Besos con sabor a miel.

03

Capítulo tres
Mala suerte.

 

Pasado mañana sería la fiesta de cumpleaños de la mujer de Harry. Sandy le había comprado un vestido muy lindo para que usara. 

Ahora, Camille caminó hasta la cafetería con la idea de encontrar a la chica, pero no lo hizo. Recorrió todo el lugar buscándola, pero no tuvo resultados buenos. Pensó que podía estar en el salón de teatro, así que caminó allí y sólo se encontró con muchas personas.

Para su mala suerte, no sabía su nombre. Así que resignada, se giró para poder regresar a los pasillos. Caminó hasta la cafetería y se sentó sola, otra vez, sacó su teléfono celular e intentó contactarse con sus amigas, ellas siempre estaban en línea pero desgraciadamente hoy no.

El resto del horario de clases se la pasó aburrida y de mal humor. No participó en clases y no pudo terminar su tarea de psicología. Hoy no era un buen día. 
 


(...)

Salió del instituto y caminó hacia la calle en busca del auto de su padre, pero no estaba. Cerró los ojos y maldijo a todas las personas que cruzaban por su mente. A paso desganado comenzó a caminar hacia el local, cuando estaba a unas dos cuadras, una increíble lluvia se desató empapandola por completo, quiso correr pero se resbaló y cayó de espaldas al suelo, con quejidos se puso de pie y se quedó apoyada contra un poste.
 

—¡¿Qué quieres de mi Dios?!—. Exclamó mirando hacia el cielo.

Cuando unas ancianas cruzaban la calle bajo un paraguas la miraban extrañadas.

—¿Qué?—. Preguntó la rubia desviando su mirada hacia ellas. Las mujeres comenzaron a reírse de ella—. Oh, ¿les divirtió mi caída? genial. 

Aseguró su mochila y siguió su camino. 

Unos diez minutos más tarde ya se encontraba en el local. Ninguno de sus padres estaban allí, sólo Sharon.

—Hola Camille, ¿cómo es...—. La morena se quedó en silencio al verla—. ¿Qué demonios te pasó?

—¿Tan mal me veo?—. Arrastró las palabras y se sentó en una silla.

—No—. Mintió—. Tus padres se fueron, un problema por el embarazo.

—¿Embarazo?—. Preguntó sorprendida—. ¡Ellos me lo estaban ocultando! 

—¿No lo sabías?—. Sharon se cubrió la boca con sus manos—. Por favor, ni digas que yo te lo dije.

—Tranquila, no lo haré.

La campanilla sonó indicando que una persona había ingresado al local, Sharon se disculpó diciendo que debía ir a atender. Luego de eso, Camille se dirigió hacia el baño y arregló su cabello. Buscó una campera de su madre y se la colocó, hacia demasiado frío y ella aun seguía algo mojada.

Salió del baño y sus ojos verdes visualizaron a Leo, estaba en el lugar de siempre. Lo pensó unos segundos pero luego se decidió por ir a hablarle, pero antes buscó el libro en su mochila, acto seguido camino hacia su mesa y acarició a Nirvana ya que no paraba de mover la cola.

—Hola Leo—. Dijo apoyando la mano sobre su hombro, él se volteó y la saludó con un beso en la mejilla.

—Hola, Camille, siéntate. 

La rubia obedeció y puso el libro sobre la mesa.

—Te olvidaste esto ayer—. Dijo mientras le entregaba el objeto.

—Oh, gracias. Estuve como loco buscándolo por todas partes—. Rió.

—No es nada, ¿y cómo estuvo tu día? 

—Bastante bien hasta ahora, es decir, aun es mediodía, puede empeorar o mejorar ¿y el tuyo?

—El mio fue un fracaso—. Apoyó su cabeza en la mesa y un fuerte ruido se oyó—. Auch. 

—¿Estas bien?—. Tocó su brazo—. Vamos, cuéntame que es lo que hizo malo tu día.

—No te preocupes, estoy bien—. Rió avergonzada—. Para empezar estuve cinco horas sola y aburrida, como todos los días en el instituto, no pude terminar mi tarea, mi padre no fue por mi a la escuela y tuve que regresar sola, cuando estaba a punto de llegar una increíble tormenta comenzó y me empapó toda, me resbalé y me golpee el trasero, unas ancianas se rieron de mi y para terminar todo esto, entro aquí y me entero que mis padres me han estado ocultando el embarazo de mi madre todo este tiempo. 

El castaño la escuchó con atención.

—¿Eso es porque no hablas con nadie? deberías intentar hacer alguna amistad en ese lugar, no es lindo que estés sola, ahora, eso si que es mala suerte—. Alzó las cejas—. Deberías hablar con ellos al respecto, quizá lo estaban ocultando al no estar seguros de que Sandy este embarazada.

—O quizás ellos no querían que nos ilusionemos—. Murmuró.

—¿Cómo dices?—. Interrogó.

—Hace un año atrás, antes de mudarnos aquí, mis padres me dieron la noticia de que tendría un hermano, eso...eso me agradó mucho y toda la familia estaba muy feliz...pero a los meses nos enteramos de que el bebé no estaba con vida y...—. Camille iba a seguir pero Leo la interrumpió.

—Y ahora tus padres quieren estar seguros de que el bebé este sano y salvo para no ilusionarte para luego decepcionarte. Entiendo.

—Que bueno que entiendas, no muchas personas me entienden a veces... o quizás no quieren entenderme, es decir me ven como una adolescente que no sabe que quiere.

—Yo no creo que eso,  no te conozco pero demuestras ser alguien interesante. 

La chica sonrió por lo que él dijo. 

—Me agradas, Leo.

—También me agrado.

Ambos rieron por lo dicho y luego soltó un suspiro.

—Me agradas, Camille.


Cortito pero bueno, disculpen la demora para actualizar, espero que les haya gustado :)
 



#8796 en Joven Adulto
#36380 en Novela romántica

En el texto hay: drama, amor, amistad

Editado: 25.04.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.