23 de Julio de 2019.
Abigail.
Maldita copia defectuosa.
Prácticamente me corrió de mi propia casa cuando lo único que quería hacer era dormir.
Mis padres estaban en casa de mis tíos, mi hermano en quién sabe donde y mis primos de seguro haciendo alguna estupidez en otra parte.
Hace unos minutos Lia y yo estábamos mirando televisión hasta que me avisó que Ray iba para allá. Yo le dije que no podía tener sexo con él si yo estaba en la casa entonces me sacó de la comodidad de mi sillón solo para poder acostarse con su estúpido novio.
La verdad es que esperaba pasar más tiempo con mi hermana en lo poco que quedaba de vacaciones pero se la pasaba con Ray casi todo el tiempo. Creo que sigue un poco enojada conmigo pero ya debería de superarlo si se supone que es la más madura de las dos.
Yo ya lo superé aunque diga que prácticamente fue todo mi culpa.
Pero en fin, al menos podía ir a ver a mi novio a quien no había podido visitar desde que llegamos. Los dos hemos estado desempacando estos días y ahora, con el debido permiso de su casera, puedo ir a visitarlo a su casa. Conoceré a las personas que viven con él, o al menos a los que han llegado lo cual es bueno para analizar el entorno.
Llamé a la puerta y una chica pelirroja abrió.
Desde ahí empezamos mal, una de las compañeras de vivienda de mi novio—o más bien conocido como roomies—es pelirroja. ¿Saben lo atractivas que son las pelirrojas? Y para colmo, tiene un piercing en el labio. Esta chica es malditamente hermosa, para qué negar que tiene lo suyo.
Si fuera lesbiana me aventaría hacia a esa chica sin dudas. Qué bueno que me encantan los hombres, mi hombre más bien, no dejaría que me conquistara cualquiera.
—Tú debes ser la novia de Dan—¿con que ya se van con apodos?—. Soy Virginia pero dime Vir.
Me extendió la mano muy entusiasta. Ojalá me hubiera dado una mala mirada para que me pudiera caer mal, pero en realidad automáticamente me contagió su felicidad.
—Abigail—le tendí mi mano. No bajaré la guardia aunque su sonrisa y entusiasmo suenen real, me recibió bien pero aún no me confiaré.
—Pasa, le gritaré a tu novio para que baje—se hizo a un lado y entré. Le gritó a Daniel que su "hermosa novia" estaba aquí. Y esta vez no me lo inventé, me dijo hermosa.
Que una persona hermosa me diga que soy hermosa alimenta mucho mi ego, me siento realizada por el día de hoy.
—¿Dijiste hermosa?—un chico de cabello negro y un poco largo salió de lo que supongo que es la cocina—. ¿Una nueva roomie?
—Es la novia de Daniel.
—¿El güero?
—Sí, no seas maleducado y preséntate. Deja de buscar huesos como un perro—sé cruzó de brazos.
—Pelirroja, los perros son seres de amor y ternura así que tomaré tu intento de insulto como un alago—le dio un beso en la frente y se dirigió a mí, si son novios han de ser una pareja rara—. Hola, hola, hola. Soy Samuel—me sonrió.
—Estás siendo más educado con ella que conmigo cuando llegue—dijo mi novio bajando las escaleras. Se acercó y me dio un beso para luego abrazarme.
Claro que sí, es su manera de marcarme como territorio, le falta poco por hacerme pipí para que nadie se me acerque. Los hombres a veces son muy tontos pero es lindo ese gesto en algunas ocasiones.
—Es porque soy adorable—le sonreí a Daniel y él negó con la cabeza.
—Bueno, tal vez si no me hubieras pegado sin saber mi nombre también te diría que eres adorable, güero—Samuel alzó los brazos y regresó a la cocina.
Daniel me había contado que este tal Sam se interpuso entre él y una puerta. Sip, Daniel no llevaba ni un día en esta casa y ya había golpeado por accidente a una de las personas que viviría con él por muchos años.
Aunque eso ayudó a romper el hielo y se llevan ahora bien, siempre le dice güero, de hecho a todos los etiqueta por el color de su cabello lo cual es un poco raro pero genial. No lo había conocido y ya me caía bien aunque claro, Daniel es inteligente y no me había mencionado nada de Virginia.
—Y tu novia si es una castaña adorable, no entiendo porque estas con ese adefesio—gritó Sam desde la cocina.
Bueno, ellos dos me agradan. Me han llamado hermosa y adorable en un solo día, todos saben que lo soy pero es lindo oírlo. Me hace entrar en confianza.
Daniel tomó de mi mano y nos guió hacia la cocina, no sé a dónde había ido Virginia. Cuando entramos había un chico y una chica abrazados.
—Alex, Brenda, ella es mi novia, Abigail—nos saludamos.
Genial, una chica ocupada eso significa que hasta ahora Virginia es mi única preocupación. Confío en mi novio pero no conozco a todas las chicas entonces tengo un ojo sobre ellas aunque no creo que represente un problema.
El resto de la tarde me entretuve hablando con Sam y Brenda en lo que Alex y Daniel cocinaban para todos. Tiempo después llegó Virginia uniéndose a la conversación. Parecen llevarse bien, creo que incluso son amigos; no solo conviven por vivir juntos, incluyeron rápidamente a Daniel en su pequeña familia y eso es realmente lindo.
Me explicaron que aún faltaba la hermana de Samuel, quien llegaría a vivir en la casa la próxima semana y con eso ya estaría el lugar lleno, justo a tiempo para iniciar con las clases.
Nos la pasamos comiendo, hablando y riendo, me sentí a gusto y me alegra que Daniel este rodeado de personas con buena vibra. Mi preocupación era que lo pasara mal y que estuviera solo pero creo que está más acompañado que yo.
(...)
Estaba regresando a mi casa sola ya que le había insistido a Daniel que no me trajera, soy una mujer fuerte e independiente.