Besos Azucarados

Capítulo 7

Esa inquietud había regresado a mí y solo David lograba causarla. Con sólo recordar la noche del baile mi cabeza explotaba en ese bonito momento, el destino estaba jugando muy feo conmigo ya que él había sido siempre el chico que más detestaba y aunque aún no cambiaba de opinión el tan solo echo de cruzar mi mirada con la suya me hacía sentirme traicionada a mí misma y un fuego extraño llegaba hasta mi rostro dejando mis mejillas pintadas de un rojo carmesí.

Esa tarde había decidido salir a correr sin mi única mejor amiga por supuesto; odiaba tener que compartirla con Noel, pero poco a poco me acostumbraba a la idea.

—Correr no te quitará lo aburrida —escuché a lo lejos. Me detuve para observar de quien se trataba y vaya sorpresa.

—Demonios ¿Qué se trae este entre manos? ¿Acaso esta persiguiéndome? —Me pregunté en silencio. Era David corriendo un poco atrás de mí.

—Ni a ti lo arrogante —le respondí y volví a tomar mi rutina.

Pocos segundos más tarde sentí como me tomó por el brazo con fuerza y me hizo girar hacia él.

—Te has vuelto muy respondona —expresó con la voz agitada de tanto correr.

—¿Acaso crees que me fastidiaras toda la vida? —pregunté. —Suéltame —añadí.

En lugar de soltarme me pegó más a su cuerpo y un fuerte escalofrío me hipnotizó; sus hermosos y profundos ojos parecían más brillantes de lo que recordaba y sus labios más gruesos y rosas que de costumbre. Me quedé quieta sin saber que hacer o qué decir y de pronto ambos reaccionamos volviendo a la realidad, en silencio nos separamos y cada uno tomó rumbos diferentes.

Ahí nada podía pasar, era una extraña forma de encontrarnos lo nuestro no podía llegar ni al nivel amistad, pensaba a cada instante. Yo no podía hacerme ningún tipo de ilusión con David de por medio estaba Allan y mi maldito orgullo.

Llegué a mi casa más tensa de lo habitual, mamá supo que algo estaba pasando y no dudó en preguntármelo.

—¿Qué pasa mi niña?

—Nada —respondí con un tono bastante seco y cortante.

—¿Cómo nada? Vienes bastante nerviosa —expresó extendiendo su mano para darme un vaso con agua.

—De verdad mamá está todo bien, sabes que no dudaría en contarte si algo anduviera mal, —traté de mantenerla calmada para que no me hiciera decir la verdad; confiaba en ella pero no quería contarle o quizá sí solo que no era el momento porque ni yo sabía lo que estaba pasando.

Allan se iba de viaje en unos días para pasar las vacaciones de la universidad con sus padres y decidí que acompañarlo me haría bastante bien, no lo dudé un segundo y cuando llegó a visitarme, mi madre lo invitó a quedarse para la cena momento que aproveché para pedir la aprobación de mis padres y ver la cara de felicidad de mi novio al enterarse que pasaría más tiempo conmigo y que al fin conocería a mis futuros suegros. Amaba a ese hombre, mis recuerdos a su lado son el tesoro más hermoso que mi alma guarda, creo que él era demasiado perfecto y bueno para quedarse junto a mí por el resto de mi vida.


 


 



#39861 en Novela romántica

En el texto hay: besos, romance, amor

Editado: 03.05.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.