Ya era oficialmente tutor legal de Maya, hoy estamos a mitad de semana, ese día hicimos el papeleo rápidamente, luego en la tarde Lana y Eliot llegaron con las pocas cosas de Maya. Durante la semana ha ido mejorando, los moretones no son tan visibles ya y los dolores de cabeza han disminuido.
-Jaden- me llama Maya y abre la puerta de mi oficina
-¿pasa algo?-pregunto dejando de ver mi computador
-¿tienes mucho trabajo?- pregunta curiosa
-no, solo revisaba algunos papeles, pero ya terminé- digo acomodando mis gafas
-hace mucho que no salgo a caminar a un parque y quería saber, ¿me quieres acompañar?- pregunta sonriente
-claro- digo saliendo, tomo las llaves y algo de dinero
- ¿me veo bien?- pregunta Maya y la miro, llevaba unos shorts negros, una camisa de tirantes color rosa, unos tenis negros y llevaba su cabello recogido
- te ves muy linda- digo sonrojado, si fuera por mí la haría cambiar de inmediato, pero muy a mi pesar no lo puedo hacer
-gracias- sonríe y se sonroja
-¿te puedo hacer una pregunta?- engancha su brazo al mío
-por supuesto- digo sonriendo
-¿acaso le rompieron el corazón a Eliot, o algo parecido?- pregunta cautelosa
-¿por qué preguntas?- digo extrañado
- pues parece que no quiere nada serio con ninguna chica
-oh, bueno seré sincero, Eliot es así por mi culpa, vio mi ejemplo, cuando yo tenía tu edad más o menos, era muy mujeriego, usaba a las chicas solo para sexo y como te dije antes, yo fui la figura paterna de Eliot, porque papá no estaba mucho en casa, así que el siguió ese ejemplo- admito avergonzado
-pero ya no eres así, ¿o sí?- me mira preocupada
-jamás cuando cumplí los veinte conocí a una chica, era muy hermosa, al principio solo quería acostarme con ella, luego de que me rechazara mi orgullo fue herido, así que insistí hasta que mis sentimientos por ella fueron más complicados, ya no podía ver a más chicas de ninguna manera, duramos dos años, le pedí matrimonio, estábamos a punto de casarnos, cuando me cancelo- digo sin nada de tristeza ya y eso me hace feliz
-¿por qué te cancelo?- pregunta Maya y nos sentamos en una banca
- me dijo que en realidad era un buen chico, que al principio estaba enamorada de mí, pero que mi pasado no la dejaba en paz, admitió a verme engañado con uno de mis amigos, ese día estaba tan enojado, pero tenía razón, me dijo que aunque me doliera, eso me enseñaría a cuidar el corazón de las mujeres, que la próxima vez no piense solo en sexo, que me acordara de cuanto la ame, que esa no iba a ser la única vez que amara, que ahora que sabía cómo se sentía amar, amara a alguien que me ame igual- digo sonriendo
-tiene razón, no justifico el hecho de que te haya engañado, pero fue una lección de vida, eso formo tu carácter
-es verdad
-¿te volviste a enamorar?- pregunta curiosa
- la herida ya sano, puedo decir que está superado, pero no, todavía no me he enamorado - digo mirándola
Creo que aun no.
-yo nunca me he enamorado, tal vez me haya gustado algún chico, pero es todo- noto sinceridad en sus palabras
-cuando lo hagas, será lo mejor que te pase- digo pasando mi brazo por sus hombros y ella se apega un poco más a mi
-espero que así sea
Se forma un silencio y es cómodo así pasamos un rato.
-¿quieres helado?- le pregunto sonriendo
-claro- atravesamos el parque hasta llegar a la mejor heladería
-¿de qué quieres tu helado?- pregunto
-quiero un helado de chocolate- responde y se va a sentar a una mesa
hago la fila para pedir y delante de mí hay unos chicos hablando
-mira esa hermosura- dice el rubio mirando hacia un lado de la heladera
-esta hermosa, mira ese cuerpo- le sigue el moreno y ruedo los ojos
-iré a sentarme con ella, te espero con los helados- se va el rubio
Cuando es mi turno, hago mi pedido y cuando busco a Maya la veo sentada, siendo acosada por los idiotas de hace un momento. Me apresuro a ir hacía allí, veo que está muy incómoda.
-mira tú helado amor- digo dándole un beso rápido en los labios, dejándonos aturdidos a ambos, no pensaba hacer eso, pero lo hice- siento que el corazón me va explotar
-gracias Cariño- me sigue ella sonrojada
- dejen de acosar a las chicas, los escuche en la fila hablando de mi novia par de idiotas- digo mirándolos mal
-lo sentimos- se disculpan rápidamente y salen de la heladería
- siento lo del beso, no era mi intención- digo avergonzado, pero a la vez siento una sensación extraña y las ganas de volver a sentir sus labios crece en mi interior, pero debo controlarme
-tranquilo, me estaban molestando y ya estaba incomoda
-está bien- me limito a responder, no quiero decir algo fuera de lugar
- gracias por eso y por el helado
Dejamos de lado lo que paso, aunque ese pequeño y casto beso sigue en mi mente. Estamos casi toda la tarde caminando en el parque jugando entre nosotros, riendo, contándonos cosas, para luego ir a casa.
-me divertí- digo despeinándola
-yo igual- se vuelve a peinar, siento como vibra mi celular en mi bolcillo, es mi mamá
- hola mamá- contesto
- hola hijo- dice mi madre y noto felicidad en su voz
- ¿Cómo estás?- pregunto
- Muy bien hijo, gracias por preguntar
- Te extrañamos
- Nosotros también los extrañamos
- ¿Cuándo van a venir?
- Mañana iré a visitarlos y conoceré a Maya, dime hijo ¿ella es tu novia?- ya le había contado a mi madre sobre Maya y está muy emociona porque piensa que tenemos algo más que una amistad
- por supuesto que no, tiene 17- trato de disimular para que Maya no se dé cuenta de lo que insinúa mamá y ruego para que no logre escuchar mi llamada
- no me preocupa que te gusten menores hijo
- mamá por favor- ruedo los ojos