30 de Agosto de 2019.
Lia.
—Hablamos luego—continué limpiando la barra.
—No, hablaremos ahora.
—Hablaré contigo hasta que termine mi turno, antes no. Si quieres esperarme bien, si no hablaremos otro día cuando estés calmado—no quería que Alan me regañara por armar un alboroto y aparte salirme a mitad de mi turno.
—Bien, esperaré afuera—Ray tomó su chamarra de mala gana y se fue.
Historia rápida: Estaba tranquilamente trabajando en el bar y de repente comenzó a llegar demasiada gente, ha sido el día más agitado del semestre pero en fin, todo estaba tranquilo hasta que llegaron unos idiotas a romper el aura de felicidad en el bar.
Empezaron a ser unos cerdos con las meseras; muy seguido se ve que algunos clientes intenten coquetear con ellas pero no pasa de más, hasta eso luego llegan a ser respetuosos; pero ellos eran insoportables, comentarios como "a cuanto la hora" y albures poco graciosos estaban de más.
Esos tipos eran detestables.
Así que cuando las chicas se cansaron de atender yo propuse cambiar de lugar, porque la verdad puedo ser de oídos sordos cuando me lo propongo. Comencé a hacer mi trabajo y esos idiotas me llamaban cada cinco minutos pero seguí, hasta que uno de ellos decidió darme una nalgada fue cuando el caos se desató.
Mateo estaba con un grupo de sus amigos de la universidad y de hecho él se había ofrecido a sacarlos a patadas, obviamente le dije que no para que no terminara en pelea y nos metiéramos en problemas con el jefe, quien en este caso sería Alan, larga historia. Él solo dijo que los ignoráramos y que si actuaban sospechosos con otra chica llamaríamos a la policía.
Pero cuando uno de ellos decidió ponerme una mano encima, Mateo apareció de la nada y le dio un golpe directo a la nariz, así que los otros tarados se fueron contra él, los amigos de Mateo lo defendieron y empezó una pelea. Por suerte Alan es inteligente y reprodujo el sonido de sirenas de policía y los chicos de la mesa salieron corriendo, porque sí, son muy estúpidos. Lo bueno que dejaron pagado todo así que no hubo perdidas, solo la de mi dignidad.
Le agradecí a Mateo pero luego Ray—quien había estado todo el tiempo en el bar también—nos interrumpió y en mi descanso de media hora empezó a reclamarme sobre que Mateo me defendiera. Algo así como de que él siempre estaba al rededor de mi como mosca. Sus palabras, no las mías.
Y así es como llegamos a tener esa conversación así que hablaré de nuevo con él hasta que termine de atender a todos, aún hay mucha gente pero espero que en una hora todo este vacío.
(...)
Una hora se convirtió en dos y media, solo espero que Ray no esté muriendo de frío, si es que sigue afuera, aunque lo más razonable hubiera sido que se fuera para no tener que hablar de esto a estas horas de la madrugada cuando mi cabeza está tan abrumada como para pensar con claridad.
Terminé de limpiar, me despedí de los demás y Alan y salí. Afortunadamente Ray seguía afuera sentado en la banqueta así que me acerqué a él y me senté a un lado.
—¿Sigues enojado?—sé que es una pésima pregunta pero no tenía otra manera de iniciar la conversación y al menos así hago menos incomodas las cosas.
—Tú qué crees—creo que sí las hice más incomodas.
—Bueno, solo es que no entiendo el por qué. Yo no he hecho nada malo, o dime si no es así.
—¿Me eres infiel con Mateo?—no sé si lo dijo en tono de pregunta o de afirmación pero aún así contestaré.
—No lo soy. No entiendo de donde viene esa pregunta.
—Lia, él me dijo que tiene sentimientos por ti—eso fue algo muy estúpido de parte de Mateo, ¿qué trataba de hacer?
Mateo, ¿ves que estamos mal y le echas mas sal a la herida? No pues gracias.
—Él también me lo confesó y aún así sigo aquí contigo—creo que no debí decir eso pero bueno, una relación se basa en confianza ¿no? Tarde o temprano Ray iba a saber que yo ya conocía los sentimientos de Mateo.
—¿Entonces si ya lo sabías porque sigues siendo su amiga? ¿Y porque no me lo dijiste?
Hmm, ¿porque nos costó mucho tiempo llevarnos bien después del desastre que se desato por tu culpa? Está bien Ray, no fue tu culpa, fue de Ana y aún así, si sí lo fuera no lo podrías saber.
—No lo dije porque no le tomé importancia—Mateo ni siquiera me dio tiempo de asimilarlo, empezó a comportarse como un buen amigo y pretendí que esa conversación nunca existió. Funcionó para mí—. Deberías de tenerme la suficiente confianza como para creer que solo lo veo como un amigo. Sí, tuvimos algo durante algún tiempo pero lo nuestro no funcionó y tratamos de llevar las cosas bien por el tiempo que llevábamos de amigos.
»Es como cuando tú estás con Amanda, no sé si sienta algo por ti pero tengo la suficiente confianza como para saber que no harías nada.
Aunque es obvio que a esa chica le gusta Ray, no es mi radar de novia loca, es simple lógica. Ella siempre le hace ojitos aunque este yo presente.