13 | Confidencial.

—¿Así o más fuerte?

Lo miro con el entrecejo fruncido.

—Yo preferiría más suave —confieso.

Seungmin me mira con una ceja enarcada y una ligera sonrisa malvada en su rostro. Continúa dibujando. Niego levemente y regreso mi vista a lo que estoy haciendo.

Hemos llamado a Bruce para que nos trajera a la empresa. Seungmin tuvo la idea de venir a la terraza. No sé cómo es que sabe de este lugar, se supone que está prohibido estar aquí, aunque siendo sincera, yo vengo aquí con frecuencia. Al parecer, nadie ha notado que nos hemos ido de la fiesta.

Aunque el paso este prohibido, la terraza es muy linda, pues tiene un pequeño jardín, con un par de mesas y un columpio. Se siente una gran tranquilidad aquí arriba. Desde aquí, se puede ver gran parte de la ciudad. Simplemente, es hermoso.

Seungmin trajo un par de hojas y colores —que no sé exactamente de dónde ha conseguido— para dibujar. Mi dibujo está quedando mucho mejor que el de él. Yo estoy dibujando sutilmente, mientras que él apoya demasiado los colores. En cualquier momento, la hoja podría romperse.

—¡Oye! —manifiesto—. No muevas demasiado la linterna hacia tu lado.

—Yo tampoco veo —manifiesta, divertido.

Después de todo lo ocurrido en la fiesta y parte del programa de Chloe, parece que las cosas han mejorado drásticamente.

—Ya me cansé de dibujar —manifiesta, mientras deja su dibujo a un lado y se recuesta totalmente en el suelo, mirando al cielo.

—Tú has traído todo esto.

—Porque pensé que sería divertido, pero realmente es incómodo hacerlo en la oscuridad.

Alejo mi dibujo y me recuesto a su lado, pasando mis brazos por debajo de mi cabeza. Las estrellas brillan con intensidad y, por suerte, no hay rastro alguno de nubes.

—La vida es muy complicada, ¿no lo crees? —digo de pronto, aun mirando el cielo.

—¿A qué te refieres?

—Es decir, es complicado ser una figura pública; todos te conocen y parece que te conocen mejor que tú mismo.

—Lo sé. Creen que tienen el control sobre nuestras vidas —suspira.

Lo miro de reojo y se mira pensativo, al igual que un poco triste. ¿En que estará pensando? ¿Aun extrañara a aquella chica con la que salió hace un año?

—A veces me gustaría abandonar todo y tener una vida fuera del ojo público —inhalo y exhalo pesadamente, volviendo mi vista al cielo—, pero después recuerdo todo lo que he abandonado y luchado por estar aquí.

—Te entiendo, algunas veces me gustaría publicar lo que quiera en mis redes sociales y no tener temor de lo que hablaran de mí, pero después recuerdo lo que podría ocasionar.

—Creo que lo que menos nos debería de importar es lo que piensen los demás de nosotros, pues jamás los tendremos contentos —giro mi vista hacia él, quien ya se encuentra mirándome fijamente desde hace no sé cuándo—. Creo…que lo más importante es que nos mantengamos felices con nosotros mismos.

Asiente y miro como los músculos de su cuello se tensan levemente. Nos quedamos en silencio y una brisa de aire fresca recorre nuestra piel, despeinando ligeramente nuestro cabello.

—Es tan gracioso que piensen que podemos hacer lo que nos plazca, cuando no es así.

—Lo sé —suelto una pequeña risita, divertida—, no se imaginan todo lo que hacemos realmente y la mayoría es trabajo.

De nuevo nos quedamos en silencio, esta vez, mirándonos fijamente. Mi pulso se mantiene estable y esta vez es un agradable silencio. Hace un tiempo que no sentía tanta tranquilidad en mi vida.

—Ahora que recuerdo, no me respondiste algo hace rato —se levanta ligeramente, ladea su cabeza ligeramente y la apoya sobre su palma. Mi pulso se acelera drásticamente, se a dónde va—. ¿Te ha gustado hacer la escena del beso?

Me sigue mirando fijamente, pero esta vez, siento su mirada intensa, intimidante. El pequeño momento de tranquilidad se ha ido al carajo. Relamo mis labios sin que se cuenta, pues realmente no sé qué responder. Pensé que se había olvidado de eso y había dejado el tema en el pasado, pero ya veo que no es así.

—Mentiría si dijera que no —una gran sonrisa se forma en su rostro—, pero también si dijera que sí.

Ahora su semblante cambia y se mira confundido ante mi respuesta.

Se sienta. —¿A qué te refieres?

Me siento de igual forma, quedando frente a él, inhalo profundamente y aprieto fuertemente el borde de mi pantalón. Exhalo.

—Quiero decir, me ha incomodado un poco porque podía sentir la mirada de todos, pero, por otro lado, yo quería que pasara eso desde que practicábamos.

Aprieto mis labios ligeramente, formando una línea recta. No le he dicho que me gusta, porque no es así, solamente que después de practicar tantas veces y quedar a escasos centímetros de su rostro, era imposible no pensar en besarlo. Y finalmente sucedió. Todo esto era tan confidencial para mi, pues nadie lo sabía, ni siquiera las chicas, porque en realidad, es algo que no es de mucha importancia.