Besos Hambrientos

JUNTOS

Caroline

Ojeé el parato en mis manos con cuidado de no borrarle todo lo que tenía dentro. Y la verdad es que Eitan tenía demasiado libros. ¿Porqué no tenía yo un aparato como esos? Estaba loca por los libros, pero jamás se me pasó por la cabeza tener un Kindle. Sí, ese debía ser mi próximo deseo para Navidad, pero Navidad estaba muy lejos aún.

—Tienes muchísimos — le hablé sorprendida mirandolo. Ahí me llevé la segunda sorpresa, sus ojos verdes estaban sobre mi ojeando su Kindle y llevaba en su rostro una sonrisa.

Su expresión fue lo que más me sorprendió, ¿estaba feliz? Estoy segura de que me contemplaba con una expresión… ¿dulce? Y en cuanto lo pensé me puse nerviosa. ¡Tenía su Kindle en mis manos! Era algo demasiado personal, ¡Y lo tenía en mis manos! De pronto, en lugar de ver los libros, estaba contemplando el aparato pensando en cuantas horas él pasaría teniendolo entre sus manos, sus cálidas y fuertes manos que estaban a unos centímetros de las mías frotándose entre sí.

¿Porqué me hacía eso? ¿Era consciente de la concufisión que esas acciones generaban en mí? Por más amable y amistoso que fuere, eso hacia palpitar a mi corazón, a mi roto, confundido y estúpido corazón. Yo… él jamas me vería de esa forma, estaba claro, una sincera amistad, sólo eso podía esperarme de él.

Después de devolverle su Kindle con la firme idea de que no podía ver esos actos como algo más, él no lo veía de esa forma y yo no podía verlo de esa forma por más que quisiera, sólo me quedaba soñar en lo que pudo haber sido. Soñar y después sepultarlo.

Ser amigos… ser su amiga… escribí algunos títulos de sus libros, los buscaría después. Le tendí su Kindle agradeciendo y prometiendo buscar esos libros. ‘Cuando quieras’ sonrió dulcemente. Sonreí y me acomodé en mi asiento a tiempo que él desviaba su atención de mí al resto de los alumnos.

— ¿Iniciamos? — preguntó luego de un rato.

Sonrió y arrancó la clase. Estabamos discutiendo algunos casos de contaminación ambiental y debíamos buscar soluciones, era un ejercicio de caso, Eitan buscaba saber cual sería la mejor solución todo eso con el fin de abordar algún tema en especifico, eso creí yo.

—Vamos a trabajar en parejas — anunció —. Raúl con Marta, y así hasta Terminar con Carolina. Creo que podemos trabajar juntos, Caro — anunció como si fuera lo más normal del mundo. Además de que me llamó Caro, como los viejos tiempos.

Nadie sabía que Eitan ya había sido mi profesor así que no le vieron nada de malo. No es porque sea malo, pero… como sea. Empezamos a discutir el caso y le conté lo que pensaba respecto al mismo. Terminamos de resolver las preguntas en tiempo record y sólo nos quedó conversar de algo más. Empezamos a conversar sobre momentos embarazosos, no sé de donde salió el tema, pero en cinco minutos ya estabamos riéndonos a carcajadas.

—Entonces pisé su pie, el joven se tambaleó hacia adelante botando todo lo que tenía en sus manos — le conté y él ya estaba sujetándose el estomago.

—Eres muy divertida — dijo moviendo la cabeza.

—No, lo que soy es torpe y eso causa esos memomentos que te resultan deviertidos, pero para mí son vergüenzas.

—No tienes porque decir eso, a veces me pasa lo mismo — admitió inclinándose un poco hacia mi y por instinto hice lo mismo —. Yo tenía una novia y ella me invitó a un almuerzo con su familia en un restuarnte. Al entrar vi a una chica de espaldas que usaba un vestido floreado que era su favorito, y sin pensarlo la abracé por detrás, pero la sorpresa me la llevé cuando frente a mí estaba ¡mi novia! resultó ser abrazaba a su hermana — abrí los ojos de la impresión y aguantándome la risa —. Todos se quedaron friós, yo aún más viendo a mi novia con los ojos muy abiertos. Tuvieron bromas para todo el almuerzo.

Solté una carcajada al igual que él, atrajimos la atención de todos que nos miraron por unos segundos, hicieron unas caras, algunas de sorpresa, otras de intriga y solo unas pocas divertidas por la situación, luego nos callamos y seguimos contandonos nuestras penas a un volumen más bajito.

Fue la clase más divertida y extraña. Jamás me habia imaginado poder tener una de ese tipo con él. ¿Porqué me pasaba esto ahora que decidía que nada podia pasar? Aunque, bueno, podría ser el inicio de una fuerte amistad.

Conversé con mis amigos hasta que nos separamos en la secretaria. No debía regresar a casa pronto y fui a la biblioteca para adelantar algunos deberes. Me crucé con Carlos, un profesor, ya lo conocía de algunas clases que tuve con él. Lo saludé con una sonrisa que sé fue maps una mueca. A pesar de que no tenía nada en contra de él, sabía que yo no le agradaba o tenía una mala imagen de mí.




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