Besos Inesperados

LOS BESOS DE AQUEL IDIOTA

 Margaret una chica que le gusta ser el centro de atención de todos es hermosa y calculadora no le importa los sentimientos de los demás más que los suyos, ha destruido los corazones de varios chicos quienes cayeron en sus redes. Creyeron que ella los amaba, pero solo jugaba con ellos en el último instante los destruía.

Héctor es serio pareciera como si se aburriera de todo que no le cause satisfacción no es muy sociable cuando lo ven pasar hace notar de que no les interesa compartir con ellos solo que lo dejen en paz. Aun así, solo tiene un amigo Bryan se han conocido desde la primaria son buenos amigos y para él Bryan le basta y sobra como amigo.

Los amigos de Margaret le propusieron un nuevo reto el cual consistía en hacer el mismo juego acercarse, enamorar y dejarlo su nuevo objetivo era Héctor. Para ella no sería complicado hacer que él se enamorara de ella.

Salió de la universidad conduciendo en su auto a lo lejos miro como Héctor y Bryan se despedían. Bryan subió al bus y se marchó Héctor caminaba tranquilo por la acera el sonido del claxon lo hizo detenerse miro a su izquierda y miro a la hermosa Margaret dibujando una perfecta sonrisa con sus labios rojos.

Regreso su vista al frente y siguió caminando no le tomo ni la más mínima importancia. Margaret lo siguió.

“Te llevo a tu casa”

Lo dijo con esa hermosa sonrisa, pero ni siquiera consiguió que él la volviera a ver mantuvo su vista al frente y camino como si nada hubiera pasado tal acción la hizo enojar pues la estaba ignorando. Se bajó del coche y lo enfrento.

“Cuando una chica hermosa te ofrece un aventón debes aceptar”

Héctor la miro con neutralidad como si nada le importara sus palabras.

“No veo ninguna chica hermosa”

Contesto secamente y siguió caminando dejándolo ahí parada con boca abierta. Su actitud le sacaba de quicio ni siquiera consiguió que la volviera a ver. Solo podía ver como se marchaba tranquilamente, aun así, no se daría por vencida.

Paso cuatro días que ella intentaba acercarse a él. Héctor seguía con la misma actitud no le tomaba la más mínima importancia, pero ya se sentía molesto de que lo acose a cada instante sabía lo que ella pretendía y era algo que no iba a caer. La insistencia de ella ya lo molestaba lo tenía hasta la coronilla decidió entrar a su juego se encargaría de que nos sospeche nada, la haría pensar que todo estaba yendo de acuerdo a sus planes.

Dejo que ella se acercara comenzaron a compartir momentos agradables entre ellos, Héctor actuaba muy bien en una de esas ocasiones Bryan le dijo lo que ella pretendía, le pidió que se alejara de ella, pero Héctor solo lo miro y puso una ligera sonrisa dándole a entender a su amigo sus motivos.

“Me preocupaste idiota”

“Solo le doy lo que quiere, para que me deje en paz”

Bryan solo rio. Nadie en el mundo haría que su amigo Héctor se emocione siempre tenía ha tenido una cara de aburrimiento, recordó que la única vez emociono expreso todas sus emociones fue cuando cometió la locura de subir dos montañas con él, aunque de por medio hubiera una apuesta de 100$. Fue la primera vez que se había mostrado como una persona con emociones.

Héctor y Margaret seguían con sus encuentros dialogaban, compartían cosas, anécdotas. Finalmente sucedió lo que tenía que suceder Héctor la beso y ella le correspondió, en su interior ella celebraba por su triunfo pues consiguió lo que quería ahora solo quedaba la estocada final.

Al día siguiente él y Bryan caminaban por el campus ambos sabían lo que iba pasar este día. Se toparon con ella y sus amigos, la saludo y ella se comportó como siempre, como en realidad era.

“¿Quién te crees para saludarme idiota? Solo fuiste otro idiota en mi lista. ¡Que lastima!”

Todos sus amigos comenzaron a reír, burlándose de Héctor. Se mantuvo con la misma expresión de siempre. Cuando ella se iba a retirar la, tomo de la muñeca la jalo y la estampo contra la pared.

“¿Qué te pasa idiota?”

Reclamo, exaltada los presentes estaban sorprendidos Bryan solo se cruzó de brazos para ver del show de verdad ella pensó que Héctor iba a caer en su juego.

Héctor coloco su mano derecha contra la pared.

“¿Y que si soy un idiota? Dime te divertiste conmigo, ya te aburriste de mí. déjame decirte que yo me aburrí de ti a los 5 segundos que tocas el claxon de tu auto. Creíste que me tenías en tus manos solo fuiste parte de mi experimento, déjame decirte que fuiste una conejilla decepcionante, no me diste lo que quería”

Ella lo miraba sorprendida su cuerpo temblaba sintió como la tomaba de su mentó con delicadeza.

“Para la próxima busca a alguien más listo estoy seguro que caerán a tus pies. No busques a un idiota como yo”

Le dio un casto beso en los labios y sintió como un pulso eléctrico recorrer todo su cuerpo a pesar de ser un ligero roce de sus labios fue mucho mejor del que se dieron ayer, o cualquier otro beso que haya experimentado en su vida. Héctor y Bryan se marcharon ya no tenían nada que hacer ahí, ella seguía temblando su cuerpo emanaba mucho calor sus amigos se acercaron al instante ella colapso por la presión que sentía.




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