Siempre me consideré a mí mismo un chico inteligente. De hecho, todos me consideraban un chico inteligente. Mi imagen entera, la persona completa de Kyungie D.O, el Rey de Hielo del Círculo Vicioso, está basada en la noción de que soy más listo que el resto de las personas de la escuela —especialmente la mayoría de chicos que querían salir conmigo—. ¿Cómo demonios había sido tan estúpido que nunca me di cuenta que Chanyeol estaba muerto?
Tal vez fue porque él no actuaba como me imaginaba que los zombies actuarían. No creo que haya conocido alguno alguna vez antes de esto, y supongo que pienso en ellos como criaturas que andarían dando tumbos diciendo, Ceeeereeeebrooos.
Pero de lo que he aprendido después de pasar la mitad del día en internet, es que ese es sólo un estado temporal para los zombies. Cuando alguien realiza la operación para ―crear un zombie, el cadáver permanece muerto por un tiempo, después entra en un “frenesí” que les permite romper el ataúd, atravesar la suciedad y salir de la tumba. Son monstruos súper–fuertes come–cerebros que no tienen sentidos por unas cuantas horas, pero luego se tranquilizan. Aquellos que han tenido tiempo para descomponerse probablemente nunca se harán mas listos, ya que sus cerebros se han podrido, pero aquellas personas que fueron hechas zombies en el lapso de una semana o menos de su muerte mantienen un nivel bastante alto de funcionalidad. Chanyeol debió haber sido convertido en un zombie bastante pronto.
De todos modos, esa es la impresión que tengo, al reunir información. No hay dos fuentes que parezcan decir lo mismo con respecto a los zombies. Crearlos es totalmente ilegal, después de todo, y el Gobierno no deja que salga mucha información con respecto a ellos.
Al final del día, la Sra. Song, la consejera de orientación vampira, me acorraló en el pasillo.
—A mi oficina, Srito. D.O —dice ella—. Ahora.
Realmente, realmente quiero apresurarme a salir rumbo al cementerio, pero la sigo a su oficina, donde me indica que me siente en una silla enfrente de su escritorio. Ella me mira fijamente por un segundo.
—Bien jugado, D.O —dice ella—. Siempre fue muy inteligente para su propio bien.
—No entiendo lo que quiere decir —digo.
—Tengo chicas y chicos todas las semanas aquí que me preguntan si yo puedo escribirle al Consejo y conseguirles permiso para convertirse en post–humanos. Siempre les rechazo, excepto por esa pequeña imbécil de Irene, después que lograra enganchar una cita con Sehun. No apruebo las relaciones mixtas.
—¿Por qué no quiere que presionen a los humanos a convertirse? —pregunto.
—Las relaciones mixtas simplemente no son… tradicionales —dice ella—. He aprendido a vivir con Sehun e Irene, desde que se firmó una carta con la intención de convertirla cuando tenía dieciocho. Pero tú ya tienes dieciocho, así que voy a presentar el papeleo en tu lugar. ¿Contento?
—¡No me voy a convertir! —digo.
—Tonterías —dice la Sra. Song—. ¿Crees que eres mucho mas maduro que las otras personas de la escuela?
—Si, algo así —digo.
—La documentación está en camino a Europa —dice ella—. No quiero escuchar más de ti saliendo con post–humanos hasta que seas una.
—Déjeme ver si entiendo —digo —. Usted prácticamente me está ordenando que muera. ¿Qué clase de consejera es usted?
—Una muy tradicional, Srito D.O —dice ella—. Una que no aprueba la mezcla de especies.
—Bueno, no tiene que preocuparse —digo—. Voy a romper con Chanyeol esta tarde.
—Hay que ver que lo hagas —dice ella—. Si vas a acobardarte de convertirte pero no rompes con el zombie, habrá consecuencias.
Suspiro y salgo de su oficina. Tengo demasiado de lo que preocuparme para tener que importarme un bledo lo que piense la Sra. Song sobre mi y Chanyeol. Estuve un poco tentado de quedarme ahí solamente para molestarla.
Pero no puedo hacerlo.
Es decir, muchas personas no aprueban las citas de adolescentes con post–humanos porque ellos siempre quieren “convertirse”, lo que supongo tiene sentido. Pero Song al parecer, no quiere que los adolescentes salgan con post–humanos debido a que podrían no convertirse. Que maniático.
Camino a casa, tomo prestado el auto de papá sin decirle y conduzco al cementerio, manejando por muchas de las mismas rutas que Chanyeol y yo hemos tomado en los pasados días. Voy directo a la tienda de malteadas.
El cementerio está bastante cerca del centro de la ciudad, cerca del río. Mi tío abuelo L.Joe está enterrado aquí, por lo que solía venir cada Día de los Caídos. Nunca supe que el tío L.Joe —muerto en Corea del Norte— podría jugar y saltar las lápidas y cosas mientras su familia se situaba alrededor de la tumba. Yo recogía piñas, si recuerdo bien. No era lo bastante grande para entender lo que realmente ocurría, por supuesto.
Pero no he estado en un cementerio desde que era pequeña. Hay muchos de ellos en la ciudad. Shinwa es bastante nuevo; no hay bastantes personas que hayan muerto allí para rellenar el pequeño cementerio de Bartleby.
Por lo que es raro estar en uno, en especial porque no se siente diferente de simplemente caminar por un parque. No es tenebroso en absoluto. Simplemente es… raro. Siempre he querido vivir una sorprendente e impredecible vida, pero estoy seguro que nunca vería algo como esto suceder. Especialmente no en Gunsan. Nada como esto pasa alguna vez por aquí.