Antes de despedirme, ella me miró con una expresión que no había visto antes. Había una mezcla de nerviosismo y determinación en su rostro.
—Lucas, necesito que me hagas un favor —dijo, su voz temblando un poco. Sentí una punzada de preocupación al saber que estaba faltando a Paulo y Layla.
—Sí, dime —respondí, intentando mantener la calma, aunque su nerviosismo me inquietaba.
—Necesito que hagas como si lo de nosotros nunca sucedió. Como si te hubiera borrado la memoria —sus palabras me golpearon como un balde de agua fría. Su expresión se tornó seria, y vi cómo la preocupación crecía en mis ojos.
—¿Por qué? —pregunté, casi en un susurro, tratando de entender lo que estaba pasando.
—Me gusta hablar contigo y quisiera que este sea nuestro secreto —continuó, y podía ver la angustia dibujada en su rostro—. La verdad es que tendría que haber borrado tu memoria desde el principio. Por eso necesito que actúes como si nunca me hubieras visto. En algún momento, podríamos fingir que nos volvemos a conocer.
La confusión me invadió. Su mirada intensa me decía que esto era serio, pero no podía evitar sentir tristeza.
—¿Estás segura de esto? —pregunté, sintiendo que mi voz temblaba—. No quiero perderte.-No de nuevo pensé
—No es que quiera perderte, es solo que... es complicado. Hay cosas que no puedes entender, cosas que podrían ponerte en peligro —respondió, y su angustia me llegó al alma.
—¿Peligro? ¿De quién? —insistí, sintiendo que la intensidad de la situación aumentaba.
—De mí misma, de lo que soy. No puedo arrastrarte a esto. Por favor, confía en mí —supliqué, buscando en su mirada una chispa de comprensión.
Después de un momento que pareció eterno, asintió lentamente, aunque su expresión seguía siendo de preocupación.
—Está bien, lo haré. Pero solo si prometes que estarás bien —dije, tratando de sonar firme, aunque la duda me llenaba.
—Lo prometo —respondió, y vi cómo un peso se aliviaba un poco en su rostro—. Solo recuerda, este es nuestro secreto.
Nos miramos por un instante, y la conexión entre nosotros era palpable. Sin embargo, la tristeza de lo que estaba por venir me llenó de incertidumbre.
—Cuídate, Lucas —dijo, dando un paso atrás, y sentí que cada palabra era un adiós.
—Tú también, cuídate —respondí, y su mirada se quedó grabada en mi mente mientras ella se alejaba. Mi corazón estaba pesado, y mi mente estaba llena de preguntas que no sabía si alguna vez tendrían respuesta.
aqui narramos como lucas Mi corazon dolia de nuevo, me costo encontrarla, y reconocerla con su sonrisa, incluso como ella menos creeria que la reconoceria con su mirar. Aun siento esa conexion tan palpable, ella siempre quiso ser cazadora de vampiros... pero el destino la hizo una vampiro. nunca crei que pudiera ser cierto, siempre crei que fuera un juego de niños... pero resulto que los vamiros si existen y la chica que perdi en un misterioso accidente resulto revivir pero siendo una vampira.
Al verla despedirse de mí, mi corazón dolía de nuevo. Recordaba ese momento en el estacionamiento, cuando la vi bebiendo sangre junto a su amiga. Si tan solo no la hubiera encontrado, tal vez todo sería diferente. Me costó reconocerla al principio; su sonrisa era la misma, pero había algo en su mirada que me decía que ya no era la misma. Esa conexión entre nosotros seguía siendo tan palpable, como un hilo invisible que nos unía.
Ella siempre había querido ser cazadora de vampiros, soñando con aventuras y peligros. Pero el destino, en su ironía, la convirtió en una vampira. Nunca creí que esto pudiera ser cierto; siempre pensé que eran cuentos de niños, historias para asustar. Sin embargo, resultó que los vampiros sí existen, y la chica que había perdido en un misterioso accidente había regresado, pero no como la conocía. Ahora era una criatura de la noche, atrapada en un mundo que no comprendía del todo.
Mientras se alejaba, sentí que cada paso que daba era un recordatorio de lo que había perdido. La tristeza me invadía, pero también una mezcla de asombro y temor. ¿Cómo había llegado a esto? ¿Qué había sucedido en su vida para que se transformara de esa manera? La chica que una vez conocí, llena de sueños y esperanzas, ahora era parte de un mundo oscuro y peligroso.
Aun así, en lo profundo de mi ser, sabía que había algo más en ella. Esa chispa, esa luz que siempre había brillado, seguía ahí, aunque oculta tras la sombra de su nueva realidad. Desearía poder ayudarla, desearía que pudiéramos encontrar una manera de volver a ser lo que éramos. Pero ahora, todo lo que podía hacer era observar cómo se alejaba, con el corazón pesado y la mente llena de preguntas sin respuesta.
Las palabras del doctor resonaban en mi mente: "Llevamos tiempo trabajando juntos para controlar tu insuficiencia cardíaca, pero desafortunadamente la enfermedad ha avanzado y tu corazón ya no puede funcionar como antes. Es importante que sepas que esto no es tu culpa y que hemos hecho todo lo posible." La tristeza que emanaba de su mirada me atravesaba como un puñal.
Él había estado a mi lado en cada mejora, pero esta vez la suerte no estaba de mi lado. Mientras sus palabras se desvanecían, lo único que realmente me mantenía en pie era la idea de acercarme a ella, de intentar encontrarla. Mis amigos intentaban hacerme reír, incluso en las peores circunstancias, pero su risa se sentía distante, como si perteneciera a otro mundo.
Recordaba claramente lo que ella me había dicho: "Cuando estás con tus amigos, finges." Y no se equivocaba. Era cierto; en esos momentos de compañía, me ponía una máscara, ocultando el dolor que sentía en mi interior. Desde hace mucho tiempo, había querido acabar con todo, dejar que la oscuridad me consumiera. Sin embargo, ahora había algo más que me ataba a la vida: la esperanza de encontrarla, de entender su nueva realidad y quizás, de ayudarla a salir de esa sombra.
Mientras salía del hospital, el aire fresco me golpeó la cara. Me sentía perdido, pero también determinado. Sabía que tenía que luchar, no solo por mí, sino por ella. Aunque mi corazón estuviera fallando, mi espíritu aún ardía con la necesidad de reconectar con la chica que había amado.