Esta escena la vi muchas veces, el ruido de los hombres gritando números grandes, las luces que me encandilan, el calor que desprenden de ellas, la jaula en la que me encadenan, pero eso son solo vagos recuerdos, ya que no podía estar muy consiente por la anestesia que me inyectaban, me exhibían como una porción de carne que los demás disfrutan utilizar. Cuando hay un ganador, me sacaban y me tapan los ojos, la mayor parte del tiempo estoy inconsciente a pesar de tener los ojos abiertos. Luego empezaba la parte en la que me torturan, me golpeaban, me violaban y cuando se cansan me devolvían. Desde que tengo memoria estoy en este lugar, junto con otras personas, siempre aparecen nuevos niños, pero la mayoría siempre se los terminan llevando a otro lugar y no los vuelvo a ver. Cuando me devuelven, suelen pasar unas semanas antes de hacer otra subasta, en ese momento, suelo pasar hambre, violaciones, frio, sed y me la paso encadenada a una pared junto con los demás. Solo nos bañan cuando es el día de la subasta. Siempre escuchaba comentar que soy el objeto más valioso de la exhibición, por ser exótica en mi aspecto. El cabello rojizo como el fuego, lacio hasta la cadera, piel blanca, ojos azules como el océano y una hermosura abrumadora. Por mi aspecto hombres muy importantes me han comprado o más bien alquilado ya que todos cuando se aburrían de mi me desechan. Cuando aparecía en el escenario parecían perros salvajes, que esperan poner sus garras en su presa. Después de tantos años, no esperaba que algo bueno me pasara, ya que solo vivía con lo mínimo para seguir respirando. Nadie se preocupaba de mí y no esperaba que a estas alturas de mi vida lo hagan, ya que estaba sola en este mundo.
Mis padres murieron cuando nací y quede huérfana desde que soy bebe. Estuve en un orfanato unos años, luego empezaron a tener problemas para mantener a todos los niños y unos hombres que trabajan en este lugar se ofrecieron para llevarse a unos cuantos niños con el fin de “ayudarlos”, le dieron algo de dinero para asegurar esa confidencialidad. Tuve muchas veces cerca de morir, la primera fue por desangramiento, ya que cuando era chica y era virgen, el hombre que me violo fue violento, me desgarro ambas partes bajas y no quiso hacerse cargo. Como era una buena mercancía gastaron algo de dinero y me llevaron al médico. Me pude salvar de milagro, pero luego de eso siguieron explotándome sexualmente.
Al principio esperé con mucha fe que alguien me viniera a rescatar o se apiadara de mí, pero me di cuenta que cuanto más grande me hacia los hombres eran más despiadados y salvajes, solo pensaban es sexo. Nunca pensé en escapar ya que me mantenían encadenada de las cuatro extremidades. La mayoría de los niños morían de desnutrición o sobredosis de las diferentes drogas que les daban para experimentar, los cadáveres podían estar semanas en la misma habitación que nosotros sin que pensaran un segundo en apartarlos. Esa es la vida que me había tocado vivir y la mayor parte del tiempo pensaba que suerte tienen esos chicos de poder salir de acá, aunque sea por medio de la muerte.
A la edad de mis diecisiete años solo era un recipiente vacío, diecisiete años de tortura, diecisiete años de violaciones, diecisiete años de haber caído en la soledad y la tristeza, diecisiete años de saber que el día que nací me condenaron a perder mi libertad. Hoy hay una subasta, por lo que escuche empresarios muy adinerados e importantes vendrán hoy para comprar mercancía. Sin sacarme las cadenas me bañaron y arreglaron para estar presentable. A la hora de la presentación se escuchaba un bullicio propio del evento, nos reunieron a todos para poder inyectarnos la anestesia. No era muy potente, lo suficiente para impedirnos escapar, por lo cual todavía seguíamos consientes a la hora de la presentación. Uno por uno iban pasando dentro de las jaulas con las cadenas sujetas a las barras. Luego de una hora, era mi turno de pasar. Las luces me encandilaban y no podía ver a los hombres que ofrecían altas sumas de dinero, otra vez una persona que me va a tocar, que me va a humillar, que me va a usar, a ensuciar y desechar. Siempre se repite la misma historia. Los hombres ofrecían sumas enormes de dinero, que en la vida voy a saber cuánto es. Luego de un rato aparece un hombre enmascarado que se acerca al escenario con valijas enormes. Puedo entender un poco lo que están diciendo.
-La comprare por el precio más alto y en efectivo. Acá lo tienes- Abre las valijas y arroja el dinero al aire.
-Señor por favor no haga un escándalo y bájese del escenario- Unos hombres se acercan al hombre enmascarado y otros hombres uniformados salen de la oscuridad y se colocan delante del hombre enmascarado protegiéndolo.
-Me la llevo ahora, sáquenla de la jaula- Los hombres me sacan de la jaula y me dejan en el piso.
-Ahí la tiene- Se alejan.
-Sáquenle esas asquerosas cadenas- Los hombres me quitan las cadenas y se apartan de nuevo.
El hombre sin decir nada me carga en sus brazos y nos vamos del lugar con todos mirándonos asombrados. Veo que nos subimos a un auto, poco tiempo después, me quedo dormida en sus brazos.