Una vez, todos ebrios,Maya y yo logramos escaparnos de ellos y de mi hermano, quien cuidaba que Emma no hiciera alguna idiotez.
-¿a donde vamos?- pregunta Maya aferrándose a mi brazo por la baja temperatura
-no seas impaciente amor
Me posiciono detrás de ella y la pego a mi pecho y la cubro con el abrigo negro que estoy usando.
-oh aquí adentro esta más calentito- sincronizamos nuestros pasos y caminamos lento
-esta haciendo frío, lo ultimo que quiero es que mueras de hipotermia- su hermosa risa se hace presente
-gracias- le doy un beso en la mejilla
-ese baile estuvo muy bueno- comento recordando el baile que hizo por el reto
-¿te gusto?
-claro que si, siente como me pongo al recordarlo- la empujo hacia mi erección y ella se sobresalta
-eres un viejo pervertido- se burla
-¿un viejo?- pregunto fingiendo que estoy ofendido
-claro eres mayor que yo, tu tienes veintiséis y yo diecisiete, eres un viejo pervertido- se ríe
-amas a este viejo pervertido- susurro en su oído
-por supuesto que te amo- susurra cerca de mis labios
-llegamos- le aviso
-es una tienda grande- mira asombrada
-entremos- la tomo de la mano y la entro
-esto es hermoso- mira aun mas asombrada
Dentro de la tienda hay luces, la parte de arriba es trasparente para ver el cielo, el suelo esta lleno de cojines y mantas térmicas. También un calentador para no congelarnos.
-¿cuando hiciste todo esto?- nos quitamos los zapatos y los dejamos en la entrada
-tengo mis contactos- me encojo de hombros
-solo dime- hace un puchero
-un mago nunca revela sus secretos- contesto
Me acuesto mirando el cielo estrellado que permite ver la carpa. Maya se acuesta sobre mi pecho mirando hacia arriba también.
-no eres un mago- golpea suavemente mi estomago
-si te lo cuento va a dejar de ser asombroso- beso su frente
-esta bien- rueda los ojos
Me pongo sobre ella sin aplastarla y comienzo a besarla, sus labios esta vez no saben a helado de chocolate, saben a vino.
-así que por eso estabas tan apresurado para venir aquí- se burla
-claro, en la casa no lo podíamos hacer, además, aquí puedes hacer todo el ruido que quieras- susurro en su oído para luego besar su cuello
-Dios, eres todo un pervertido
Las prendas van desapareciendo poco a poco, no estamos acelerados, nos tomamos el tiempo para quitar cada prenda de ropa de nuestros cuerpos hasta quedar desnudos.
-¿ya te he dicho que eres bellísima?- miro todo su cuerpo y ella se sonroja
-no, para nada señor Oldman- sonríe
-pues es bellísima señorita Hudson- acaricio su rostro
-amo que seas tan dulce- rodea mi cuello y me acerca para besarme
-eso no vas a decir en unos minutos- digo besando su cuello
Bajo hasta sus senos y muerdo suavemente sus pezones haciendo que gima y arque su espalda, beso su abdomen y abro sus piernas.
-¿puedo?- le pido permiso
-no tienes que preguntar- sonrió y continuo
Doy besos en sus mulos y en ñsu entre pierna haciendo que se tensione, comienzo a lamer y chupar esa parte que tanto le da placer. Ella aprieta las mantas entre sus manos, tiene los ojos cerrados, su cuerpo se arquea y tiembla, su rostro es la perfecta representación de la excitación. Su cuerpo tiembla y suelta un fuerte gemido, haciéndome saber que tuvo un orgasmo.
-¿quieres agua?- le pregunto y ella asiente
Le paso una botella de agua y bebe un poco.
-gracias- me da un beso y se sienta sobre mi
Mi cuerpo reacciona y mi erección hace que ella gima.
-espera, hoy harás lo que yo diga- susurro en sus labios
-si señor Oldman- su voz suena seductora
-ponte en cuatro- le digo y ella me mira incrédula
-no me lo vas a meter por atrás, no estoy lista- suelto una carcajada y ella me mira mal
-no te la voy a meter por atrás, te lo prometo- pongo un mechón de su cabello detrás de su oreja
-¿de verdad?- me mira con los ojos entre cerrados
-si, ahora ponte en cuatro- ella obedece
-me siento rara así- admite
-tranquila, a mi parecer te ves especialmente provocativa en esa posición- abro un condón y me lo pongo
-¿esta bien si te jalo un poco del cabello?- le pregunto
-si, también puedes pegarme en el trasero- se muerde el labio inferior y me prendo más
Pongo ambas manos en sus redondos glúteos y le doy una palmada dejando mi mano marcada, ella gime y decido pegarle otra vez y ella vuelve a gemir. Con mi mano izquierda tomo su cadera y con mi mano derecha tomo mi pene, paso la punta por su entrada haciendo que arquee su espalda y gima.
-Jaden, hazme tuya ahora- habla entre jadeos
-como ordene mi reina
Entro en ella y gime, su interior se aprieta alrededor de mi miembro dándome placer. Poso ambas manos en sus caderas y comienzo hacer embestidas suaves.
-Jaden- Maya gime mi nombre
Con mi mano derecha tiro de su cabello hacia atrás y me acerco a su oído.
-¿así esta bien?- susurro en su oído entre gruñidos
-más que bien- habla entre gemidos
Dejo mi boca cerca de sus oídos, se que le gusta oírme y sentir mi respiración.
-Maya, te amo
-te amo- logra responder
Mis envestidas se vuelven mas rápidas.
-¿puedes bajar un poco la velocidad y hacerlo mas duro?- logra preguntar
-claro- respondo
Hago lo que me pidió y la verdad es que se siente mucho mejor ya que su interior se aprieta mas alrededor de mi miembro. Es tanto el placer que me da el amor de mi vida, que dejo mi orgullo estúpido de macho y cambio mis gruñidos por gemidos. Nuestros cuerpos se calientan y tiemblan para luego caer rendidos uno al lado del otro.
Maya se recuesta en mi pecho y sube su pierna sobre las mías.
-eso fue increíble- suelta Maya
-¿lo disfrutaste?
-claro que si, me tiemblan las piernas y los brazos- ríe
-yo también lo disfrute- acaricio su espalda desnuda