose, corrí para intentar alcanzarlo, caminaba demasiado rápido.

― ¡Velkan espera! ― Grite al estar a cerca de él. Pude notar como se giraba hacia donde me encontraba, se detuvo y me espero. Odiaba tener que correr, al alcanzarlo tome aire para poder hablar.

― ¿Estas bien? ― Me pregunto, asentí.

― ¿Por qué te fuiste así? ― Mi corazón aún estaba agitado por el trayecto corriendo.

― Jessica. ― Dijo mi nombre y sus ojos parecían muy tristes, camino hacia un gran árbol, lo seguí esperando que me dijera algo. Se sentó contra el tronco; copié su acción y no pude evitar quedarme mirándolo. ― Sabes mi mayor sueño siempre ha sido ser humano.

― ¿Por qué? ¿Qué tiene de interesante ser humano? ― Hizo una sonrisa triste con su boca, parecía que le afectaba todo esto.

― Jess. ― Suspiro. Me lleve una agradable sorpresa cuando me llamo “Jess” ― Los humanos no deben lidiar con esto de tener una sangre mística ni nada por el estilo. ― escondió su cabeza entre sus piernas. Creo que era el momento de no decir nada solo de escuchar era la primera vez que veía a Velkan tan vulnerable.

― Cuando era niño, mucho antes de que Sirhan naciera; mis padres pensaron que era peligroso tener otro hijo; mis amigos siempre me invitaban a su casa nunca podía ir, me perdí la mejor época de mi niñez. ― Me miro a los ojos, Velkan parecía molesto, pero a la vez muy triste por todo lo que había vivido.

― Luego fui a la universidad no pude tener un dormitorio propio tuve que vivir con Abbas desde que tenía 18 años junto a Sirhan, nunca pude tener una novia por más de tres meses  invitarla a casa no era muy sencillo  y si iba a su casa no podía quedarme toda la noche si había luna llena, mi última pareja pensaba que le era infiel y me dejo. ― Se quedó callado unos momentos, pero la verdad no lograba entender, pero Velkan se estaba abriéndose conmigo y la verdad me gustaba que confiara en mí.

― ¿Jess tú tienes hermanos?

― Si tengo, dos mayores y tres menores.

― Creo que no hubiera perdonado a mis padres si hubieran tenido más hijos.

― ¿Qué quieres decir? No te comprendo. ― Sabia que esa pregunta no debía haberla hecho, odiaba ser tan curiosa y siempre estar enterada de las cosas.

― Cuando tenía 10 años mi madre tuvo a Sirhan, éramos una familia muy unida, mi padre nos cuidada mucho y protegía de todo, pero todo cambio cuando cumplí 18. ― Velkan cerró los ojos parecía que algo le dolía como si hablar de su pasado fuera traumático.

― ¿Qué paso acaso? ― Pregunte inquieta. Velkan me observo y suspiro para seguir hablando.

― Me acuerdo que salí de la universidad fue mi primer día estaba muy contento, ese día mi madre me había pedido que fuera por Sirhan a la primaria, la verdad ese día él quería ir al parque antes de ir a casa. ― Los ojos de Velkan parecían perdidos. ― No me molesto y fuimos, estuvimos hasta que el cielo se nublo, caminamos hasta el metro antes de que empezara a llover; recuerdo que abordamos nuestra ruta, íbamos solos gracias a la lluvia no había nadie que nos molestara, ese día había luna nueva, no podíamos demorarnos mucho.― Velkan se detuvo y me miro parecía asustado.

― ¿Qué sucedió después? ― Sabía que era mejor dejar las cosas así, pero, ya había abierto la puerta del pasado de Velkan y era mejor que hablara de una vez y terminar con eso de una vez.

― Era tarde cuando llegamos a casa faltaban más o menos dos o tres horas para que la luna saliera aun teníamos un poco más de tiempo; estábamos a una calle de llegar, las luces de las sirenas de la policía frente a nuestra casa concluían que las cosas no eran buenas.

― ¿Vel? ― Se quedó petrificado, parecía que el aire se le había ido, miro al césped sin parpadear, suspiro y continuo.

― Vi a nuestra vecina afuera, dejé a Sirhan con ella y entre a la casa, aunque la policía no me lo permitía; las paredes estaban cubiertas de sangre y zarpazos; encontré a mi padre sobre la mesa con unos mordiscos y rasguños en el cuello, mi madre estaba en el piso de la cocina con los mismos mordiscos y rasguños.

― ¿Los mato un animal? ― Por los zarpazos, mordidas y rasguños fue lo primero que se me ocurrió.



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Editado: 29.06.2020

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