30 de Septiembre de 2019.
Mateo.
Hoy es el cumpleaños de Lia.
Lo que también significa que debería de ser nuestro aniversario, si no hubiéramos terminado hace unos días.
Bueno, yo la terminé.
No porque no la quisiera, más bien fue porque la quise mucho y aún lo hago, solo que no podía estar más tiempo sin ella y no quería empezar a tenerle una clase de rencor o algo por el estilo. Ella está cumpliendo sus sueños y me alegro por ellos aunque no pueda estar con ella.
La extraño, mucho. Sé que son pocos días y que prácticamente no nos veíamos pero al día siguiente cuando desperté sentí un gran vacío.
No sé porque, solo me sentía... ¿incompleto?
Sí, incompleto, podría ser la mejor palabra para describir lo que sentí.
Tomé mi celular pensando si necesitaba escribirle una felicitación o algo por el estilo, allá deberían de ser como las tres o cuatro de la tarde.
Antes de que pudiera abrir su conversación un mensaje de ella me llegó primero.
Lia: Gracias...
¿Gracias? ¿Por qué?
Lia: Me refiero al regalo.
¿Qué regalo?
Oh rayos, hace una semana le había enviado por paquetería un regalo por aniversario y cumpleaños.
De nada, lo mandé hace una semana ya que enviarlo de un día para otro es muy difícil
Perdón si te pareció raro
No había pensado en ese regalo, es algo pequeño la verdad, un portarretratos con fotos de los dos un poco recientes, no sé dónde habían quedado las fotos que teníamos de niños y por ello usé esas.
Y también una carta, una carta que expresaba todo lo que sentía por ella, recuerdo que en el último renglón le escribí que la amaba...
Lia: Me lo imaginé
¿Puedo llamarte?
No sé si sea un grandísimo error o algo que necesito ya que en serio me hace mucha falta escuchar su voz.
Me hace falta ella.
Lia: ¿No es muy temprano allá?
Sí... pero quiero escucharte.
No me contestó, me lo merezco.
Yo decidí terminar todo y ella está en su derecho si no quiere saber de mí.
Iba a tomar una ducha hasta que mi celular comenzó a sonar con una llamada, era Lia.
—Hola.
No sé porque ella tiene el efecto en mí de que cuando escucho su voz después de mucho tiempo se me eriza la piel, esta vez no fue la excepción.
—Feliz cumpleaños—no se me ocurrió otra cosa, un simple hola al parecer no era suficiente para mi inútil cerebro.
—¿Solo querías que te llamara para eso?—se escuchaba seria.
Pues claro que sí está seria, tiene que odiarme justo ahora. Soy un terrible ex novio y debería de dejarla en paz.
—Eh... sí—hice una pausa para pensar como despedirme, pero claro que no quiero despedirme—. Igual para saber cómo estabas.
Al menos espero que esté mejor que yo.
—Pues bien, creo—hizo una pausa, tal vez buscando una excusa para irse—. ¿Tú?
No esperaba que me siguiera la conversación, tal vez ahora no me odie tanto.
—Bien...—no sé porque comencé a contarle una divertida historia sobre como Abigail intentó aprender a manejar en su moto, se cayó y terminó muerta de miedo en una pequeña clínica solo porque Daniel estaba demasiado preocupado.
Lia comenzó a reír cuando le detallé mejor como Abigail casi se ponía a llorar y fue casi música para mis oídos. Extrañaba mucho escuchar su risa.
—Pero al menos mi moto está bien, ¿verdad?
—Claro, yo soy el que más la cuida.
Seguimos hablando de cosas que nos habían sucedido en estos últimos dos días y la verdad fue muy lindo, no sé muy bien cuanto tiempo hablamos pero cálculo que fueron unas tres horas, luego tenía que arruinar todo como siempre.
—Extrañé hablar contigo estos días.
Soy muy malo en eso de ser ex novio. ¿Si tanto la extrañaba entonces por qué termine con ella?