La noche estaba fría, mucho más que de costumbre, Samara estaba recostada en su escritorio, mientras Jack estaba leyendo un libro de ciencias ocultas, el resto de los investigadores se encontraban viendo una clásica película de vaqueros. Azotando la puerta contra la pared de la sala de reunión, entró Louisa, una de las investigadoras, informando que se había reportado un asesinato en una discoteca de la calle 15 en Oklahoma. Los demás investigadores decidieron que sería mejor que fuesen Samara y Jack, pues la noche estaba muy fría para salir por un caso que de seguro ellos resolverían en un abrir y cerrar de ojos.
Así que Jack dobló la página en la que iba del libro y se puso el arma en la cintura. Samara se recogió el cabello en una coleta alta, y se puso el arma de dotación en la canana, y salió junto con Jack en una camioneta negra, que tenía el nombre del FBI pegado en las puertas. Al llegar a la dirección indicada, Samara bajó del auto y Jack se dispuso a parquearlo en uno de los espacios que había disponibles en el parqueadero. Justo enfrente estaba la calle llena de espectadores, que nada tenían que hacer allí. Un aviso de letras fluorescentes y grandes, se alzaba por encima de sus cabezas, “Moori´s” se podía leer, indicando así que habían llegado al lugar.
El área estaba acordonada, así que ambos entraron por debajo de las cintas. Uno de los policías se les acercó y comenzó a informarles sobre lo que sabían.
— A nosotros nos llamó el Dj muy asustado — Comenzó el policía — Nos dijo que viniéramos urgente, que se habían escuchado unos disparos en uno de los baños — Continuó diciendo — Al llegar encontramos una chica de aproximadamente diecinueve años tendida en el suelo y rodeada de sangre
— ¿Y dónde se encuentra el cadáver? — Preguntó Jack
— Aun está en el baño; nosotros decidimos no tocar nada hasta que ustedes vinieran
— Hicieron bien y muchas gracias por la información — Respondió Jack y el policía se fue— ¿Estas lista para entrar? — Le preguntó Jack a Samara
Ella asintió y ambos se pusieron los guantes de látex; después prosiguieron a ir al baño de damas donde según el policía se encontraba la chica. Al llegar encontraron el cuerpo de una hermosa rubia, era igual de alta que Samara y tenía el cuerpo y la cara como el de una hermosa muñeca de porcelana. Samara se acercó y la movió un poco, allí se dio cuenta de que le habían pegado un tiro en el pecho y otro en el abdomen.
— Verdaderamente hermosa — Comenzó Jack
— Aquí no vinimos a ver si era hermosa o no lo era — Dijo Samara con cierto tono de celos en su voz y levantándose del suelo en donde estaba — Aquí vinimos a investigar quién y por qué la asesinaron de esta forma
— No sé si pensar que estas celosa o si realmente eres tan profesional que quieres comenzar a resolver el caso ya mismo
— No seas infantil ¿Si?
— ¿Infantil? ¿Por qué?
— Porque no tengo ningún motivo para estar celosa, porque tú y yo no somos absolutamente nada
— Pero lo seremos — Aseguró él
— Eso nunca pasará porque tú no me produces ni sueño
— ¡Vaya! Que directa
— Lo suficiente como para exterminar toda ilusión que haya dentro de ti de que algún día seremos algo
— Digas lo que digas tarde o temprano terminaras siendo solamente mía — Dijo Jack regalándole una mirada pícara, para después sonreír de lado
— Me parece excelente que tengas esos dotes de conquistador, lástima que los utilices con la persona equivocada — Respondió ella con voz burlona — Además te recuerdo que estamos en una baño lleno de sangre, rodeados de policías y con un cadáver a los pies — Completó ella
A pesar de asegurarle a Jack que ella no sentía nada por él, muy dentro de su corazón sabía que estaba más enamorada de él de lo que decía estar.
Jack y ella se quitaron los guantes de látex, y se dirigieron a una de las mesas en donde estaba el Dj consternado, tomándose un vaso de agua.
— Buenas noches, soy Samara Laslon investigadora del FBI — Se presentó ella mostrándole su placa — Si no le molesta me gustaría hacerle unas preguntas acerca de lo que pasó
— Claro, no hay ningún problema, lo que sea para ayudar a encontrar al asesino de mi manzanita
— ¿Manzanita?
— Si, ella era mi manzanita — Contestó él — Era una niña tan dulce y buena, no entiendo como alguien querría asesinarla
— ¿Podría decirme su nombre? — Preguntó Samara
— Soy José Moori´s, el dueño de la discoteca
— Perfecto, ya que accedió a que le hagamos las preguntas, ¿dígame de donde conocía a la chica? — Preguntó Jack sentándose en una de las sillas que habían alrededor de la mesa