El " si hubiera ..." es solo un pretexto para pensar que las cosas podrían ser mejores.
Los rayos del sol se colaban por los pequeños agujeros que tenía el techo de aquella vieja casa. Tenía aspecto de una casa abandonada, sin embargo, en esta descuidada y pequeña casa vivían siete personas. Desde lejos se escuchaban los quejidos, como si una mujer estuviera a punto de dar a luz. Ben-ammi al escuchar los fuertes quejidos de inmediato supuso que algo había pasado y comenzó a correr como si de eso dependiera su vida , detrás de él le siguieron Daniel, Cadmiel, Cristin y Alexis, sus hermanos. Cuando abrió la casa nada nuevo vio, una silla rota, platos rotos, comida regada por doquier, aquel pequeño mueble rojo que estaba posterior a la cocina estaba volcado y a su lado su querida madre sangrando y quejándose del dolor, a no más de un metro se encontraba su padre tomándose una cerveza frente al televisor como si nada estaba pasado. Cristin al ver a su madre corrió hacia ella y la abrazó, las lágrimas salían de sus ojos pero ella rápidamente se la secaba, porque si algo sabía era que llorar estaba prohibido porque llorar tenía consecuencias.
-Qué hacen ahí parados balsa de inútiles- grito Fran el padre de los chicos- están sordo o quieren que ahora le entre a ustedes- le grito aun mas fuerte. Los chicos rápidamente se movieron, era eso o una golpiza.
-Conseguiste el dinero- le preguntó a Ben-ammi su hijo mayor.
-No pude conseguirlo- respondió Ben-ammi con la cabeza gacha.
-¿Dónde estaba?- preguntó dándole una fuerte cachetada y acorralandolo contra la pared.
-En la escuela- respondió en un hilo de voz. Ben-ammi sabía que aquella respuesta no haría nada feliz a su drogadicto padre, pero mentirle era filmar su sentencia de muerte.
-¿Y qué?- le gritó tirándolo al suelo- te dije que necesito 5,000 mil pesos hoy y ¿dónde están?- pregunto- ¿eh? - volvió a preguntar-sabías que no lo iba a conseguir en la escuela o si?- le dijo agarrando el cuaderno que Ben-ammi tenía en las manos y lo rompió
-Yo- trato de hablar cuando un fuerte golpe en la cara lo interrumpió.
-Tu nada, me consigue el dinero o ya sabes que tu madre va a sufrir más porque invitaré unos amigos y ella será nuestro juguete, entendiste o necesita una demostración- le grito fuerte y claro.
Ben-ammi a sus 10 años le era imposible tener una vida normal. Nunca tuvo la oportunidad de ser niño, a sus dos años cuando su madre dio a luz a su hermano Daniel él se tuvo que hacer cargo de él prácticamente, lo mismo cuando nacieron los mellizos Cadmiel y Cristin y cuando nació Alexis, la menor de los hermanos. Ocupaba el rol de padre de sus hermanos, enfermero de la madre y beneficiario de su manipulador y abusivo padre. Su primer delito lo cometió a los 4 años cuando robó la leche para sus hermanos y ahora iba por las calles buscando a su próxima víctima o próximas víctimas, el plan era conseguir esos 5,000 mil pesos o iba a tener que presenciar otra vez como su madre ganaba el dinero de una manera no muy buena. Ben-ammi no entendía porque su madre no se iba y dejaba a su padre, tampoco porque él y sus hermanos no desaparecen y listo. La calle estaba un poco solitaria y el sol le daba fuerte en la cara, su estómago gruñía por hambre pero solo podía pensar en sus hermanos, madre y el dinero que debía conseguir, era mucho dinero y sabía que no podía conseguirlo en menos de cuatros horas. Los ojos se le iluminaban a observar cómo los padres llevaban a sus hijos al parque a jugar y comer helado, envidiaba cada beso y abrazo que recibían los otros niños por parte de sus padres, nunca en su vida nadie lo había abrazado a parte de sus hermanos cuando andaban en busca de protección, a sus diez años aún no había presenciado un poquito de amor.
Ya eran las 7:00 pm y no había conseguido el dinero,solo pudo conseguir 1000 pesos y no se lo iba a dar a su padre. Ese dinero era para su madre, hermanos y él comer. Decidió volver a casa, odiaba tener que volver pero tenía que ir por su familia. Pensó que su padre no estaba en casa porque todo estaba en silencio pero grande fue su sorpresa al encontrar a su madre atada de pies y manos y con un trapo en la boca siendo golpeada con un látigo desnuda en frente de sus hermanos, Alexis no soporto y empezó a llorar
-Cállate- le grito fran- que te calle- repitió esta vez dándole fuerte con el látigo, Ben-ammi no soportó más y con gran ímpetu, cargado de furia golpeó la cabeza de Fran con un viejo jarrón que estaba encima de la pequeña mesa que estaba en la sala.
Hubo un momento de silencio. No se movía, no hablaba, Fran no hacía nada. El pánico y terror se apoderó de Marta, la madre de los chicos y entró en estado de shock, sin pensar ni un solo momento llamaron a emergencia y desataron a su madre. A Ben-ammi no le importaba nada más que salvar a su madre y sus hermanos. No pensó que esa noche sería llevado a la cárcel y que a sus diez años de vida iba a ser juzgado frente a un juez como un asesino. Muchos comentarios se hacían en las noticias sobre lo que había sucedido y el gran estelar en todas las noticias fue “NIÑO DE DIEZ AÑOS MATA BRUTALMENTE A SU PADRE”. Algunos opinaban que deberían dejarlo toda la vida en la cárcel, otros decían que esas son consecuencia de consentir a los hijos,.... Sin embargo, ninguno pensó que esto era producto de la desesperación de un niño de tan solo diez que desde que tenía conciencia solo había vivido siendo maltratado, humillado, crecido en una atmósfera sin amor y cariño, un ambiente totalmente desfavorecedor, que a su diez años había tenido que ser madre, padre y hermanos de sus hermanos, que se había visto obligado a robar, estafar y presenciado escenas horribles donde su madre era maltratada y vendida a cualquiera, nadie pensó que solo buscara un respiro.
Ya había pasado una semana y era tiempo de dictar sentencia, el caso había sido tratado por profesionales. La familia no tenía para pagar un abogado, por ende, le tocó una abogado de oficio y para su suerte le tocó la Lic. Huston. La abogada Sara Hustoin era la mejor abogada del distrito, nació en una familia de la alta sociedad, sin embargo, su pasión siempre fue ser abogada de oficio aunque tenía su oficina le apasionaba ayudar a las personas y esa era una virtud que poco entendían.