1 de Mayo de 2020.
Daniel.
No quiero decir que el que se fuera Lia fue lo mejor que me pudiera pasar pero si fue algo así. Cuando ella estaba arreglando todo para irse y yo estaba buscando empleo se le ocurrió la maravillosa idea de recomendarme en el bar.
La verdad no creí que el ambiente de trabajar en un bar fuera lo mío, tan solo pensar que tenía que preparar deliciosas bebidas alcohólicas y no poder probarlas era una tortura; además de lidiar con borrachos.
Pero necesitaba un empleo, los materiales para la carrera universitaria no son baratos y no quiero pedirle más a mis padres así que comencé a buscar trabajo hasta que Lia un día me comentó que estaba preocupada por quien tomaría su lugar en "Sour Mix" y la metida de mi novia le dijo que estaba "desesperado por tener una fuente de ingresos" así que Lia amablemente me recomendó con su jefe y ahora varios meses después estoy disfrutando de esto.
Resulta que sí es muy divertido ver a las personas borrachas y de hecho si los trato bien me dejan buenas propinas; claro que es cansado y desgastante pero me gusta aquí y lo que se podría decir como mi superior es genial, se llama Alan y es amigo de Lia y Samuel así que antes de que me diera ordenes ya lo conocía.
—Deja de babear esclavo, ponte a trabajar—el agradable de Alan me habló.
Estaba recargando mi cabeza sobre la barra porque nadie se acercaba, todas las mesas estaban llenas pero no había nadie acercándose a tomar en la barra lo cual me dio la oportunidad perfecta para descansar.
—Pero si no hay nada que hacer—dije parándome bien detrás de la barra.
—Una regla que debes de aprender de este oficio es que siempre hay algo que hacer—dijo limpiando un vaso—, así que has como que haces algo si no quieres limpiar los baños.
Rápidamente tomé un trapo y comencé a limpiar la barra aunque nadie la haya ocupado, pero sé que siempre tengo que tomar en serio lo que diga Alan porque luego se le ocurre mandarme a limpiar los baños aunque ese no sea mi trabajo.
Habían pasado unos minutos y Mateo llegó a sentarse frente a la barra.
—¿Qué haces aquí?—le pregunté mientras servía lo que había pedido.
—¿Qué no puedo venir?
—¿Alguien está en sus días de nuevo?—es divertido fastidiarlo cuando está de malas.
—Estoy haciendo tiempo para ir a hablar con Lia. Allá a penas son las cuatro de la mañana y no tenía en que entretenerme—bebió de su ron con cola.
—¿Te desvelas todos los días por hablar con ella?—Alan se metió en nuestra conversación. Creí que no había alguien más chismoso que yo hasta que lo conocí.
—Solo los viernes, ella se desvela los sábados y de ahí hablamos cuando podemos entre semana.
—¿Y no es difícil?
—Claro que lo es—Mateo esta vez no se fue como siempre que le hacen esa pregunta—. Pero ya estamos aprendiendo a acostumbrarnos.
—Yo siento que si no veo a mi novia una semana es mucho tiempo—Alan dijo y se encogió de hombros.
—¿Tienes novia?—Mateo preguntó.
—En realidad terminamos hace unos días pero sé que vamos a regresar.
—¿Terminaron?—ahora yo pregunté.
Yo sí sé la mayor parte de la historia de su novia porque prácticamente Samuel es su mejor amigo y él me cuenta todo cuando está aburrido.
—Es una historia que no les voy a contar—se dio la vuelta y salió de la barra.
—¿Quién es su novia?—Mateo me preguntó.
—No puedo decirlo, no soy un chismoso.
Bueno sí lo soy pero me hicieron prometer que no lo diría pero como Alan dijo, esa es una historia que no contaré hoy.
Seguimos hablando de otras cosas hasta que Abigail se apareció detrás de Mateo con cara de querer matarlo, lo sé porque esas caras me hace a mí.
—Por tu cara puedo decir que tu novia está detrás de mí con su cara de loca, ¿verdad?—me susurró y asentí con la cabeza.
—Estúpido, maldito mejor amigo inservible—Abigail comenzó a pegarle en el hombro—. ¿Por qué no me esperaste?
—Ibas a tardarte mucho arreglándote—Mateo se encogió de hombros.
Desde que Lia se fue mi novia no tiene a quien molestar reprocharle cosas, que suerte que empezó a hacerlo con Mateo y no conmigo.
—¡Tuve que pagar un taxi! ¡Tú me lo vas a pagar!
—Aprende a manejar—Mateo la ignoró y eso solo la hizo enojar más.
—¡Defiéndeme!—me dijo ya que yo solo estaba observando todo.
—¿Quieres que te enseñe a manejar?
—Eres un mal novio—hizo su mini berrinche.
Abigail resignada se sentó y me pidió cualquier bebida, le di una de las más fuertes porque me encanta el estado dulce que tiene cuando esta borracha, nunca se lo diré porque si no lo dejará de hacer ya que ella odia mostrar su lado "vulnerable".
Estaba platicando con mi novia hasta que una chica se sentó a lado de Mateo y los dos volteamos a verlos.
—Hola—le sonrió a Mateo.
—Hola—él le contestó.
Desde aquí sentí los celos de Abigail encenderse, todo por defender a su hermana.
—¿Cómo te llamas?—la chica volvió a hablarle.
—Mateo—él estaba un poco incómodo ya que la chica se le acercó mucho.
—Yo soy Romina, ¿puedo tener tú número?
Esperaba que Abigail interrumpiera o algo así pero en realidad otra persona lo hizo primero.
—No niña—la que creo se llama Ana se metió entre los dos—, él tiene novia. El otro no—me señaló—, ve tras él mejor.
La tal Romina se quedó confundida.
—Sí tiene novia—Abigail se metió en su conversación.
Ellas dos no se llevan muy bien, Abigail defiende mucho a Iván de Ana, creo que actualmente ya no se llevan tan mal pero aún así siempre que se ven todo se convierte en un ambiente hostil.
—No cuenta porque es una tabla—Ana le dijo a Romina como si Abigail no estuviera.