Bello Amor

La Respuesta

Amor aplaudió con cierta humildad, pero sin perder su aire de Rey y hasta de superioridad, aunque una cosa no tenga nada que ver con la otra. 

— Bueno — me dijo Amor luego de un silencio incómodo. — al menos no niegas mi existencia.

— Oh, claro que no lo hago, ¡si que existes!, solo que eres mas cruel que hermoso. Aunque que también hay hermosura en esa crueldad.

— ¿porqué lo dices?

— Como habrás notado, soy buena con las palabras, tal vez no la mejor, pero soy buena, escribo poemas, cuentos y discursos en un cuaderno, algunos de los que están ahí los subo a Wattpad y espero subir más, eso sin mencionar que declamo y actúo, así que se MUY BIEN que las mejores palabras vienen con el dolor, el enojo y el desamor, mas incluso que en tu... presencia, una muestra clara de ello son las tragedias famosísimas de William Shakespeare, por mencionar a solo uno, claro. 

— Tiene sentido... igual recuerda que muchas de tus atribuciones hacia mi persona no son falta mía, sino mas bien de los mismos humanos, yo no soy quien decide alejarse de ellos, sino son ellos los que me apartan cuando se aburren de mi...

— Un segundo — lo interrumpí — no estás rimando.

— ¡Me venciste niña! la rima solo iba a usarla para retarte, creí que no aceptarías, los pocos que aceptan pierden porque no lo hacen con estilo y pues... hacerlo "con estilo" es parte del trato, es algo que me gusta usar para intimidar a quienes me insultan en su interior: vengo, les reto, no lo hacen bien así que anulo el trato, y me voy. Y sigo atosigándolos en libros y películas, tú mismo lo dijiste "reales o imaginarios", porque me meto hasta en el corazón de los villanos de las mas grandes historias por medio de los creadores de las mismas.

Amor se sacó la corona, y de ella extrajo una de sus gemas, una pequeña, que mas bien parecía una esfera o un orbe, era brillosa, lucía como una estrella del espacio mismo, cuando la sacó, la esfera incremento de tamaño, hasta poder caber en su palma entera. Era como un sueño hecho realidad, aunque... creo que de hecho lo era.

— Tu eres mortal,— dijo —así que antes de morir debes legar la corona a alguien, yo no tenía que hacerlo así que no sabría en tu lugar quien es digno, pero recuerda que tu vida va a cambiar para siempre, voy a darte la corona de la reina de las palabras, y la palabra, niña, es muy potente, con ella, se pueden lograr revoluciones, matar, obsesionar a alguien con algo, es potente instrumento de los dictadores, pero también es cura, es vida. El lenguaje, nos permite inscribirnos en la sociedad, es el proceso cognitivo superior, nos vuelve seres pensantes por eso.

— ¿Y como sabré si yo soy digna?

— Por como la manejaste hoy, estoy seguro de que esta corona está en buenas manos.  pero recuerda: una vez que la aceptes no podrás volver atrás, tendrás que controlar tus poderes

— ¿qué poderes?

— Para empezar sabrás hablar, entender, escribir y leer en cada idioma que ha existido, que existe o que existirá, y si dominas los poderes podrás leer mentes a voluntad, hasta que no lo domines tal vez te vuelvas loca, un truco: relájate y concéntrate sólo en tu pensar y las otras voces se callarán. ¡ah! Y procura pensar en tu idioma natal no queremos que se te escape un pensamiento en voz alta o que quieras hablar en español y se te salga lo que querías decir no sé... en arameo. E irás descubriendo otras cualidades y tus responsabilidades.

— Bien...

— ¿lista? ¿aceptas ser la Reina de las palabras?

— Acepto.

— Arrodíllate entonces.

Me arrodillé con la cabeza mirándole hacia arriba y cerré los ojos. Y dijo las palabras: "Por el poder todo el multiverso, Yo Amo y señor de los sentimientos, la buena fe, la dicha y el gozo, y dueño del conocimiento de toda época y lugar te declaro, (dijo mi nombre) Reina de las Palabras".

Me colocó la estrella justo entre los ojos y esta se transformo en una tiara que adordaba mi frente y se extendía elevándose hasta poco mas de 7cm. por sobre mi cabeza. La tiara no era de ningún metal, era mas bien como de... energía, si, energía blanca que estaba como adherida a mi frente.

Tenía espirales, y puntos emanaban de ella cual luciérnagas, y en el centro de mi frente se dibujaba un símbolo, que según él cambiaría dependiendo mi estado de ánimo al igual que la energía. 

 

— La corona — aclaró en griego —aparecerá si es tu deseo, sino, no. Solo los dignos podrán verla con tu voluntad o sin ella. Este es mi regalo para ti, Su Alteza.

Hizo una reverencia burlona, yo sólo sonreí cuando me puse de pie, y le devolví el espejo que usé para ver la corona. El no me había regalado nada, yo me la gané, pero no quería discutirle más. 

Por otro lado se notaba que lo único que perdió fue el título, no los poderes que la corona conlleva, tal vez por eso dijo que me la regalaba, como si solo me hubiera transmitido una copia de su poder, lo que sería un trato muy injusto, él no perdería de cualquier forma, siempre conservaría sus poderes de la palabra. O quizá sería que perdió toda habilidad de la corona salvo la de hablar en todos los idiomas...digo, es el amor, debería poder hablar toda lengua.




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