Belleza Animal

#10 Decisión

Estaba muy aburrida en casa, Nahuel me dio una incapacidad por unos días, después de ese golpe mis piernas me fallaban para caminar, así que era mejor quedarme en casa y descansar; cada día que pasaba se volvía una tortura para mí, parecía que la alegría y la paz habían sido absorbida; para intentar distraerme y tal vez aprender un poco más de las criaturas, bestias y demonios. Abbas me había recomendado leer algunos libros que estaban en la biblioteca del primer piso, era quizás lo que más entretenida me tenía durante el día; a pesar de leer y saciarme de información sobre lo que eran los chicos a veces me sentía devastada, pensando en lo que una vez que me marchara de la casa; mi vida iba a volver a ser tan normal y simple; seguiría con la universidad, viviría en otro lugar; tal vez conocería alguna criatura, pero no estaría segura de ello. Recordar lo que me dijo Renaud un día causaba que me deprimiera un poco, pero tenía algo de razón, había llegado a esa gran casa por un accidente y aunque Velkan me intento subir el ánimo estaba segura que yo no lograba ayudar en nada, era solo un estorbo.

Los días siguieron pasaron y me empecé a sentir incomoda, los chicos me estaban ignorando o intentaban evitarme; tenia tantas preguntas todas ellas sin respuesta, debía irme, marcharme de la casa; era lo más sano tanto para todos los chicos como para mí. Ante de tomar una decisión precipitada esperaba poder hablar con Abbas del tema, a lo mejor era hablar con todos de una buena vez, no estaba muy segura de que estaría bien. Estaba enojada y frustrada; tome el libro que estaba terminado de leer sobre rituales, medicamentos y hechizos especiales para criaturas. Nunca usaría una cosa de esa, me sentía como leyendo magia negra o algo de vudú. El libro choco contra la pared y se descuaderno; me levante de mi cama un poco más tranquila y lo intente arreglar, lo había dañado, pero ahora simplemente nada me importaba, nada relacionado con los hombres con los que tenía que convivir. Deje el libro con las hojas sueltas sobre la mesita de noche, y salí de mi habitación, era tarde en la cocina escuche a alguien; me asome con cuidado no quería que fuera Renaud en los últimos días habíamos tenido muchos roces y verlo ahora era lo peor de todo, prefería evitarlo a toda costa. 

Lavando unos platos con la camisa roja remangada, Abbas se encontraba tarareando y parecía feliz. Me acerco con sigilo y me senté en una de las sillas altas de la cocina, me sentía más segura hablar con él sobre la situación y como lo que estaba sucediendo en ese momento conmigo. Parecía tan concentrado que ni noto mi presencia, no deseaba molestarlo; una parte de mi sabía que Abbas no se molestaba conmigo en la casa.

― Abbas. ― Dije con un hilo de voz muy débil.

― ¡Jess! ― Dijo muy eufórico volteándose, al verme al rostro su expresión cambio de golpe, me senté en una de las sillas altas.

― ¿Qué pasa? ¿Está todo bien? ― Asentí.

― No. ― Le dije la verdad. ― No está bien, nada está bien.

― ¿Qué sucede? ― él se sentó frente a mí. ― Abbas he pensado en irme. ― Su reacción fue de sorpresa.

― ¿Por qué Jess? ¿A pasado algo malo con alguien?

― No, no es nada de eso, bueno he tenido problemas con Renaud lo entiendo, pero, es que… ― Era muy complicado hablar de ese tema como si no pasara nada y la verdad todo dentro de mi estaba mal, no me sentía tranquila con la situación. ― Mira Abbas, ustedes seis son hombres realmente maravillosos, pero en estos momentos Ren no me tolera cada vez que me ve se molesta, Sirhan me tiene miedo solo basta con ver su reacción cuando me ve cerca de él, Nahuel parece que sigue molesto conmigo desde el día que me ataco esa cosa y no he logrado entender porque ― Suspire muy fuerte Abbas me miraba sin mover un solo musculo; una parte de mí se comenzaba a sentir más tranquila al decir cómo se sentía.

― ¿Y Russ, Vel y yo? ― puso sus codos sobre el mesón y me miró fijamente, sin decime una palabra comprendió la situación o eso era lo que me estaba haciendo sentir.

― A Russ casi no lo veo por el proyecto no te podría decir nada de él al respecto, tú eres un hombre demasiado amable y siempre has estado para mí cuando más lo necesito. ― Sonreí y me sonrojé al decir eso, Abbas lo consideraba como el hermano mayor que nunca había tenido confiaba demasiado en él.

― ¿Y Vel? ― Inquirió nuevamente mirándome con más seriedad.

― Las cosas con Vel… ― ni yo lo sabía, desde que le había contado lo de Samael, me había dejado de hablar, él era quizás el más molesto, es que desde el accidente no lo había vuelto a ver, sino fuera porque a veces escuchaba su voz al llegar pensaría que ya no vivía en la casa. 

― No se qué ocurre con Velkan.



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Editado: 29.06.2020

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