Best Bad Move

Capítulo 15

Theo Collins

Desperté y vi una luz muy fuerte, ¿qué me pasó?, no recuerdo casi nada de lo que me paso, sin embargo cuando mi visión se aclaró, pude darme cuenta de que estoy en el hospital.

Alguien entró a la habitación, es mi hermana con el médico, ella me miró y me dijo:

— No puede ser despertaste—me abrazo.

— No tan fuerte señorita, su hermano sigue débil—dijo el médico.

Él me reviso, miró mis reflejos, vio si todavía me dolían los golpes que tengo, o si tengo alguna contusión, pero no encontró nada, y finalmente dijo:

—Theo, está bien, solo firme unos papeles y puede llevarlo a casa—le informó el médico a mi hermana.

Mi hermana me dejó una mochila que tiene mi ropa y mientras firmaba los papeles me vestí, al terminar fuimos al auto.

—Estas muy callado, ¿Perdiste el habla?

— No, solo que trato de asimilar lo que me pasó—confesé—pensé que podría huir de mis problemas, pero ellos me siguen, a donde quiere que vaya.

—Es normal, todos tienen problemas contestó.

— ¿Es normal que mamá se haya ido un día a quién sabe dónde?—mi frustración salió— ¿es normal que mi amigo tenga que pagar en la cárcel, por algo que no hizo?, ¿es normal que mi novia ya no esté conmigo porque arriesgo todo por mí?

—Theo, ahora estás conmigo y tienes una segunda oportunidad de ser feliz— dijo mi hermana

—Scarleth, en serio no puedo ser feliz cuando el loco que me separo de Lena está suelto—confesé

—Lo investigaron, dicen que está desaparecido.

—Sabes ese día que fui a visitar a Edward en la cárcel, me comentó que vieron a ese loco en Italia y que al parecer ha cambiado, pero a mí eso no me convence—admití

— ¿Y por qué desapareciste?—preguntó.

— No supe cómo manejarlo di vueltas sin sentido, me perdí, luego me encontré con unas personas malas, me golpearon y lo más cerca que pude encontrar es el departamento de Nadine y no recuerdo más—conté lo que me sucedió

—Ella te llevo al hospital, se quedó contigo toda la noche y al día siguiente se fue a la universidad muy preocupada por ti—me contó y no lo podía creer. —Capta la indirecta, le gustas y a ti también te gusta, te pasas solo hablando de ella.

—Puede ser qué si me guste, pero no se todavía si debo darme una segunda oportunidad en el amor.

Subí a mi habitación, me quite la camiseta, vi mis heridas, en verdad me hicieron daño. Sé que no debo, meterme en problemas pero es inevitable, con todo lo que está sucediendo.

Miré la fecha en mi celular, es viernes había desaparecido todo un día, con razón mi hermana andaba tan preocupada. Sin embargo deje de pensar en eso, porque ahora lo único que quiero, es descansar, me acosté en mi cama y me quedé dormido.

Más tarde desperté y escuché la voz de Nadine, en el piso de abajo diciendo:

— No quiero despertarlo, sólo quería saber cómo está

—Está bien, yo le diré que viniste —dijo mi hermana

Baje las gradas con cuidado y la mire, ella luce muy hermosa, con su cabello azul. Debo admitir que sí me gusta, es más desde el primer día que hable con ella pero ahora que lo reconozco, sé que debo darle una segunda oportunidad al amor.

Mi hermana al verme, me dejó sólo con Nadine y le dije:

—Hola, ¿podemos hablar?—pregunté.

—Hola Theo, que bueno que estés bien, claro luego de que te pongas una camiseta.

—Lo siento, vamos a mi habitación.

Subimos, me puse una camiseta mientras Nadine me ve como si estuviera hipnotizada.

—Sabes, si quieres no me pongo nada, veo que lo disfrutas—dije lo cual provocó que se sonrojara.

—No es eso, solo que me sorprendió ver que tienes un tatuaje en la espalda.

—Es una brújula que me hice en una época de mi vida en el que me sentía desorientado, como si no tuviera un lugar en el mundo—expliqué.

— ¿Te ayudo a encontrar la dirección correcta?—preguntó y asentí. —Ahora si dime, de que quieres hablar.

—Nadine, sabes desde que llegaste has sido como luz en mi vida y hay algo que quiero confesarte—tome su mano y me miró algo. — Desde que Lena murió, pensé que no me iba a gustar nadie más.

—Pero yo pensé que ella estaba lejos.

—Y está muy lejos de aquí, pero ahora no importa lo que haya pasado—la mire fijamente a los ojos. —Su último deseo fue que yo sea, feliz—explique—y es por eso que hoy quiero confesarte que me gustas Nadine Miller, con tu loco cabello azul, la manera en que me sacas de quicio y absolutamente todo de ti.

La besé no pude aguantar más, al principio no me correspondió, pero después movió sus labios con los míos, y volví a sentir esa magia que pensé que estaba perdida.




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