Theo Collins
Nadine y yo, todavía tenemos una hora libre, por lo que decidimos escuchar música. Estábamos cantando y riendo, ambos somos tan desafinados.
—Sabes, tú y yo somos la melodía perfecta—dije y ella me sonrió.
—Eres muy cursi, Theo Collins—dijo a manera broma—. Pero es verdad.
Ella se recostó en mi hombro, sentí su respiración suave y nunca me había sentido tan tranquilo, nos quedamos así durante unos segundos. Cuando levantó su cabeza, me acerqué para besarla.
—Mira la hora, tenemos clases—me esquivó.
—No te vas, hasta que me des un beso—le advertí.
—Está bien—se acercó—pero primero atrápame—dijo y salió corriendo.
Salí corriendo atrás de ella, hasta que llegamos al salón y nos sentamos juntos como siempre.
—Sabes esto no se va a quedar así—le dije.
—Está bien en la salida, lo arreglamos—dijo con una sonrisa pícara.
Salimos de clase y fuimos caminando juntos hasta el estacionamiento, y antes de que llegue Sabrina, la atrape en mis brazos.
—Sabes, no puedes tenerme así para siempre—me dijo.
—Lo sé, sólo quiero estar contigo así hasta que Sabrina aparezca—la mire a los ojos, puse un mechón de su cabello atrás de su oreja y la iba a besar pero escuchamos una voz.
—No lo puedo creer, todo lo que sucede en una mañana—nos interrumpió Sabrina.
—Sí, ahora la loca del cabello azul y yo estamos juntos—confesé y tome de la mano a Nadine.
—Yo pensé que nunca pasaría—admitió Sabrina—estoy muy feliz por ustedes, yo siempre lo supe, Nadine pasaba hablando de ti.
—No es cierto—dijo Nadine un poco roja—Bueno vamos
Sabrina se despidió de mí y se fue al auto, sin embargo Nadine se quedó unos segundos más conmigo.
—Sabes tú y yo tenemos algo pendiente— le dije
—Tendrá que esperar, porque ahora me tengo que ir—me dio un beso en la mejilla—. Nos vemos mañana
Ella se fue con Sabrina, y yo tome un autobús para ir casa, sin embargo mientras veo a la ventana, sólo puedo recordar lo que acababa de pasar y no puedo parar de sonreír.
Al llegar a casa, vi que no hay nadie, así que simplemente subí a mi habitación pero la nostalgia me invadió, cuándo vi los recuerdos de Lena en todas partes.
Tome una foto donde estoy con ella, la mire por un momento, entonces le dije:
—Te fuiste y me dejaste un gran vacío.
De repente un recuerdo con Lena llegó a mi mente, de cuando cumplimos un año de estar juntos.
Flashback
Fuimos a un parque de diversiones, habíamos entrado a una cabina de fotos, ella me miró con esos ojos verdes y le sonreí. Su rostro estaba tan cerca de mí y no sé por qué, pero empezó a reír.
— ¿Qué pasó?—pregunté entre risas.
—Ha pasado mucho tiempo y todavía me pongo nerviosa, cuando estás tan cerca de mí—explicó.
—Lena, te amo y espero que tengas esa sensación por siempre.
—Por siempre, cada vez que te vea será como la primera vez—dijo y la besé.
Al separarnos, ella me miró como si no se atreviera a decirme algo, sin embargo le dije:
—No importa que sea, puedes decirme lo que sea
— ¿Algún día dejarás de amarme?
—Te amaré hasta que esté corazón deje de latir—dije y puse su mano en mi pecho.
Fin del flashback
Volví a la realidad y sé que jamás olvidaré a Lena por completo sin embargo, es hora de dejarla ir y ser feliz de nuevo.
Tome todos sus recuerdos y los metí en una baúl, donde guardo todas las cosas de los momentos más especiales de mi vida.
—Theo, ¿qué haces?—preguntó mi hermana
—Hola Scarleth, llegaste en el momento adecuado, necesito un consejo tuyo.
— ¿Tiene que ver con lo que estás guardando en ese baúl?—preguntó y asentí con mi cabeza.
— ¿Está mal que me enamoré de nuevo?—pregunté y ella me miró sorprendida—. Hoy le confesé a Nadine, todo lo que siento
—No está mal, mira sé que no es fácil olvidar a alguien que amaste tanto, sin embargo amar también implica dejar ir a persona por nuestro bien—me abrazó. —Sabes ya cumpliste tú misión cuando Lena estaba viva, ahora es tu turno de ser feliz.
—Eso quiero hacer y a pesar de que me duela, tuve que guardar todos sus recuerdos en ese baúl para poder empezar de nuevo—lloré.
—Tranquilo, llora todo lo que sea necesario.
—Sabes, sólo quiero que Nadine sea feliz a mi lado y se dé cuenta que enamorarse no es tan malo—confesé.
—Y lo vas a lograr, esa vez que estuvo aquí, me di cuenta de que te ve de una manera especial.
—Pero si no me soportaba—dije algo confundido.