Un hombre de alto, de cabello castaño, ojos color miel y una sonrisa amplia me miró.
-Al fin te encuentro- Vino a mí y sin previo aviso me estrujo en un abraso.
Me quede congelada con el repentino afecto que me mostro.
-Disculpe, ¿podría presentarse?- Por su tono de voz era claro que no le agradaba.
-Que despistado que soy. Soy James Tatshiro, soy medio hermano de Ginger. Mi familia, de parte de mi padre, me mandaron al extranjero luego de que ocurrió el accidente de mamá y perdí contacto con ella- En medio de la conversación apareció Dora con el té.
-Sigamos conversando con una taza de té- Nos sentamos.
Christopher me alcanzo la taza, era te de rosas, uno de mis favoritos. Desde que lo probé quede enamorada de este te.
-Te de rosas mi favorito- Dice James muy alegre.
-También es mi favorito- Con emoción hablé y sentí la mirada de Christopher perforándome.
Agache la cabeza clavando la mirada en la taza.
-Señor Tatshiro…- James interrumpió a Christopher.
-Solo dígame James, no hay que ser tan formales. Somos familia ¿no?- Al escuchar eso mi corazón se paralizo.
-Disculpe, ¿Por qué seriamos familia?-
-Es que es obvio ¿no? ¿No son pareja?- Lo siento por defraudarte pero la triste verdad es que no era nada de Christopher.
-No somos pareja…- Agarre el brazo de Christopher sin darme cuenta, no quería que dijera algo más.
-Lo siento, pensé que sí. Es que se veían tan…-
-¿Tiene lugar en donde quedarse?- Christopher cambio de tema, me agarro fuerte de la mano que tenía en su brazo.
-No aun-
-Si quiere puede quedarse unos días, hasta que encuentre un lugar- Lo mire a Christopher sorprendida.
-Muchas gracias- Esteban le hizo una seña para mostrarle el camino.
James y Esteban se fueron, me quedé con Christopher en los sillones. Seguíamos tomando té sin ninguna palabra, el ambiente estaba tenso, ¿será porque me emocioné con el té? Espero que se le pase. Lo mire de reojo, él tenía la vista perdida. Dora apareció para retirar el juego de té.
-Señor Jhonsson, voy a retirar el té- Christopher no la miro.
-Amo- Me estaba preocupando que no reaccionara.
Lo toque suave, recién ahí me miro. Sus ojos estaban perdidos, como si sus pensamientos lo tuvieran atrapado.
-Vamos a dormir- Me acarició la cabeza y me agarró de la mano para caminar.
Estaba raro, no era normal en el ser así ¿algo le preocupaba? Quería saber, aún así no me animé a soltar una palabra.
Nos fuimos a su habitación, seguía en el mismo estado. Nos fuimos a bañar y luego nos acostamos. Era alarmante, ya no lo soportaba.
-Amo ¿Está bien?- Christopher me miro sorprendido.
Por primera vez sonrió cálidamente y me abrasó. Mi corazón se aceleró y una alegría me invadió, mezclada con ternura. Lo abrace fuerte, tratando de hacerlo sentir mejor.
-¿Te irías con tu hermano?- Me impacto la pregunta que escuché.
¿Irme lejos de Christopher? ¿Me dejaría? Después de todo este tiempo diciéndome que soy suya ¿Quiere echarme?
-Si el amo lo quiere me iré- No mire su reacción, me preocupaba su expresión.
-¿Si yo quiero?¿Y si quiero, que vas hacer?¿Solo te irás sin decir nada?- ¿Que es este cambio de ambiente tan repentino?
-Yo…- Sin terminar, Christopher me interrumpió.
-¿No vas a contestar?- Me empujó a la cama.
-Eres mía, que te quede claro. No te vas a ir nunca ¿Entendiste?- Algo no entendía, ¿Por qué se enojo? ¿Me perdí de algo?
Se fue, apareció de nuevo con una corbata en sus manos. Me miraba enfurecido.
-Con esto aprenderás cuál es la respuesta que debes darme- Me agarró las manos y las ato a la cabecera de la cama.
Me agarró la cabeza para que lo miré.
-Debes decir, amo me quedaré contigo hasta mi último aliento. Dilo ahora- Christopher se alejo y me sujeto las piernas abriéndolas.
-¿Amo?- Lo mire asustada.
-¡Dime que te quedarás conmigo!- Alzó la voz al ordenarme.
Lo mire asustada y Vi como su cara desaparecía entre mis piernas. Sentí una sensación extraña en mi parte baja, lamía y succionaba haciéndome estremecer de placer. Las ondas que se extendían por mi cuerpo me hacían encorvar la espalda.
-¡Dime!- Sentir su voz me dio más placer.
-A…amo…mmm…me…ah- Se me hacía difícil hablar.
-No te entiendo-
-Amo…me quedaré…con vos- Con dificultad terminé la frase.
-¿Por siempre?-
-Hasta mi…último…aliento- Christopher paro y se incorporó.
-Buena chica, ¿quieres tu premio?-
-Quiero mi premio amo- Lo quería dentro mío.
-Buena dicho- Me agarró la cintura y de un movimiento me puso en cuatro.
De un solo empujón me embistió con fuerza. El placer aumentó, solo quería que siguiera sin parar.
-Amo más fuerte- Quería que estuviera en lo más profundo de mi interior.
Está conexión que teníamos me daba una cierta seguridad, ya que sentía su deseo por mi y eso me excitaba, como no me había pasado con los demás. Me besaba la espalda, me acariciaba, me abrazaba, con mucha pasión. Mi corazón se aceleraba de la emoción, ¿será que no me ve como un simple objeto?¿Podré ser más para él?
La noche pasó, no sé cuántas veces tuvimos sexo, mi cuerpo ya no respondía. Christopher se quedó dormido al lado mío. Al dormir se le notaba lo joven que era, no tenía arrugas, ni panchas en la piel. Sus pestañas y labios que me besaron hacia unos momentos atrás. Acaricié su mejilla, era suave como si estuviera tocando cerámica pulida. Me sorprendieron los ojos de Christopher que me miraban atentos. Me aleje instintivamente, sin embargo su mano me agarró y la apoyó en sus labios, me dio un suave beso. Lo miraba sin pestañas, no quería perderme ningún segundo. Nos interrumpió el sonido de la puerta.
-Señor Jhonsson disculpe las molestias. La señorita Ginger es requerida por el señor Tatshiro, quiere desayunar con su adorada hermana, fueros las palabras del señor ¿Qué quiere que haga?- Christopher me miro serio.