Benn

I

Nota de autor: Hola personitas lectoras. Les dejo aquí un capítulo de mi historia. Está publicada en Wattpad por si gustan a ver los siguientes capítulos 💕 Quería utilizar esta nueva app para mi. Veamos como me va. Muchas gracias por leerme, se los agradezco mucho.

 

Con cariño: Belén Huench 💗

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CAPÍTULO I

Capitulo uno: Un misterio sin resolver a lo Scooby doo.

 
 

 

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¡Hola!...me presento, soy Kehy, una chica inmensamente distraída, bueno, eso es lo que dice mi primo James. En su mundo interno me tiene registrada como «Cerebrito» Y creo que en porcentaje seguro que soy más cabezota que nadie en el mundo. Ahora mismo estoy como siempre, sentada en la última fila de las 45 mesas que adornan la clase, aburriiiiida y desorientada en el mundo de los números,—los odio—,observando cómo la profesora de matemáticas—señora de ya casi sesenta años, que solo espera jubilarse—,explicaba esas difíciles ecuaciones o fórmulas algebraicas que no lograba entender por más que me esfuerzo, no me entra en este pequeño cerebro, es como que alguien te hable en alemán o ruso, sin entender un carajo de lo que te intentan decir, a menos que estos dibujen y tú seas un experto interpretando. Pero para nada ese es mi caso.

Estoy sentada junto a el chico más nerd de la clase, de esos que solo te hablan si se trata de lo que están estudiando. Su nombre es Nico o Frido, bueno uno de los dos. Es de cabello corto con un color ceniza oscuro y tiene un buen perfil desde mi ángulo óptico. Es reservado, creo que puedo contar con los dedos las veces que nos hemos hablado y me sobran ocho.

Por fin ya suena el timbre.

—Por fin—musité estirando mis pequeños brazos.

— Auch,—oigo una voz familiar— deberías tener más cuidado con tus es-ti-ra-mi-en-tooos, no querrás ir a la cárcel por sacarle un ojo a un pobre humano ¿no?— ríe y sé que lo dice en broma. Lo sé.

— Yo  pues...,amm— menos mal el chico se fue y no oyó mi lamentable intento de disculpas. Con la cara colorada e hirviendo de la vergüenza tomé mis pertenencias de la mesa y salí hacia el pasillo esperando a que no estuviera allí.

—¡Que ay!—sobresalto. Me asustaste tarado—James, ¿acaso no sabes que mi corazón es delicado?—Le dije soltando una pequeña carcajada de alivio.

—Yaaa, discúlpame señorita regañona,—rueda los ojos, burlón—, a que no sabes quién viene allí... pero mira con cuidado,  no te vayas a desmayar o algo, no queremos un muerto por aquí — susurró a mi espalda. Vaya Dios. Me giré discretamente como me lo pidió, bueno, eso intenté pero creo que no tuve un buen resultado.

John, tan alto y guapo como siempre lo había sido, con esos ojos tan verdes como el mismísimo amazonas, que brillan cada vez que lo miro, la brisa que se interpone entre su cabello castaño del cual bajaba uno que otro mechón suelto por su frente, si obvio, como en una película de cine y esta es una de mis preferidas, me encantaba. Admiro y contemplo la manera en como se le forman entre sus mejillas daisies, sí, perfectos hoyuelos en su perfecta sonrisa, una cabezota totalmente embobada. Para ser sincera Langford es una persona que jamás se fijaría en mí y no es porque yo sea inferior a él ni mucho menos, sino porque somos de mundos muy diferentes y sabemos que solo en las películas clásicas de romance los personajes terminan juntos, pero eso era una vil mentira que nos hacen creer, nos engañan como cuando nuestros padres nos dicen: "Siii hijito, ya no llores, te prometo que mañana te lo compraré"; puf, pero ese mañana nunca aparece. El amor siempre termina en dolor, traición y mentiras, es bien poco y contado  el estar tranquilo y feliz, dicen que después de la tormenta sale el arcoíris,—vaya mentira—, ¿Y si no aparece nunca ese supuesto arcoíris? ¿Y si la tormenta viene para quedarse y no irse jamás? No, no, no. No puedo soportar algo así. Aunque pensándolo bien, me gustan las tormentas, puedo estar en casa, leyendo, viendo películas o series y llenando mi estómago de comida no saludable. Pues sí, creo que me quedo con la tormenta por ahora.

—James—pongo la clave en el casillero— me tengo que ir, tengo que llegar a casa pronto.—saco y meto cosas dentro de mi mochila disimulando mi nerviosismo al ver que John pasa por mi lado.
 


 

—Okay Kehy,—»¿cómo es que suena chistoso?»—, nos vemos mañana, cuídate y no veas películas para adultos,—levanta sus cejas cada un segundo—, y ya sabes a qué me refiero.—el muy tarado no pilla mi cara de «cierra la boca» se ríe como un bobo y yo estoy que me parto de la risa junto a él. Pero contengo apretando mi labios. Luego se despidió con un beso en mi mejilla. 
 


 

— Cuídate bobo.— sonríe y se va.
 


 

[...]
 


 

Mi casa no queda a más de unas cuadras del instituto, es bueno, me ahorro transporte aunque también existe el público pero prefiero caminar. Antes de llegar, siempre paso por Gombok, que es mi lugar favorito en todo este mundo. Mi padre desde pequeña me llevaba allí por bocadillos, tartas heladas y helados caseros, es lo más cerca que puedo estar de él en estos momentos, sentir que lo tengo tan pegado a mí pero tan lejos a la vez, me dolía en lo más profundo. Por eso llevo mis novelas de comedias, para no pensar en aquello. Leo también mis libros que me daban en las clases de literatura e historietas que James me recomendaba y que iba a buscar cuando tenía tiempo a la biblioteca. 
 


 

—Lo de siempre Eri, por favor—digo al sentarme en la mesa del fondo con una sonrisa. 
 


 

—Si claro, te lo traigo enseguida señora lectura—Me dijo la mujer devolviendo el gesto, con una sonrisa llena de buenas intenciones. La conozco desde siempre, es como una amiga más para mí.
 


 



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En el texto hay: misterio, juvenil, letras

Editado: 06.02.2021

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