Terminó el interrogatorio
es cierto que me faltas.
No mentiré que admito, sobre esa calle húmeda encontré lugar preferido. Casa eterna para fumar cigarrillo.
Encontré cómo ser sin esperar el paraíso.
Has sospechado ya que, ulterior del diálogo, como mariposa de cambios, se aferró mi estela al puente de tus brazos. Recipiente de besos retardados.
Escribí una carta tardía
dejé tu nombre reposando en el costado.
Y lo dejé.
Lo dejé.
Abandoné la mitad de mi esencia en tu olor a clavo, ceniza, restos de polvo y humo.
Retrasé la entrega de ser mujer en otro campo de siluetas.
Terminó el interrogatorio
sí te amo, pero imploro, no le veas romántico encierro
qué me gusta ser de ti como el cuervo a un pañuelo.
Me gusta sentir que mis alas rompen la tela en su vuelo.