Besar al príncipe

Capítulo 2

Tenía que ser un acosador.

Quizá era un troll.

Odile no contestó los correos. Curiosidad no le faltó, pero su moral no se lo permitió. Siendo hija de una madre policía, su sentido de legalidad era “tan inflexible como el rigor mortis”, diría su padre.

Pero “PerroSalchicha57” al parecer intuía los temores de la pelinegra.

PerroSalchicha57: No soy un acosador. Aunque lo parece porque te he enviado más mensajes de lo normal. Pero no es así.

PerroSalchicha57: Solo quería agradecerte y conocerte un poco. Simplemente, no puedo asimilar el hecho de que alguien se haya levantado en la mañana y decidido que ya no quería un riñón.

—Pues yo lo hice —murmuró al leer el mensaje. Se había dicho que nunca volvería a abrir un e-mail, pero ella era una persona correcta, no una persona con falta de indagación.

De hecho, lo que más le fascinaba eran los misterios y enigmas.

Y, esa persona detrás del monitor, era un enigma.

PerroSalchicha57: ¿De casualidad tenías tres riñones? Investigue y hay personas que los tienen. No encuentro otra forma de explicarme cómo pudiste darme tu riñón.

Odile soltó una risilla. Estaba preparando una muestra de un hongo que había encontrado a las afueras de la ciudad para ponerlo debajo del microscopio, cuando leyó el mensaje.

—Qué curioso es el perro salchicha —comentó, colocando sus ojos en el microscopio. Lo enfocó. Sonrió al ver más de cerca el espécimen—. Fantástico.

La zona donde vivían estaba completamente urbanizada, por lo que a Odile se le dificultaba explotar al máximo su pasatiempo favorito: la micología.

Amaba a los hongos.

Su obsesión comenzó cuando su madre le contó que eran las casas de las hadas. Desde pequeña, su madre le había hablado del lugar donde había nacido; Barley. Un pueblo perdido en las montañas, donde la esencia de sus bosques parecía haberse detenido en el tiempo en el que las hadas y los dragones todavía existían. Además, su madre era una aficionada de las hierbas y los rituales celtas, pasados de generación en generación por su familia materna, una de las más antiguas de Barley.

Pero su madre murió antes de que pudiera visitarlo con ella.

Se apartó al recordar, triste.

Extrañaba a su madre.

Ella había sido su única amiga.

Sus padres habían optado por darle una educación en casa. Su padre se encargó de enseñarle todo lo que sabía, pero a veces se desviaba a lo más tétrico de la medicina y lo más sangriento de la historia universal. Aun así, había sido un buen profesor, pero eso le había impedido desarrollar sus nulas habilidades sociales.

PerroSalchicha57: ¿Hay posibilidad de que podamos ser amigos?

Miró su teléfono atentamente. Jamás había sentido el corazón latirle tan rápido.

—¿Amiga? —inquirió, sin poder creerlo—¿De un desconocido?

Bueno, no era tan desconocido porque tenía su riñón.

Dejó el teléfono sobre el colchón y abrazó sus rodillas, ansiosa.

Amigos.

Amigos.

Amigos.

CisneNegro: Lo que hiciste no fue correcto.

PerroSalchicha57: ¡Contentaste! Por fin. Por un momento pensé que le escribía a alguien equivocado. Luego me dije que, de ser así, ya me hubiera mandado al diablo.

Sé que lo que hice no fue correcto, pero no pude evitar indagar en la persona que había decidido darme una parte de ella por puro altruismo.

CisneNegro: ¿Cómo averiguaste la dirección de mi correo?

PerroSalchicha57: Conozco gente influyente. Y me colé en la oficina de la organización. Oye, no creas que por eso soy un mal tipo. ¡Te doy mi palabra de que valdrá la pena haberme ayudado a vivir!

Sonrió.

CisneNegro: Así que eres un chico. Me dijeron que eras atleta. Espero que estés dando lo mejor de ti.

PerroSalchicha57: Cada día desde que recibí tu regalo.

Sintió un extraño cosquilleo, pero lo ignoro y escribió.

CisneNegro: La principal razón por la que las personas que donan quieren mantener el anonimato, es por esta razón. No lo hice para que estuvieras en deuda conmigo. No tienes que ser mi amigo por eso. Así que descuida.

PerroSalchicha57: No quiero ser tu amigo porque me donaste tu riñón (aunque a mi parecer es una razón suficiente), sino porque presiento que eres un buen chico o chica.

CisneNegro: Soy chica.

PerroSalchicha57: Oh, ya veo. Bueno, lo imaginé por el nombre de tu correo.

Odile comenzó a ponerse nerviosa.

Cisne Negro: Sigo considerando que no es correcto que nos relacionemos.

PerroSalchicha57: Oh, vamos. Si las amistades se forman por casualidades más banales, ¿por qué no serlo con una casualidad así? Conocí a mi mejor amigo porque me dio un pelotazo en la cabeza. ¿Cómo no podría ser amigo de la persona que me salvó la vida?

Su corazón se calentó con sus palabras.

CisneNegro: Eres muy persuasivo.

PerroSalchicha57: Eso me han dicho.

CisneNegro: Bien, podemos ser amigos.

PerroSalchicha57: ¡Fantástico!

CisneNegro: Pero solo por correo.

PerroSalchicha57: No estás hablando en serio. ¿Sabes lo tedioso que es enviar mensajes cortos por correo?

CisneNegro: Soy temerosa de la ley y las estamos incumpliendo. Las leyes están para algo. Podrían arrestarnos, colgarnos o peor… profanar nuestros cadáveres después de una pena de muerte.




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