La primera vez que la vi, me impacto su cabello, tan rojo como la sangre y tan brillante como el sol. Era verdaderamente exótica y de una belleza sin igual. Fue lo primero que pensé cuando me mostraron su foto en la lista de la subasta que estaban preparando la organización que la explotaba, una chica tan hermosa, pero tratada tan cruelmente. Mi papel era simple, ir a la subasta, comprarla y mantenerla oculta hasta que se atrape a la organización. No sé en qué momento todo se fue al drenaje, al tenerla en la mansión, con su mirada perdida, sin brillo, tan delicada y pura, no pude evitar querer corromper esos ojos que con tanto miedo me miraban. Ver como su piel blanca se volvía rosada al darle placer y me rogara por más, me atrapo tan fuerte que no podía quitar mis ojos de ella. Tenerla, poseerla, destruirla, era algo que rondaba todo el día en mi cabeza y no podía controlar. Ver cada faceta de ella en esos meses, sacudió todo mi interior, a lo último estar lejos de ella era impensable, era mía, solo mía.
Ahora estaba desesperado por conseguir cualquier información que me acercara a Ginger. Kano me informo que la ropa que había usado en el casamiento tenia GPS en ella, pero había dejado de emitir señal, lo que indicaba que los hombres que la raptaron se dieron cuenta o se deshicieron de ella. Con la boda cancelada, porque el trato de casarme con la señorita Ertes para que me devolvieran a Ginger no es válido, y con el tío enojado, estaba con varios factores en contra. Con un equipo de hombres armados con la última tecnología y con el equipo del gobierno para ir a buscar a Ginger, además de arrestar a los hombres detrás de su secuestro, las cosas iban yendo bien pero demasiado lento, nos tomo una semana encontrar su ubicación. Ya con todo los preparativos listos nos encaminamos a su encuentro, nos habíamos enterado unos días antes que para el fin de semana iban a trasladar a los secuestrados a diferentes países, si no actuábamos ahora, sería imposible encontrarlos después.
Fueron separados en escuadrones armados. Rodearon el edificio que se encontraba fuera de la ciudad, el lugar estaba custodiado de varios hombres armados que rondaban por la propiedad. En el amplio estacionamiento había coches lujosos aparcados, saber que uno de esos hombres estaba con Ginger, poniendo sus asquerosas manos en su delicado cuerpo, me enfurecía. Yo, por otro lado, entre como un cliente, con auto lujoso y mucho dinero. Al entrar lo primero que vez además de el horrible decorado es el terrible olor a humedad, perfumes caros e incienso, uno que te provocaba cosquilleos, era un afrodisíaco famoso, con él estimulaban a los clientes, en cambio ellos usaban máscaras para no caer en él. Cómo es de esperar, te inscriben y cobran por adelantado. Los hombres me preguntaron cuáles eran mis preferencias, les indique que me gustaban pelirrojas. Ellos me miraron y uno me guío por el lugar lleno de cuartos, en la puerta había un número. Salieron dos hombres con productos de limpieza y sin mirarme pasaron al lado y entraron al cuarto siguiente. Entre solo, di un vistazo a la habitación, antes de sucumbir a la tentación, me cubrí la nariz y la boca con una máscara que tenía preparada. La decoración era sencilla, muy barata. Lo que más destacaba era la cama, en ella estaba una mujer acostada, me acerqué y la vi, atada a la cama, profundamente dormida. Con un simple toque al reloj que llevaba en la muñeca, el cual mandaba una señal a Kano, uno de los que estaban al mando de la operación, avisé que era el momento de entrar. Sabiendo que tenía poco tiempo antes de que entraran, me apresure a desatar a Ginger que seguía dormida, no se dio cuenta que la estaba desatando, rápidamente apague el incienso para que dejara de reaccionar a él. Con el ruido que comenzó a producirse afuera, la envolví en una de las mantas que encontré, la cargué y el movimiento la despertó solo que no estaba del todo consiente de lo que estaba pasando a su alrededor. Espere un poco antes de salir, me tenían que venir a buscar mis guardaespaldas, que eran los que estaban armados. Al salir afuera y ver por el pasillo, los hombres que estaban adentro de los cuartos a escuchar disparos, salieron apurados, la mayoría estaban desnudos, dejando a las jóvenes dentro atadas sin poder escapar. Al ver a los guardaespaldas aparecer, con sus máscaras puestas, les indique que antes de irnos, desataran a las jóvenes. Como había hombres suficientes, les dije que las sacaran, mi sorpresa fue ver a muchachos jóvenes, cerca de la edad de Ginger, cargados envueltos en mantas, muy drogados. Sé que cada uno tiene su gusto, pero que te guste ver o hacerle algo a una persona que no está consiente es lo más bajo que las personas pueden caer y estoy hablando de que solo se permiten hombres como clientes. Teníamos que salir de ese lugar y más importante con vida, sanos ya no aplica en esta situación. Se escuchaba el tiroteo cada vez más cerca, había que esquivar esa escena, pero solo había una salida. El olor a sangre comenzó a filtrarse por el aire, manchas rojas salpicaban las paredes y el suelo, cuerpos sin vida aparecían. Todo era un caos, las personas corrían y gritaban, salir se volvía más difícil, pero conseguimos escabullirnos hacia afuera. Con muchos de los prisioneros salvados, un camión blindado nos esperaba listo para marcharse. Nos fuimos del lugar a toda marcha, sin soltar a Ginger, la abrase muy fuerte, estábamos lejos de ese lugar y en un rato estaríamos aún más. Con el alivio de poder tenerla en mis brazos, regresamos a casa, regreso a mi lado, a donde ella pertenece.
Con mucho malestar, me desperté en mi cama, ¿es un sueño? Quizás mi cabeza ya no reconoce la realidad con la fantasía, quizás mi deseo de volver es tan grande que me invente este sueño que es tan vivido. La puerta interrumpió mis pensamientos, Dora entro, me miro por unos segundos y salió corriendo de la habitación sin cerrar la puerta. La situación fue algo extraña, la Dora que conozco no reaccionaria así al verme, pero me sorprendió cuando Dora, Esteban y Christopher entraron corriendo a la habitación. Los tres vinieron a mí y me abrasaron, juntos, su calor y olor no podían ser un sueño. Dora y Esteban estaban llorando mientras me abrazaban.
-Cariño, estas bien-
-Estas con nosotros de vuelta-
Eran las frases que decían, entre lágrimas y besos en la cabeza que me daba Dora. Christopher me abrazaba desde atrás, lo cual me percaté cuando mis movimientos se volvieron limitados cuando quise acomodarme en la cama. Luego de que se calmara Dora y Esteban, se fueron luego de llenarme de besos. Me quede con Christopher en la cama.
-Volviste a mi después de tanto tiempo- Christopher me apretaba fuerte.
-No volveremos a separarnos de nuevo. Ya que encerraron a los hombres que te tenían prisionera y a los que te esclavizaron antes- Al caer en la realidad, escuchar que los hombres que me habían torturado toda mi vida al fin ya no estaban, comencé a llorar.
La felicidad y alivio que sentí fue tan grande que durante un largo rato llore, llore todo lo que no había llorado en mi vida, llore al saber que podía volver a respirar, llore por sentir libertad y llore por sentir a Christopher de nuevo. Él me abrazo fuerte mientras me daba besos suaves.
-No pensaba decírtelo hasta que preguntaras, pero creo que debo hacerlo. El hombre que apareció diciendo que era tu hermano y con papeles en la mano, era falso, trabajaba junto con los hombres que te raptaron en la boda y luego huyo al extranjero, pero con mucha búsqueda intensa, lo encontraron y ahora está preso. Investigue un poco y me dijeron que sos hija única y la única que queda viva de tu familia. Lo siento- Me sentí triste al escuchar la noticia, pero al escuchar la palabra boda, un malestar se intensifico.
-¿Y la boda?-
-No me case, solo fue un acuerdo que hice con mi tío para recuperarte. Si me casaba con la señorita Ertes, te dejarían volver conmigo- Luego de escucharlo, una sonrisa apareció en mi rostro.
Luego de hablar, nos fuimos a bañar juntos, así fue toda la semana siguiente, sin separarnos ni un minuto. Una noche, fuimos a cenar a un restaurante que era tan hermoso como elegante. Un ramo de flores apareció en mi plato, junto con una cajita. Al abrirla un anillo con un diamante tan brillante que encandilaba, Christopher estaba junto a mi arrodillado.
-¿Te casarías conmigo?- Esas simples palabras me sacaron lágrimas de felicidad.
-¡Si, si!- Fue lo único que salía de mi boca de la emoción que sentía.
Así fue la romántica propuesta de matrimonio que recibí del hombre que me libero, del único que me hizo sentir viva y del único que recibí amor.
Después de la boda, que fue mega escandalosa, nos fuimos de luna de miel, viajamos por el mundo y al volver a casa comencé la escuela, asistí a clases como las personas normales, descubrí un mundo que no conocía, también después de gradarme, quedé embarazada de dos hermosos mellizos, una niña y un niño. No puedo decir que no hubo momentos malos y que todos fueron buenos, sin embargo, mi vida junto a Christopher y a mis dos hermosos hijos, fue perfecta.
No todas las historias son tristes, no todas son felices, algunas terminan temprano, otras terminan tarde, no todas son iguales. Hay muchísimos chicos como nuestra querida Ginger que son explotados desde chicos, ya sean laborales o sexuales. Algunos por ser huérfanos y otros sus propias familias los venden o entregan a estás organizaciones ilegales, clandestinas. Hay muchas que siguen porque personas poderosas los apoyan. Están sufriendo mientras leen esto. No hay que despreciar ninguna vida, todas valen. Y hay que agradecer lo que tenemos y ayudar a los que la pasan mal.
Gracias por leer mi historia, nos veremos para la siguiente historia que espero apoyan tanto como esta. Los quiero y leo todos sus comentarios!