Al despertar una punzada intensa se hizo participe en mi cabeza.-Mi vista viaja a cada esquina de aquella habitación sombría y oscura. Donde apenas y la luz del sol se hacía presente filtradas a través de cortinas rojas, creando un ambiente tenebroso creando sombras danzantes.
A lo lejos escucho un eco de risas y susurros suaves. Haciendo todo aún más misterioso y a la vez tétrico. Todo parecía un sueño en la época medieval. Escucho una voz suave y cálida. "Creo que ya se despertó" al escuchar aquello mi corazón se aceleró, con temor agarre lo primero que vi para así protegerme ante cualquier enemigo o circunstancia que lo amerite.
Aquella puerta se abrió lentamente donde se asomaba una figura elegante, pero a la vez imponente con un rostro pálido acompañado de unos hermosos ojos verde tan intenso que podría decirse que brillaban en aquel cuarto sombrío junto a una cálida sonrisa revelando colmillos afilados, palidecí al instante. Y parece ser que este lo noto cambiando su sonrisa por una más misteriosa, creando una atmosfera más densa. Haciéndome colocar aquel objeto enfrente de mi en manera de defensa.
-Oh, lo siento-Sonríe rascándose aquel cabello gris.- bienvenida. No te hare daño sonríe ampliamente.-Mi nombre es Paulo. No creo que hayas pensado en matarme con ese pan?-Miro hacia mis manos avergonzada, el pan ni puede quedarse rígido-Aunque sería una muerte muy rica.-Sonríe ampliamente. Acercándose a la mesa donde antes se encontraba aquel pan.- Ese pan está hecho con ingredientes súper especiales, es la mejor manera de darte la bienvenida a nuestro mundo.
Mis dudas que flotaban en el aire, haciendo que la curiosidad empezara a ganar terreno--¿A qué te refieres?-
-Aunque mi mundo parezca tétrico te diré que eso es solo una ilusión creada por los humanos, que solo saben fantasear acerca de los vampiros. Te ofrezco una oportunidad de conocer lo nunca jamás antes visto, solo si te atreves a probar un bocado del pan que se está desperdiciando en tus manos... ¿aceptas?-Lo miro aun dudosa, y aun confundida.-de todas maneras no es que tengas que escoger, de igual manera ya eres una de nosotros así que o comes el pan o te mueres de hambre.-Dice con un tono juguetón, casi burlón.
Esas simples palabras resuenan en mi mente. Haciendo que la realidad de su declaración me golpee con fuerza.-No comprendo-Digo en un hilo de voz.-Seguro estoy soñando y esto no es real.
-Cree lo que quieras, tu destino a cambiado. No eres la misma de antes. Sé que estas en shock pero digamos que volviste a vivir, es tu inicio a la existencia en la vida eterna. ¿Aceptas?
Miro aquel pan blando en mis manos, cubierto de una rica mermelada haciendo que mi estómago ruja del hambre.
-Oye, ¿Podrías por favor comer el pan?-dice haciendo muecas de que avance, con un suspiro, decido que no puedo seguir dudando, tanto por el hambre que cargo como aquella persona que me observa expectante.
-Está bien-Digo finalmente, sintiendo como aquel chico se relaja. Llevo un trozo de pan a mis labios, se sentía como si nunca hubiera comido aquel sabor indescriptible, y jugoso. Haciendo que una oleada de energía se apodere de mi cuerpo.
-Bienvenida a tu muerte.-Con esas simples palabras la tensión vuelva, haciendo que mi corazón lata con fuerzas y escalofríos se apoderen de mi cuerpo y el pánico amenazando con desbordase. Sin embargo al notar mi reacción, el chico empieza a reír a carcajadas, haciendo que resuene entre las paredes.-Es broma.-sonríe de nuevo mostrando la dentadura perfecta, algo dentro de mi se relajó, sin duda alguna este chico me esta tomando del pelo.-No te preocupes, no te trajimos aquí para que mueras, te trajimos aquí para que renacieras.
-¿renacer? Aun no comprendo nada.-Digo en un hilo de voz.-¿Soy vampira?
-Sí, eres una convertida- se acerca aún más sentándose en la silla de enfrente-Te explico, tu moriste y te salvamos.-Esa palabras hicieron un hoyo en mi cabeza.-Tuviste un accidente donde murieron los que iban allí, por eso no recuerdas absolutamente nada. Es normal.-Sonríe.
-¿Tengo familia?
-Tenias...-Dice serio- ellos murieron en aquel accidente. Solo quedas tú, no pudimos ayudarlos.-intentaba procesar cada una de sus palabras, todo se sentía tan real.
-Sin duda alguna estoy soñando.-Digo sentándome en la cama- Esto no es real.
-te entiendo, que un chico sexy, musculoso y tatuado entre a tu habitación y te diga que te convirtió en vampira... wooh ni yo me lo creería. Ni siquiera la saga de crepúsculo se atrevería a tanto.-Rie, pero al ver mi rostro sin expresión bufa.-Que aburrida eres. Termina de comer y luego bajas para presentarte a todos. Ah, y el baño esta ahi, y hay ropa para ti en una de esas gavetas.
Miro el pan que ahora tengo en mis manos, sintiendo que mis dudas cada vez van siendo más claras. Aun no confió en esta gente, y menos en Paulo, me parece alguien muy misterioso. Solo quiero volver a mi vida anterior. Aunque en el fondo admito que ya no es posible, ni siquiera recuerdo quien soy.
-Por cierto.-Dice Paulo asomándose- Ni creas en escaparte, estamos en un tercer piso y para tu mala suerte los vampiros no volamos ni nos convertimos en murciélagos.-Dice para luego cerrar la puerta.
Mientras como de aquel pan me doy cuenta que aquel miedo que sentía al principio poco a poco se ha ido disipando, dejando parte a la ansiedad de descubrir lo que esta nueva vida me tiene reservado.
Mientras me lleva a través de la hermosa casa, me va presentando a cada una de las personas que integran este "Clan" todos parecen tener una mezcla entre alegría y misterio que me intriga saber más de estas personas.
Él es Joshua-Dice, señalando al chico de cabello rizado y ojos brillantes- Es el de las buenas historias, siempre tiene una nueva que contar.-Joshua me sonríe estrechando su mano con la mía-
Ella es Antonella-La chica de cabello largo y oscuro como la noche, voltea mostrando unos ojos profundos e intimidantes.-Aunque de miedo créeme que es la persona más amable de aquí. No te dejes engañar por las apariencias.-Ella sonríe extendiendo su mano para luego darme un fuerte abrazo.