Beneficios y No Beneficios

Capítulo 17: Jugo.

23 de Agosto de 2019.

 

 

Abigail.

 

 

No soporto a las personas de mi salón, me hacen querer llorar. No pueden estar ni media hora conviviendo porque comienzan a pelear sobre cualquier tontería; tan solo hace unas horas terminaron de pelear sobre de que color debían de ser las carpetas de una materia.

Todos tienen rivalidades y formaron grupitos, nadie habla con nadie fuera de su círculo de "amigos". Somos un grupo, se supone que deberíamos estar cuatro años juntos, ¿por qué no apoyarnos?

No me junto con nadie que me ayude a estudiar pero aún así en mis primeros exámenes me fue bien, resulta que el no tener con quien hablar en clase hace que aprenda más y sea más responsable, tengo las mejores notas hasta ahora y por ello los chicos que se sientan hasta enfrente me odian. Claro que la mayoría de las cosas me aburren pero me entusiasma saber que al menos soy buena en esto, en fin que solo espero estar un año aquí.

Incluso me he acercado a hablar con otros profesores para saber en qué otra rama me puedo dedicar en caso de que mis planes fallen, resulta que comunicación tiene mucho que ofrecer y tal vez me incline por periodismo. Los profesores me han presentado a chicos de otros semestres para que me platiquen mejor y de hecho ellos me hacen compañía cuando no tengo clases. Por ello las chicas de mi salón me dirigen malas miradas cuando estoy con chicos de otros grados.

Parece que por cada cosa que encuentro que me entusiasma, aparece algo que me detiene o no me convence del todo.

Esto no pasaba en Houston, es verdad tenía amigas falsas pero podía llevarme bien con la mayoría, siempre estaba feliz y hablando con alguien. Ahora siento que la tensión en mi salón se puede cortar con un cuchillo, no es un ambiente en el que disfrute estar.

No sé que estoy haciendo aquí.

Justo ahora estaba guardando mis cosas ya que habían terminado las clases, no me quedan más ganas de seguir en este salón. Pasaré un fin de semana lindo con mi novio y mi familia y me olvidaré de estos idiotas por dos días.

—Oye Abi, ¿puedes explicarme este ejercicio?—me habló Iliana, una chica de mi clase. Es raro porque siempre que paso a lado de su grupo de amigas ellas ríen.

Pero no puedo negarme a ayudarla, si acudió a mí fue por algo. No es mi culpa ser tan inteligente, la NASA se está tardando en encontrarme así que mejor me aprovechen.

Le expliqué a Iliana el ejercicio aunque sentí que no me estaba poniendo atención, luego se fue con sus amigas y salieron del salón riéndose como siempre. Son insoportables esas niñas, siempre están riendo de todo, pero no creo porque sean graciosas, más bien se burlan de todo.

Abrí mi mochila para guardar el resto de mis cosas y la subí a mis piernas, cuando me di cuenta estaba mojada, de hecho todas mis cosas lo estaban como si alguien hubiera aventando agua.

Rápidamente saqué todo y estaba teñido de rojo. ¿Olía a betabel? ¿Jugo de betabel?

¿A quién demonios le gusta el jugo de betabel?

A mí no, por ello no sé porque están mojadas todas mis cosas, bueno creo que si lo sé, alguna de las estúpidas amigas de Iliana debió de hacer esto mientras yo le explicaba amablemente lo que no entendía, por eso salieron burlándose. No entiendo que tienen contra mí.

No es la primera vez que hacen algo así, la semana pasada me molestó mucha gente rara mandándome mensajes y llamándome, por ello tuve que cambiar de número, no había entendido el porqué hasta que Mateo encontró uno de los anuncios donde estaba mi número pegado en postes de la ciudad diciendo que prestaba "servicios".

¿Cómo sé que fueron ellas?

Bien pues Iliana lo admitió, me preguntó que si no me había gustado captar la atención de tantas personas y se excusó con que era "una pequeña broma". Me quedaron ganas de decirle que podía meterse su pequeña broma por donde le quepa mejor, pero en vez de eso me reí, porque si me enojaba ella iba a ganar y es mejor creer que no me afecta.

Saqué mis cosas y todo se tiñó de rojo, mis libros, mis apuntes, mis lapiceros, incluso mi celular está muerto. Esta me la van a pagar y caro.

Aventé todo a la mochila menos el celular, me colgué la mochila y salí como si nada hubiera pasado, aunque se estaba mojando mi ropa por el jugo, no importaba que se manchara porque era negra y no se notaría, primera vez que mi ropa emo me salva de una situación. En la entrada de la escuela estaban esas víboras y solo las evadí, lo que no me esperé fue que Daniel estaba esperándome afuera recargado en su moto, y las arpías estaban mirándolo como bobas.

Mi humor inmediatamente mejoró, sonará muy cursi pero verlo ahí yendo por mí me alegró, el estúpido es capaz de mejorar mi día con su asquerosa presencia, así que fui con él y le di un abrazo.

—Oye sé que estás entusiasmada de verme pero, ¿porqué estas mojada?—Daniel dijo en cuanto nos separamos y le di un zape.

—Las estúpidas de allá atrás me aventaron jugo a la mochila—Daniel iba a voltear a verlas pero lo tomé del rostro para que no lo hiciera—. Ni las mires que están volteando a verte, deben de estar babeando ahora por ti.




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