Beside You

23 | Sensibilidad

Jugueteo con mis dedos mientras miro el paisaje a través de la ventana del auto. El clima es helado —más de lo que quisiera admitir para comenzar noviembre. Debo aceptar que siento que mi corazón se hace cada vez más chiquito conforme Bruce avanza entre las calles. Hoy es el día en que los chicos regresan a Corea después de muchas semanas lejos de casa.

—¿Te sientes bien? —susurra suavemente Félix muy cerca de mí.

Me causa escalofríos y me giro lentamente. Abro más mis ojos en cuanto me doy cuenta de que nuestros rostros están más cerca de lo que deberían.

—Lo siento —me alejo y bajo la mirada—. Si, estoy bien. Es solo que... el clima no ayuda mucho en esta situación.

Me encojo de hombros.

—Claro.

Suelta una risita y niega levemente.

Me acomodo en mi lugar y apoyo sutilmente mi cabeza sobre el hombro de Félix. Solo unos segundos después de eso, siento que me rodea con uno de sus brazos.

Esta vez de verdad que no lo hago con la intención de causarle celos a Seungmin. —Ni siquiera estoy tan segura de que los sienta aun realmente—. Probablemente no. Esta vez solo necesito de una cálido abrazo que me reconforte. De verdad que no quiero que los chicos se marchen, independientemente de lo sucedido con Seungmin.

Lo que resta del camino hablamos un poco sobre cosas random o algunas cosas que tenemos en nuestras agendas por los próximos meses. Por lo que menciona Félix, su agenda estará demasiada apretada para al menos los seis o siete meses siguientes.

Por un lado, es un pequeño alivio, pues al menos, de volver los chicos, no lo vere hasta ese entonces y probablemente las cosas entre nosotros ya se hallan relajado. Por otra parte, ahora mismo me duele pensar justo eso, que podría no mirarlo hasta después de ese tiempo. Pero probablemente sea el tiempo suficiente como para poner en orden mis sentimientos, arreglar las cosas con Konnie y enfocarme solo en mí y las chicas. Los chicos vendrán después.

Seguro que ahora te duele por lo que paso entre ustedes, pero pronto sanaras y después lo veras solo como una anécdota que podrás contar a tus hijos en un futuro —me dice mi subconsciente.

No me doy cuenta cuando llegamos al aeropuerto. Todos bajamos en orden y el flash de las cámaras no tarda en hacerse presente.

Nos abrimos paso entre ellos y otras personas que se encuentran a nuestro alrededor impidiéndonos el acceso al aeropuerto. Logramos entrar y los de seguridad los detienen.

Caminamos juntos hacia una parte alejada del resto de pasajeros que esperan sus respectivos vuelos.

Suspiro pesadamente en cuanto Woong comienza a darle a cada uno sus pases de abordar. El momento menos deseado ha llegado.

Los chicos forman una línea recta frente a todas nosotras. El primero en la fila es Chan. Parece que están del mayor al menor. Hana hace lo mismo y encabeza nuestra fila. Yo soy la tercera.

Esperamos nuestro respectivo turno. Siento un gran nudo en mi garganta al ver que a todos nos duele esta despedida. Me siento más aliviada por saber que no soy la única con ese horrible sentimiento a flor de piel.

—Te extrañare demasiado, bro —digo con la voz en un hilo al llegar frente a Chan.

—Todo estará bien.

Me atrae hacia él y me rodea con sus enormes brazos. Inhalo fuertemente, guardando en mi memoria el exquisito olor de su perfume. Siempre me gusto y me avergoncé de pedírselo aquel día de la pijamada en la empresa, pero el acepto sin problema. De hecho, le causo gracia, pues era lo más extraño que le habían pedido nunca. Olerlo en él no es lo mismo a rociarlo en mi chaqueta. Pero de una u otra forma cada que uso su perfume me hace sentir la persona más invencible del mundo.

Continuo con Minho, quien me abraza sorpresivamente fuerte. Le correspondo.

—Espero que cuides a Hesvel por mí —amenaza, divertido.

Nos separamos unos centímetros y asiento con una pequeña sonrisa en mi rostro. Con su pulgar, limpia delicadamente una lagrima que desciende con rapidez sobre mi mejilla.

Continuo así con el resto de los chicos, quien me dicen cosas que solo nosotros dos entendemos. Relamo mis labios al llegar frente a Félix.

—Nos volveremos a ver, ¿no es cierto? —cuestiona sutilmente.

—Por supuesto que sí.

Me abalanzo sobre él, rodeando su cuello con mis brazos. Me abraza por la cintura y me levanta ligeramente del suelo. De verdad nos hicimos muy buenos amigos en estos últimos días. Siempre me pareció un chico increíble.

Nos quedamos unos segundos más y me doy cuenta de que Suni —quien es menor que yo—, se despide de Seungmin.

Seguro que me he tardado de verdad mucho tiempo como para que me pasara.

Suni sigue con Jeongin y finalmente yo camino hacia Seungmin. Quedamos frente a frente y de verdad lucho internamente por no llorar desconsoladamente con la primera palabra que me diga. La primera palabra después de unos cuantos días.

Muerdo mi labio fuertemente al notar que da un paso hacia mí. Una corriente fría recorre todo mi cuerpo y mi piel se eriza. Abre la boca a punto de decir algo, pero justo en cuanto lo noto siento que mis lagrimas comienzan a acumularse con rapidez en mis ojos.

Miro de reojo a Jeongin y Suni, quienes ya se han separado y se dirigen unas últimas palabras. Bajo la mirada, niego levemente y camino hacia Jeongin, sin darle oportunidad a Seungmin de que me diga algo. Si quiera un 'Adiós', 'Te odio', 'Eres una estúpida', o algo similar. No lo soportaría.

Abrazo a Jeongin y me despido de él lo más rápido posible, sin parecer grosera. Necesito alejarme de Seungmin antes de que cometa algo estúpido.

Me acerco a Minji y Suni, sujetando sus brazos y posándome detrás de ellas.

—Tranquila, todo estará bien —susurra Minji, entrelazando su fría mano con la mía.

Las chicas faltantes terminan de despedirse, parándose frente a los chicos. Hesvel se acerca a mi y me abraza por detrás, recargando su mentón suavemente sobre mi hombro.



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En el texto hay: drama, toxicidad, stray kids

Editado: 04.06.2023

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