Bésame

Capítulo1


Agarro  el frasco de kétchup y le echo alrededor de mis papas fritas, cuando creo que sabes suficiente,  devuelvo el frasco a su lugar y me limito a comer en silencio.

Miro a Sophie quien tiene la mirada clavada en algún rincón. Muevo mi mano de un lado a otro tratando de llamar su atención pero no funciona, sigue distraída. Frunzo mi ceño y sigo la dirección de su mirada, una mirada burlona se posa en mis labios al ver que esta mirando, mejor dicho, a quien esta mirando.

Un chico que se encuentra sentado en el rincón del restaurante ha logrado captar toda la atención  de mi querida amiga. El chico está entretenido con un libro : El chico de mis sueños. No me opongo que un hombre lea algo de romance, de hecho me parece algo super lindo pero ¿Ese título? ¿No pudo elegir otro?.

Niego y vuelvo mi mirada hacia mi amiga.

Por un momento pienso en lanzarle una papa frita para traerla a la realidad, pero por otro lado... ¡La comida no se debe desperdiciar! y mucho menos si es comida chatarra.

 Agarro una servilleta que se encuentra en el centro de la mesa de metal, la hago una bolita y la arrojo justo en el centro de su frente.

Ella pestañea  varias veces antes de mirarme. Al ver mi sonrisa sus mejillas se sonrojan, sabe que la he atrapado. 

—¿Te perdiste en el sendero de su mirada cuando ibas de camino a su corazón? —Llevo una papa a mi boca mientras observo como su rostro se vuelve completamente rojo y los nervios la invaden.

Abre y cierra la boca como un pez. 

Su expresión me causa gracia y por más que lo intento, no puedo evitarlo y comienzo a reír  fuerte. En tan solo un segundo siento las miradas sobre mi.

—¡Cállate!, ¡Estás llamando la atención de todos! su voz sale aguda. 

Hago caso omiso a sus palabras y sigo riendo.

 La veo agarrar uno de sus nuggets, conozco su intención  por lo cual cuando ella me lo lanza logró atraparlo con mi boca.

Le dedico una sonrisa de labios cerrados mientras mastico, y al tener toda la atención  sobre nosotras, Sophie agacha la cabeza creando una cortina con su larga cabellera. 

Siempre he amado molestarla, es como una niña pequeña de siete años a la que logras hacer pasar vergüenza con cualquier cosa. Aunque la mayoría  de las veces lo hacía para que dejara  de ser tan tímida,  porque si es así alguien se aprovechará de ello.

A pesar de que no somos las típicas  mejores amigas que se conocen  desde la infancia, y que a apenas llevamos un año de amistad, somos muy cercanas.

Sophie y yo logramos coincidir en un curso de verano el cual nuestros padres decidieron que necesitábamos. Yo sí lo necesitaba pero ella no, sus notas eran impecables. Fuimos compañeras de banco, y debo admitir  que me agradó de inmediato,  era divertido molestarla y siempre se preocupaba  por los demás. Tres meses después la encontré en el colegio y por supuesto empezamos a convivir más tiempo.

En realidad creo que me llevo bien por ser todo lo opuesto a mi. Mientras ella es alguien tímida, poco sociable, tranquila, estudiosa y no puede hablar en público; yo soy fiestera, desvergonzada, mis notas son una vergüenza para el sistema educativo y puedo hablar con cualquiera  que pase. Sin duda todo lo opuesto. 

Y por supuesto que ninguna de las dos somos las típicas rubias o pelirrojas, no somos de ojos claros o cuerpos esculturales, no somos las nerds ni las populares, solo somos dos chicas y nada más.

Pero tenemos nuestro encanto. Sophie es pelinegra, de tez clara, ojos redondeados, nariz ligeramente ancha, labios un poco gruesos y un cuerpo normal. Y yo era lo contrario: pelo castaño hasta los hombros, grandes ojos cafés oscuros, piel ligeramente blanca, nariz pequeña, labios regordetes, y por el hecho de que mi falda me apretaba, estoy segura que ya no estoy tan delgada.

Frustrada por el hecho de que estoy siendo torturada por un pedazo de tela, me levanto de mi asiento y me quito la falda lo más rápido que puedo, quedando solamente en un short. Guardo mi uniforme en mi mochila y me vuelvo a sentar, esta vez más tranquila para seguir devorando como un puerco.

Sophie vuelve a mirar al mismo lugar que al principio pero con algo de decepción. Me giro y entonces veo que el chico que se ha comido con la mirada, ahora camina rumbo a la salida. Bufo de manera exgerada.

 Siempre tengo que hacer todo yo.

Me levanto y camino hacia él ignorando las protestas de mi amiga, toco el hombro de aquel pelinegro, él se da media vuelta y al verme su ceño se frunció.

—Realmente no entiendo el porqué pero mi...

—¿Quién eres? me interrumpe.

—¿No te enseñaron en casa qué interrumpir a alguien es de mala educación?. La situación es está, la chica que está ahí—Señalo a Sophie y ella se esconde entre sus manos al ver que está siendo observada —es la candidata perfecta para ser tu novia, quizás tu esposa, y te aseguro que ella no te juzgará por lo que lees —miro el libro que tiene en su mano.

—Es linda.

—Lo es.

—Pero me gusta alguien más —giro los ojos con fastidio.

—Solo que te estoy  ddiciendo que te des la oportunidad de conocerla.

No le doy la opción a que responda, lo sujeto por los hombros y lo empujo hasta llegar a la mesa donde se encuentra una muy colorada Sophie, lo obligo  a sentarse justo donde yo estaba minutos antes. 

>Ustedes dos deberían conocerse, hablar mucho y si todo sale bien, te doy mi permiso para que le metas la lengua hasta la garganta, y si quieres ir más allá no te olvides de ir a la guerra sin protección—le guiño un ojo a Sophie  y me retiro del lugar.

 

 

💋💋💋💋
 


 

—Gracias por todo, Mike —Grito al mismo tiempo que enciendo el motor.


Mientras espero que el motor caliente un poco, saco mi teléfono de mi mochila y veo que son las siete de la noche. Al parecer he estado todo el día en la calle.




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